Capítulo 13

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Yoana se sentó de espaldas a la ventana, donde podía ver perfectamente a Diego, que no dejaba de mirarla con odio. La gente comentaba lo ocurrido. Mikel jugaba con su comida pensando lo que iba a decir.

-No te pienso advertir más veces que no juegues con esa gente-susurró mirando a sus lados-Son peligrosos. No te quieren aquí. Además, deja de retarlo con la mirada. 

-Mikel, tranquilo. No pueden hacerme nada-dijo Yoana comiendo con tranquilidad-Ya me lo has avisado, has hecho lo correcto, si luego me equivoco será culpa mía.

-Dices eso porque no los conoces. Son muy peligrosos-insistió. Yoana esbozó una sonrisa pícara. 

-Ellos tampoco me conocen a mí. Pero me van a conocer. 

-No sé cómo lo haces, contigo todo parece más fácil-se encogió de hombros- ¡Qué demonios...! ¡Gracias a ti estamos en el nivel 2!  Aunque tengo que reconocer que me has hecho pasar miedo.

-¡Jajaja! No se me ocurrió otro modo. Ha merecido la pena, pero tengo que controlarme más, a la próxima no habrá castigos inútiles, me echaran directamente.

-Gracias por todo-dijo.  Yoana asintió. No entraba en sus planes hacer amigos, pero Mikel se estaba ganando su confianza poco a poco-Nos está mirando todo el mundo. Y no creo que sea por mi belleza.

Diego apretaba su puño intentando canalizar su rabia. Mario les contó con detalle lo ocurrido en el circuito de obstáculos. Él también había pasado al nivel 2. Era amigo de Diego desde que tenía memoria, crecieron juntos en la misma ciudad: Campamento Alfa. Llevaba dos meses con los entrenamientos y desde que vio el hematoma de su amigo odiaba a Yoana. Medía 1,76 metros y era musculoso. Su pelo estaba rapado como el de Diego, sus ojos eran marrones y sus labios escondían una dentadura con unos colmillos alargados. Estaban en contra de la entrada de chicos que no fueran hijos de soldados.

-¿En una semana ha pasado al 2?-dijo Gabriel incrédulo, él estaba en el nivel 3.

-No entiendo por qué meten aquí a gente peligrosa y además los premian. Como a Rubén...-dijo Mario- Yoana no ha pasado todas las pruebas...Y Diego, tú nos contaste que varios soldados resultaron heridos cuando intentó escapar, eso es pena de muerte.

-No le deis más vueltas al tema. Es solo una campesina. Hablaré con ella y le explicaré que si quiere seguir en el campamento tiene que ser bajo ciertas condiciones-dijo Diego.

-Pues espero que funcione, porque hoy te ha humillado y no has respondido. Si no lo haces la gente empezará a verte vulnerable-dijo Mario muy serio-y eso no te conviene.

-Deja de lloriquear, lo tengo todo controlado-dijo Diego muy tranquilo.

Los que habían pasado al nivel 2 tenían tiempo libre. Yoana y Mikel decidieron pasar la tarde en la zona de recreo. Era un espacio con árboles, cesped y bancos habilitado para el descanso. Los epsilianos se reunían en aquel lugar cuando tenían algún hueco en sus horarios. Los chicos se sentaron en el césped y comenzaron a intercambiar  anécdotas. Yoana le habló sobre Jason, Devon y Martínez, y las aventuras que habían vivido juntos.

-Me recordáis a los Black Eyed Peas-dijo Mikel.

-¿A qué?-preguntó Yoana extrañada. Él solía hablar sobre antiguos artistas, canciones, películas y ella no lo entendía.

-Era una banda de música, tres chicos y la chica. Tus amigos y tú.

-Lo que tú digas...

-Oh madre mía-susurró Mikel mirando detrás de Yoana. Esta quiso girarse pero él no se lo permitió-No mires, no mires. Es Rubén, nos está mirando y viene hacia aquí-dijo tumbándose en el césped apoyando la cabeza sobre su mano y ensayando una sonrisa. 

Rubén era un chico de 23 años. Alto, de cuerpo atlético y muy guapo. Tenía los ojos rasgados y unas largas pestañas, su nariz era puntiaguda y sus labios sensuales no pasaban desapercibidos. Tenía el pelo negro, alborotado y recogido en una pequeña coleta. En aquel momento lucía una barba de tres días. Sin duda, el chico más guapo del campamento. Nació en Vallleclaro, una villa dedicada a la ganadería, las reglas eran las mismas que en Las Plantaciones. Siempre deseó salir de allí, era un chico rebelde que desobedecía las leyes. Cuando le hablaron de Épsilon quiso entrar, era una gran oportunidad para mejorar su situación, si se integraba podría conseguir un alto cargo y dejar atrás su antigua vida. Tenía una gran rivalidad con Diego, al que no le gustaba que la gente del "sector primario" se mezclaran con ellos. El campamento estaba dividido, los admiradores de Diego, los admiradores de Rubén y los que no se decantaban por ninguna de las dos partes (como Mikel). 

-Buenas tardes chicos-saludó Rubén con una amplia sonrisa seductora. Yoana se giró y pudo verlo-¿Me puedo sentar?

-Si, claro-dijo Mikel sin salir de su asombro.

-Eh...Bueno me presento, soy Rubén, del 3-dijo estrechando las manos de los dos amigos que permanecían en silencio-Tú debes de ser Yoana y tú Mikel ¿no?

-Así es ¿Qué quieres?-dijo Yoana siendo cortante.

-Ayudarte-Yoana puso los ojos en blanco. Ya había escuchado eso antes. En Las Plantaciones era ella quien protegía a los demás, junto a Devon, pero en Épsilon la consideraban débil. 

-¿Por qué todos creen que necesito ayuda?-dijo mirando a Mikel.

-Porque los tres imbéciles intentarán hacerte la vida imposible hasta que te saquen de aquí. Y sí, me refiero a Diego, Mario y Gabriel. He visto la escena que habéis montado hoy en el comedor, no han respondido a la provocación y eso es muy raro, estoy seguro de que se van a vengar.

-Eh...Rubén, si estoy aquí es porque creen que tengo ciertas cualidades. Igual que las tuyas o las de Mikel. Entonces, ¿por qué piensas que no me puedo cuidar sola?

-Porque no puedes-dijo tajantemente. Mikel asentía dándole la razón. Rubén señaló su pierna herida-Te disparó, tú solo le pegaste un puñetazo. La próxima vez no lo hará en la pierna.

-Vale, supongamos que tienes razón, solo supongamos. ¿Por qué tanto interés en ayudarme? No me conoces, no me debes nada. 

-Es cierto, y quizás me esté arriesgando demasiado. Pero creo que todos merecemos una oportunidad para mejorar nuestra vida. Yo vengo de Valleclaro, cuando entré aquí creía que sería fácil pero no lo fue. Tuve que defenderme de Diego y Gabriel, se consideran superiores a nosotros y, para colmo, hace unos meses llegó Mario-Yoana quiso decir algo pero la interrumpió-El caso es que tenemos un enemigo común, no te pido que seamos amigos, pero sí cómplices. 

Yoana frunció sus labios. La idea de tener aliados en el campamento le gustaba, pero Rubén tendría que ganarse su confianza.  

-Lo pensaré. 

Rubén asintió satisfecho y se despidió. Mikel esperó a que estuviera lo suficientemente lejos. 

-¡Ah!-soltó un pequeño grito de emoción- Esto es lo mejor que te ha podido pasar. No tienes que pensarte nada, solo acepta. 

-No sé. Primero tendrá que demostrarme que va en serio. 

-Claro que va en serio. Es el rival número uno de Diego, y apuesto que tu eres el dos, con potencial a ser el uno. Si quieres sobrevivir aquí dentro tienes que formar equipo con el guapísimo, bellísimo y sexy Rubén. 

-¿Por qué son enemigos?

Mikel resopló y puso los ojos en blanco, a veces le desconcertaba la falta de información que tenía Yoana. 

-Los dos son muy buenos soldados, han nacido para esto. Están haciendo historia en Épsilon pero desgraciadamente solo puede haber un ganador en las simulaciones. Además,  Diego no acepta a la gente como tú, con tu origen. No quiere que los campesinos se mezclen  con nosotros y aspiren a tener los mismos privilegios. 

-¿Sabes qué? Ese imbécil se merece un escarmiento... de parte de una campesina.  


***

Hola épsilianos! Feliz domingo! ¿Creéis que Yoana debería formar equipo con Rubén?

Campamento ÉpsilonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora