Cuando sus padres no le dejan más remedio que conseguirse un empleo para ganar dinero, la Sra. Kim le abre las puertas de su casa para que se haga cargo de cuidar a sus hijos por una paga considerable y Minseok, a sus trece años recién cumplidos, nu...
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🐹❤🐧
Llevaba aproximadamente un mes conociendo a Oh SeHun, cuando un sábado por la mañana, Tiffany fue a despertarlo con un beso en la frente porque bebé precioso, Yeri me pidió que te dijera que fueras a su casa hoy ¿puedes hacerlo?
Con los ojitos todavía empañados porque entraba demasiada claridad por su ventana y él acababa de despertarse, Minseok asintió lentamente y estiró los brazos, soltando un sonoro bostezo e intentando echarle un vistazo al reloj en su mesita de noche, apenas iban a ser las diez. La criada lo despeinó con una sonrisa antes de ponerse de pie y anunciarle que había cocinado panqueques para que iniciase el día con energía, marchándose un segundo después por el hueco de la puerta que dejó entre abierta.
Somnoliento, el muchacho se sentó sobre la cama y le echó un vistazo al panorama que le ofrecía su ventana... El vecindario parecía seguir dormido y no le extrañaba, vivían en una manzana donde en cada puerta había niños por lo que siempre había bastante ruido, pero no en verano, no cuando no había clases y podían tanto desvelarse como levantarse tarde.
Revisó sus mensajes y se alegró en cuanto vio que tenía uno de su Lu Han que le daba los buenos días. No pudo evitar entrar a ver su fotografía, soltando un suspiro y volviendo a dejar caer la cabeza sobre la almohada en tanto admiraba la pantalla...
Lu-Ge era un chico muy dulce y Minseok era afortunado de tenerlo como mejor amigo, el corazoncito se le aceleraba siempre con esa clase de detalles, y procuraba no asustarse aunque no conociera la extraña sensación de vértigo en su vientre cada vez que Lu Han se le acercaba, pues había descubierto que el chino era totalmente impredecible y, así como en ocasiones únicamente quería pararse junto a él, otras se inclinaba para darle un beso y, pese a que Minseok ya se había acostumbrado a los besitos en la boca, eso no hacía que dejara de ponerse un poquito nervioso o que no se le coloraran las mejillas.
Taeyeon decía que esa clase de besos únicamente debía compartirlos con personas especiales, por eso se sentía orgulloso de sí mismo de permitirle a Lu Han tener esa clase de acercamiento. La curiosidad lo picaba en ocasiones, orillándolo a girar levemente la cara cuando Dae le daba besitos en la mejilla y SeHunnie también, incluso había estado cerca con Jun y Nini, pero él no era un chico valiente, así que jamás había terminado de establecer el contacto. Suspiró, preguntándose si debería ser un tanto más atrevido, pues quería muchísimo a sus niños y creía que no había mejor manera de demostrárselos que besándolos, pero ya tendría tiempo para pensar en eso después.
Se vistió con una de las nuevas camisetas que su padre le había llevado a comprar hace poco, a escondidas de Taeyeon, por supuesto, pues había leído en internet que a los trece años debían lucir tan cool como fuera posible si es que alguna vez planeaban conseguir novia y bueno, el pobre Ji Yong poco sabía que su hijo ya hasta comprometido estaba.
No sabía lo que el estampado decía porque estaba en inglés, pero quería pensar que se trataba del nombre de una banda o algo por el estilo. Le quedaba bastante grande pero no le importó, se puso unos jeans a la medida y bajó dando saltitos por las escales con sus nuevas botas de niño bien.
