Capítulo 10

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CAPÍTULO 10

̶            ¡Cassandra! – la voz de Tom me retumba en los oídos.

̶            ¡YA VA! – grito por enésima vez.

Bajo corriendo las escaleras y le abro la puerta a Tom.

̶            Ya era hora. Como se nota que estás desentrenada.

̶            Estoy más en forma que nunca – replico.

̶            ¿Has ido a correr todos los jueves cuando estabas de viaje? No me lo creo.

̶            He tenido que correr casi todos los días y he andado más kilómetros de los que tú andarás en toda tu vida. ¿Por qué nos paramos?

̶            Perdóname Cassie – alzo una ceja –. Sabes que odio correr solo y Kevin no corre…

̶            No – digo cuando comprendo a lo que se refiere – Me has sustituido. ¡¿Cómo te atreves a sustituirme Thomas Grayson?!

La puerta de la casa en la que nos hemos parado se abre y Nate sale por ella. Miro a Tom horrorizada.

̶            ¡¿ME HAS SUSTITUIDO POR NATE?! – me acerco a Tom amenazadoramente.

̶            Él viene a correr todos los días – dice retrocediendo un paso.

̶            Y tú – me giro hacia Nate que parece estar disfrutando de lo lindo con nuestra discusión – ¿Cómo osas ocupar mi lugar?

Nate se acerca a mí e inclina la cabeza.

̶            Os ruego me perdone señorita Griffin, pues este servidor no tenía ni la más remota idea de a quien sustituía. Cuando acepté acompañar al señor Grayson aún no había tenido el placer de conocerla.

A Tom le da un ataque de risa al oír las remilgadas palabras de Nate. Yo sonrío, parece que se ha metido bastante en su papel.

̶            En tal caso, queda usted perdonado.

Tom echa a correr y Nate y yo le seguimos. Corremos lo que nosotros llamábamos “el recorrido oficial” que pasaba por mitad del parque, seguía hasta las afueras de la ciudad y volvía por la avenida principal hasta nuestras casas. Al final Tom acaba más cansado que yo y me mira con una mezcla de odio y envidia.

̶            Soy una máquina corriendo. Lo sé – digo.

̶            La semana que viene te echaré una carrera desde el instituto hasta aquí – me dice Tom entrecerrando los ojos –. Ya verás quien ríe el último Cassandra, ya lo verás.

Tom entra en su casa y cierra de un portazo. Me río. Parece que se lo ha tomado como algo personal. Me giro hacia Nate.

̶            ¿Tú crees que…

Nate tira de mí. Mi cuerpo está completamente pegado al suyo. Siento mi corazón latir a toda prisa. Él mío y el suyo. Me aparto, pero él no me deja, me rodea aún más fuerte con los brazos. Un coche pasa a toda velocidad detrás de mí y entonces suelto el aire que sin querer había estado conteniendo. Nate sólo quería evitar que me atropellasen, nada más. Me relajo en sus brazos unos instantes. Me coge la mano y me arrastra hasta el otro lado de la carretera. 

̶            Esto demuestra mi teoría de que siempre estás en medio – dice rompiendo el silencio.

̶            Gracias – le digo.

Él sonríe.

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