Cuando sus padres no le dejan más remedio que conseguirse un empleo para ganar dinero, la Sra. Kim le abre las puertas de su casa para que se haga cargo de cuidar a sus hijos por una paga considerable y Minseok, a sus trece años recién cumplidos, nu...
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Minseok despegó la nota del refrigerador y la arrugó, lanzándola al bote de basura ya vuelta bolita. Después abrió la puerta de la nevera, percatándose de que no le habían dejado comida preparada y se encogió de hombros, poniéndose en cuclillas para buscar un par de manzanas.
A sus diecisiete años únicamente lo habían dejado solo en casa un par de veces y no podía presumir de haber armado un reventón en dichas ocasiones, por más que su padre siempre le sugería que lo hiciera, murmurando entre dientes que no habría ningún problema. Si Minseok era algo, eso era calmado, y aun cuando les quedaba un año para terminar la preparatoria, Lu Han continuaba siendo el único amigo con el que le gustaba pasar el rato.
Caminó por el pasillo descolgándose la mochila de la espalda y la depositó cuidadosamente en el sofá al llegar a la sala; los años no lo habían hecho menos cuidadoso y perfeccionista, por el contrario, seguía siendo el número uno de la clase y Taeyeon ya no tenía espacio para colgar sus diplomas en la pared de la escalera.
Lu Han, desparramado sobre el sillón como el desastre que era, levantó una ceja en su dirección cuando XiuMin le lanzó una manzana y lo golpeó en el estómago accidentalmente, echándose a reír de una manera demasiado adorable que para el menor entre los dos siempre había sido irresistible. Le fascinaba que cuando su amigo sonreía le mostrara las encías, Minseok era tan jodidamente hechizante y embriagante para su persona...
ㅡ¿Y Tiff?
Minseok bajó las medianas piernas de su mejor amigo del sofá para sentarse él, aunque más tardó en hacerlo que el chino en subírselas al regazo, logrando que el mayor rodara los ojos. ㅡ No están, llegan en la noche.
La noticia hizo brillar los ojos del travieso adolescente extranjero, quien se incorporó rápidamente sobre el sofá y fue en busca del control de la pantalla plana de los Kim para encenderla.
ㅡ¡Eso significa que podemos jugar!
Minseok puso los ojos en blanco con una sonrisa y se agachó frente a la escasa colección de video juegos que se había comprado con su propio dinero, tomando entre sus dedos la cajita de aquel que lo hacía sentir tan nostálgico. ㅡ ¿Recuerdas este?
Lu Han miró por encima de su hombro, encargándose de encender la consola. ㅡ Claro, si gracias a esa cosa nunca tienes tiempo para mí desde los trece años.
ㅡEstás loco. ㅡ El mayor suspiró, colocando el video juego para que empezara a iniciarse en tanto él volvía al sofá para sentarse, dándole un mordisco a su manzana. ㅡ Te veo todos los días.
Han le pasó su control. ㅡ Pero no soy tu prioridad. ㅡ Puchereó.
Minseok se relamió los labios, un tanto inquieto, sintiendo el hormigueo que tan frecuentemente se apoderaba de su cuerpo cuando estaba a solas con su mejor amigo surgir en la boca de su estómago. ㅡ Eres mi prioridad.
