Capítulo 18

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9:49 a.m. 6 de julio

Los días transcurrían de forma normal en Épsilon. Los entrenamientos avanzaban, llegaban nuevos integrantes, la comida era abundante... Yoana cumplía con sus últimas horas de castigo. La comandante Margarita le encomendó la limpieza de las casas de todos los niveles durante una semana. Ese día tocaba el nivel 3. El limpiador que la acompañaba estaba satisfecho con su trabajo, por ello decidió dejarla sola. "Ya se ha escaqueado" -pensó ella, no conforme con la decisión.

Yoana entró a las habitaciones, que eran mucho más amplias que las de los niveles 1 y 2, además no había literas, solo seis camas libres por habitación. Limpió dos de las habitaciones y se dirigió a la tercera. Descubrió que tenía vistas a su casa. La luz entraba de lleno por las ventanas y la temperatura iba subiendo a medida que pasaba la mañana. Eran las 11, de nuevo se estaba perdiendo la clase de tiro. Se sentó en una de las camas y se secó el sudor de la frente. Se escuchó como la puerta de la casa se abría, con ese característico chirrido. Unas voces interrumpieron el silencio. "La estrategia de combate a campo abierto siempre da menos juego..." se escuchó. Yoana reconoció la voz de Gabriel e instintivamente se escondió en el armario.

Diego, Gabriel y otro acompañante más entraron a la habitación.

-¿Pero qué es esto? Los de la limpieza han vuelto a dejar aquí los trastos.

-No habrán terminado Gabi y si no quieres terminarlo tú no te quejes-dijo Diego depositando unos folios encima de su cama.

-Tíos, no creo que me gradúe en las próximas simulaciones, no sé cómo montar un plan de defensa-dijo el chico moreno de voz ronca.

-Si no es en las próximas serán en las siguientes Carlos. Somos novatos en esto, nos van a dar palos a todos-dijo Gabriel animado.

-Menos a mí-dijo Diego sonriendo.

-Diego, tú eres otro caso, naciste para esto-dijo Gabriel tumbándose en una de las camas.

-Tíos, tíos, dejemos de hablar del tema. Esta noche nos vamos al bunker y nos olvidamos de todo ¿vale? -propuso Carlos.

-Me parece de p... madre-dijo Gabriel-avisaré a Charlotte y a su amiga.

-No os olvidéis de Mario-recordó Diego.

-A media noche nos reunimos entonces-dijo Carlos.

Siguieron hablando unos minutos más sobre el próximo entrenamiento de la mañana. Yoana salió de su escondite cuando por fin se fueron, no podía soportar el olor a calcetines sucios que había dentro. Empezó a preguntarse sobre el bunker del que habían hablado y se interesó por aquella cita. Observó que en una de  las cama había unos folios. Eran varios juegos de estrategias de ataque y de defensa. Buscó rápidamente papeles en blanco y un grafito para copiarlo todo, quién sabe si resultarían útiles en el futuro.

Al salir de la casa se topó con Rubén. Quiso pasar de largo pero él se lo impidió situándose en la puerta. Sonreía de oreja a oreja, y se mordió un labio. Yoana fijó su mirada en él,  pensó que Mikel tenía razón, era muy guapo.

-¿Qué haces por aquí?-preguntó él con cierta ilusión.

-Buscarte no-contestó sonriendo.

-¡Ja, ja, ja! Vamos Yoana, no seas así. ¿Te apetece dar un paseo hoy? Antes del toque de queda. Sé que no tienes entrenamiento, no tienes excusa para negarte.

"Ojalá pudiera" se dijo así misma.

-No creo, haz otros planes-dijo alejándose de la casa, despidiéndose con un gesto de mano. Rubén negó con la cabeza mientras sonreía.

Campamento ÉpsilonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora