Capítulo 5

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CAPÍTULO 5

̶            Sentaos – Daisy, la profesora me saca de mis recuerdos.

Me siento en tercera fila en medio de Beck y Kevin y me recuesto en el sillón. Maggie, la hija pequeña de la profesora pasa repartiendo guiones a todo el mundo.

̶            Escuchadme con atención – todos nos callamos – la obra de este año está situada en la Inglaterra del siglo XIX. Así que necesito que saquéis vuestro acento británico. En la primera hoja del guion están descritos los personajes principales – se escucha a todo el mundo abriendo el guion, yo incluida, y el pasar de páginas – aunque todos vais a representar la escena número tres, independientemente del personaje que queráis interpretar. Bien, la obra trata sobre una criada que trabaja para una familia rica, su compañera cae enferma y tiene que atender al huésped de la casa, el señor Lawrence, amigo del señorito James que es el hijo mayor de la familia. El señor Lawrence resulta ser un huésped más peculiar de la cuenta y Elisabeth, la criada, se ve envuelta en una extraña aventura por su culpa. Al final tienen que huir juntos de Inglaterra. ¿Alguna pregunta?

Se hace el silencio. Echo un vistazo a la escena 3, en ella Elisabeth conoce al señor Lawrence y descubre que es un asesino, más o menos. No es una comedia ni nada alegre y divertido, pero me gusta, el papel de Elisabeth tiene que ser mío.

̶            Vale – dice Daisy – Pues los primeros serán Nate y… ¡Cassie!

Daisy me mira sonriente. Pero yo sólo pienso en Nate que se ha levantado para subir al escenario y me mira desde lo alto lanzando un mudo desafío. Me levanto pasando junto a Kevin, él y Becky me miran y me desean suerte.

̶            Me alegro de verte – miro a Daisy intentando mostrarme amable –. Ojalá hubieras estado aquí el año pasado para ver a Becky, estuvo realmente fantástica – ahora se dirige a los demás –. Mientras ellos leen la escena decidme por orden que papel queréis interpretar.

̶            Yo quiero ser el señor Lawrence – dice Nate desde lo alto mirándome.

̶            Yo Elisabeth.

̶            Muy bien. En cuanto termine con los demás empezáis.

Subo al escenario bajo la atenta mirada de Nate que ha pasado de ser fría a irritante. Leo la escena. Tiene un diálogo fácil de recordar. Lo difícil será tener que soportar a Nate mirándome todo el rato. Me paseo por el escenario visualizando la escena, transformando la silla de plástico del centro en una bonita silla de madera cerca de un escritorio y una gran cama con dosel. Imaginando que la escena está iluminada sólo por un par de velas.

̶            Chicos, – la voz de Daisy me sobresalta – podéis empezar.

Nate se coloca detrás de lo que debe ser una puerta y yo me acerco. Llamo una vez, dos.

̶            ¿Señor Lawrence? – pego la oreja a la puerta.

Suena un ruido fuerte y me sobresalto. Pensé que Daisy no iba a hacerlo, pero así queda más real. Abro la puerta rápidamente. Mis ojos se topan con un cuerpo sangrante encima de la  cama. Mi cara muestra una mueca de horror y abro la boca para gritar. La mano de Nate sobre mi boca me lo impide. Una corriente eléctrica me recorre. Es el contacto de su piel lo que la provoca. Me giro para ver quien me atrapa. Nate se lleva un dedo a los labios y me suelta. Mi expresión se hace más aliviada, aunque no del todo. Nate me acerca la silla y me siento. Lo miró horrorizada.

̶            Charlotte me dijo que era muy amable y cordial, creo que se le olvidó mencionar que era un asesino.

El rostro de Nathan está muy serio. Se pone de cuclillas frente a mí y apoya sus manos en mis rodillas.

̶            Sí, y ahora que me ha descubierto tendré que matarla a usted también.

Me levanto con rapidez arrastrando la silla pero él me empuja por los hombros hacia abajo.

̶            Tranquila, – dice – no voy a matarte – y me lanza una sonrisa que enamoraría a cualquier chica –. Pero necesito que guardes el secreto.

Asiento mientras desvío la mirada hacia el cadáver.

̶            ¿Por qué lo ha matado? – pregunto intentando recuperarme un poco.

̶            Llevaba siguiéndome todo el día y cuando he llegado a la habitación ha intentado matarme – se encoje de hombros –. Estoy entrenado para esto.

̶            Sabía que era alguien importante, señor Lawrence – digo asombrada – pero no tanto como para que alguien lo quiera muerto. ¿Quién es usted en realidad?

̶            Mi identidad es otro de mis secretos. Y llámeme Christopher, Chris si lo prefiere. ¿Cómo se llama señorita?

̶            Elisabeth.

̶            Bien, Elisabeth, tengo que pedirle un pequeño favor – me mira a los ojos buscando aprobación en ellos –. Debe prometerme que no le contará esto a nadie. Prométalo.

̶            Lo juro – digo.

Nathan se levanta y se acerca al cadáver. Le arranca la daga que tiene clavada en el corazón y la limpia en las sábanas ya de por sí manchadas de sangre.

̶            Bien. ¿Sabes si aún queda alguien del personal despierto?

̶            Yo soy la última – él se gira hacia mí mientras se guarda la daga en el cinturón del pantalón.

̶            Perfecto, entonces. Voy a deshacerme del cadáver, haga lo mismo con las sábanas, lávelas sin que nadie se dé cuenta o… quémelas.

̶            Señor Lawrence – me mira – le sugiero que deje el cadáver en el camino. Muchos viajeros son atracados en el camino de noche y por el día aparecen muertos y sin nada de valor encima.

̶            Es usted demasiado lista para ser criada, Elisabeth – vuelve a sonreír y acaba la escena.

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