CAPITULO 18

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  No podía dejar de llorar y retorcerme de dolor, como mamá no sabía donde quedaba ningún hospital Ezequiel se ofreció a llevarnos. Cuando mi mamá pregunto qué fue lo paso, Ezequiel mintió diciendo que a él se le había caído algo en mi techo y me pidió que yo se lo alcanzara y fue ahí cuando me resbale y caí.

No entendía porque había mentido, pero estaba sufriendo tanto dolor que no era momento de pensar en eso, después le preguntaría que lo llevó a ocultarle a mi mamá la verdad de mi accidente.

Obviamente después que me vio el médico y me hicieron las radiografías, confirmaron que me había quebrado la pierna, pero no era tan fácil como yo pensaba, no iba a salir de ahí solo con unos calmantes y un yeso que Micaela iba a dibujar con frases graciosas y al que Lucas iba a usar de pizarra. El doctor dijo que iban a tener que operarme y por lo menos iba a tener que estar un mes en cama antes de poder empezar a pisar de nuevo con yeso.

Mi mamá estaba muy angustiada, era la primera vez a la que se enfrentaba a una situación así sin papá cerca, sin su apoyo y sus consejos. Podía ver la preocupación en su rostro mientras se paseaba de un lado a otro en la habitación del hospital con su celular en la mano. Se notaba que quería llamarlo, para sentirse acompañada, pero a la vez no quería porque tenía que ser independiente ya de él y encargarse de nosotras ella sola, porque ese fue el camino que ella eligió.

_Mamá puedes llamarlo, es papá merece saber si a alguno de nosotros nos pasa algo, además si tienen que operarme y soy menor de edad quizás necesiten su autorización también, no lo sé, pero por lo menos deberías escuchar que piensa.- dije tratando de aliviar un poco su angustia.

_ El no merece saber lo que le pasa a Uds., acaso llama todos los días preguntando cómo están!!!- dijo nerviosa.

_ Bueno má! Pero esto es distinto anda, ve y llámalo.- dije, y salió de la habitación haciéndose la enojada pero en el fondo sabía que estaba feliz de que le haya facilitado la decisión de que hacer.

Habíamos quedado solos con Ezequiel en la pieza, él cual apenas si se atrevía a mirarme, se notaba que la culpa lo estaba comiendo por dentro. Al final era yo la que estaba postrada en esa cama con una pierna rota y tenía que estar curando corazones a diestra y siniestra.

_Eze no fue tu culpa, yo mire hacia abajo, no me solté como tú me dijiste.

_Nunca debí soltarte la mano, soy lo peor, ahora mírate, van a tener que operarte, tendría que haber sido yo el que caiga, o haber caído junto con vos pero nunca soltar tu mano, nunca me lo perdonare.- dijo pateando una mesita que había en la habitación.

_ Vamos basta, hiciste lo correcto, no tienes la culpa que sea una inútil que no pueda cruzar los techos, NO TIENES LA CULPA, ok? Ahora dime porque le mentiste a mi mamá sobre como sucedió todo?- dije cruzando mis brazos y sonriéndole así se sintiera un poco mejor.

_ No quiero que nadie sepa de nuestro lugar especial, así que antes de bajar a buscarte rápidamente quite la tabla de esquiar de entre los techos así nadie se diera cuenta que nos encontramos ahí. Ese lugar es solo nuestro y eso lo hace mágico.- dijo sonriendo nuevamente.

_Bueno por un tiempo va a tener que ser tu lugar, porque con esta pata de palo no creo poder ir a sentarme ahí, al parecer mi cama va a ser mi lugar especial por mucho tiempo.- dije.

_ Así parece Peti, pero bueno, siempre que dejes tu ventana abierta voy a poder ir a visitarte.- dijo guiñándome un ojo.

_ Oh por dios! Me olvide por completo....tendría que ir a trabajar mañana, mejor le envió un mensaje de texto ya a Micaela contándole lo que sucedió.

_Quizás deberías obviar la parte en que estabas conmigo cuando le cuentes lo que te paso.- dijo Ezequiel rascándose la nuca y mirando hacia sus zapatillas.

_Porque lo dices?- dije mientras escribía rápidamente en mi celular el mensaje de texto.

_ Digamos que no soy la persona favorita de tu amiga, ya me advirtió una vez que no me acercara a vos, y si se entera que estabas conmigo cuando te paso esto solo estarías dándole la razón.- dijo resignado.

_ Que hizo qué? – dije dejando de escribir y mirándolo sorprendida._ Típico de Mica, porque me llama la atención? Creo que mejor si voy a obviar esa parte no quiero escuchar ningún discurso de su parte.- dije y comencé a borrar el mensaje que había escrito y a escribir otro.

Una vez que me operaron solo tuve que permanecer solo un día más en el hospital por cualquier problema que podría surgir. Me dolía mucho la pierna y estaba bastante irritable pero trataba de poner mi mejor cara cuando recibía visitas. Micaela y Nacho fueron a verme una vez que salieron del trabajo. Me llevaron un montón de caramelos para que endulce mi vida ya que según Mica no había en empezado el año con buena pie! Nacho además me llevo un bote de pochoclos del cine del shopping y una peli de miedo, como le había contado que me gustaban, así me entretenía mientas estaba todavía en el hospital.

Valeria y Lucas no pudieron ir a verme obviamente porque Lucas era muy chico para ir a un hospital, así que Valeria tuvo que ser su niñera, cosa que no le gusto para nada, estaba sufriendo, hasta creo que en algún punto, debió haber deseado ser ella la que se quebró la pierna.

Pronto estuve en casa, pero solo podía estar en cama, y mi pieza iba a ser mi mundo por casi todo enero, no podía creerlo, el año había empezado tan prometedor , tenía a dos chicos hermosos que querían salir conmigo y ahora estaba aquí encerrada en mi pieza con una pierna en alto y sin poder moverme. Es increíble como la vida puede cambiar en tan solo un segundo. Uno puede planificar o preocuparse por cosas que van a pasar o por lo que va a hacer mañana y de repente puff, la vida se da vuelta en un segundo.

Y yo que creía que con lo de papá, y la mudanza a la otra punta del país ya tenía suficientes cambios! Esta vida no dejaba de sorprenderme, es como si de repente de pasar a no tener ningún tipo de emoción en mi vida e ir por ahí con mi misma rutina pasando desapercibida, pase a vivir a full y a que cada día cuente, porque ahora de repente no podía irme a dormir sin que en el día haya vivido algo que valga la pena recordar.

_Que haces?- pregunto Ezequiel asomándose en mi ventana con una sonrisa d oreja a oreja.

_Contando cuantas hojas tienen mis dientes de león, pero ahora que me interrumpiste voy a tener que empezar de nuevo.- dije riéndome.

_ Bueno tienes todo enero para memorizarte eso, esa pared ser tu nueva mejor amiga.- dijo entrando a mi habitación. _ Qué te parece si vemos una película? Traje una de zombies muy buena, con un actor guapísimo así deleites tus ojos y los dos la pasemos bien, qué opinas?.- dijo mostrándome la película y sonriendo como si su idea fuera un Toblerone gigante, la cual no podría ser superado con nada.

_ Acaso tengo otra opción?.- dije señalando mi pierna y mi cuerpo postrado en mi cama.

_ Esa es la actitud! .- dijo sonriente y se dispuso a colocar la película. Luego se acerco a la cama y se sentó a mi lado, lo cual me tomo por sorpresa, porque creía que iba a sentarse en la silla o quizás en el piso, pero sin ningún rastro de timidez se metió en la cama conmigo.

La película era muy entretenida, pero más entretenido era ver a Ezequiel tan feliz de verla, y de tenerlo tan cerca, tanto que casi estaba agradecida de tener mi pierna quebrada y estar postrada en esa cama. Pero lentamente los calmantes fueron haciendo efecto y mis ojos se iban cerrando por más que luchaba por mantenerlos abiertos. Entre el sueño y mantenerme despierta, recuerdo estar con mi cabeza apoyada en el hombro de Eze mientras la película seguía, pero ya no podía distinguir que era una sueño o que era realidad, y su mano estaba tomando la mía. Solo sé que cuando desperté él ya no estaba era bien tarde en la noche, la tele ya estaba apagada y Eze ya no estaba ahí, pero había una nota en mi mesa de luz que decía:

"Aunque me encanta esa mirada que me hechizo, es bello verte dormir, que descanses Peti"


Una mirada al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora