Capítulo 6

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CAPÍTULO 6

Nate y yo bajamos del escenario mientras la siguiente pareja sube. Nos sentamos en la última fila viendo como todo el mundo  sale a actuar. Hay gente realmente buena. Kevin lo hace fenomenal ¡Maldito hipster! Todo se le da bien. Y Becky lo hace genial.

De pronto me encuentro el guion de Nate delante de mi cara.

̶            ¡Puag! Tengo que besarte.

Le quito el guion de la mano y leo. Es el final de la obra y efectivamente acaba con un beso. Algo se revuelve en mi estómago.

̶            No es seguro que nos cojan – digo no muy convencida, porque la verdad es que lo hemos hecho mejor que nadie.

Él suelta una carcajada y me mira.

̶            Sabes tan bien como yo que nos van a coger a nosotros. Kevin quiere ser James y Becky es morena.

̶            ¿Qué pasa si es morena?

̶            Las bellezas del siglo diecinueve eran como tú. Puede que más gorditas.

̶            ¿Me estás llamando belleza y anoréxica al mismo tiempo?

̶            Puede ser – me contesta sonriendo con aire misterioso.

Me río, no puedo evitarlo.

̶            Nathan Johnson está tratando de ser simpático conmigo. Muy bueno, no me lo esperaba.

Busco en sus ojos azules alguna trampa, pero si hay una yo no la veo. Realmente está intentando portarse bien conmigo.

̶            Tengo que empezar a serlo, sino no podré soportarte en teatro todo el año.

̶            Tu hermana dijo que yo te recordaba algo de tu pasado. ¿Puedo hacer algo para remediarlo?

Él me mira serio. La he cagado. Bravo. Ahora volverá a ser un hijo de puta conmigo.

̶            ¿Puedes dejar de existir? – algo parecido a la agonía aparece en sus ojos.

̶            Podría morir si eso te hiciera sentir mejor – digo, añadiéndole una sonrisa cómica a la frase para hacerla algo menos escalofriante.

̶            Eso lo empeoraría todo, créeme.

El sufrimiento crece en sus ojos y se me forma un nudo en la garganta. Él mira la hora en su reloj de pulsera. ¿Es un Rolex?

̶            Tengo que irme – dice.

Se levanta de mi lado y se va. Le sigo. No era mi intención hacerlo sentir mal. Sólo quería ayudar.

̶            ¡Nate! – lo llamo.

Pero él sigue andando, ni siquiera se vuelve para mirar. Corro hasta ponerme delante de la puerta exterior del teatro. Le impido el paso.

̶            Perdón – digo.

Él sonríe y pone una mano en mi mejilla. Inmediatamente siento la electricidad que nos recorre. Cierro los ojos durante un instante para disfrutar de la placentera sensación que produce su mano al acariciar mi mejilla. Los abro.

̶            Cassie – murmura.

Lo dice de una forma tan dulce, tan suave que por un momento me hace sentir en las nubes. ¡Oh! ¿Por qué no para de sonreír así? No puedo con su perfecta sonrisa. Sus ojos me miran llenos de algo diferente, ¿ternura? No. No puede ser. Desvía la mirada detrás de mí. Vuelve a mirarme.

̶            Quita de en medio – dice, pero no de una forma fría sino con diversión en sus ojos.

̶            Nos vemos – le digo.

Veo como se aleja y se monta en un coche amarillo. Elektra me saluda desde el asiento del copiloto. Le sonrío. 

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