Capítulo 37

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16 de julio. 6:00 am

Úrsula saltó sobre la cama de Yoana y la despertó. Otra vez, segundos antes de que sonara la alarma. Estaba muy cansada, no había podido recuperarse de las simulaciones por el castigo con Diego. Desayunaron con tranquilidad y se dirigieron al pabellón, donde se formarían los equipos definitivos para las dos últimas batallas.

-Ojalá nos toque en el mismo equipo-dijo Úrsula colocándose junto a los participantes-. Estoy harta de aguantar a niñatos...

-Los vas a tener que aguantar igualmente-dijo Yoana.

-Lo sé, pero contigo sería más ameno. No tiene gracia si me meto con ellos y no estás delante para sonreírme-bromeó.

A medida que pasaban los minutos iban llegando más soldados. Eran menos que la vez pasada, pero se respiraba un ambiente aún más tenso. Rubén entró en el pabellón y buscó con la mirada a Yoana; cuando la localizó le dedicó una sonrisa. Si Nadia no la elegía antes, podría estar en su equipo y pasar más tiempo con ella. Margarita llamó la atención de todos los presentes y se posicionó junto a los capitanes. Después de susurrarles unas palabras se aclaró la voz:

-Buenos días a todos. Si estáis aquí es porque vuestros equipos están clasificados, enhorabuena. Sois los mejores soldados de Épsilon. Desgraciadamente solo habéis pasado una leve prueba-dijo paseándose de un lado a otro-. Ahora no formareis equipos, sino pelotones- todos empezaron a murmurar-. Eso quiere decir que dormiréis en una misma cabaña sin importar vuestro nivel, entrenaréis juntos y obedeceréis a vuestro capitán. El pelotón que gane las simulaciones estará listo para el combate y podrá desplazarse a las zonas que tenemos sitiadas. Cerraréis la etapa en Épsilon y abriréis otra nueva, la más difícil de todas, la cruda realidad.

Aquellas palabras hicieron tragar saliva a varios soldados. Algunos cruzaban los dedos para que su capitán favorito los eligiese, ya que podrían pasar buena parte de su vida conviviendo con las mismas personas. Yoana permanecía tranquila mientras que los murmullos iban subiendo de tono.

-¡Silencio!-ordenó Margarita-. Como dice el reglamento, el primero en elegir será el capitán con menor puntuación, Diego-dijo leyendo en un papel estropeado-. Después Nadia y en último lugar Rubén. Adelante-dijo mirando a Diego.

Tragó saliva, había pensado toda la noche en la idea de Gabriel, pero aún no había decidido nada. Miraba al suelo.

-Es para hoy-dijo Margarita impaciente. Los murmullos empezaron nuevamente.

Diego respiró profundamente, y lentamente subió su mirada hasta topar con la de Yoana.

-Elijo a Yoana.

Se hizo un silencio. Ella sintió una punzada en el estómago, se quedó de piedra. Se esperaba cualquier cosa menos esa. No sabía cómo reaccionar, solo lo miraba, como si intentara leerle la mente; buscando respuestas en aquellos ojos verdes. Úrsula la agarró del brazo mirándola con los ojos muy abiertos, no se lo podía creer. Margarita tampoco salía de su asombro, cuando el tono de murmullo de los soldados aumentó volvió en sí:

-Vamos Yoana, no pierdas el tiempo.

Yoana avanzó y se posicionó junto a Diego sin decir nada. Las caras de Mario, Rubén, Mikel y en definitiva, de todos los presentes, eran un poema.

-Nadia, tu turno-dijo Margarita intentando disimular su preocupación.

-Mario-dijo nerviosa. Este soltó algunas maldiciones y miró a Diego con odio antes de situarse junto a su nueva capitana.

Las elecciones continuaron con normalidad. Mikel y Úrsula volvieron al equipo de Rubén.

Margarita dio por finalizada la actividad y ordenó que comenzara la mudanza de los pelotones a unas cabañas más pequeñas situadas en la periferia del campamento, junto a la muralla y a una torre vigía. Le preocupaba que Yoana estuviera en el pelotón de Diego, debía comunicárselo a Julio cuanto antes.

Campamento ÉpsilonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora