14: "Oportunidades"

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Capítulo 14: "Oportunidades"

Largas piernas, perfecta sonrisa, cabello hermoso. Definitivamente no era una anciana y quizás ni siquiera era real. Era sumamente perfecta, parecía una muñeca de porcelana. Tanto que Alex y Jake sólo se les quedaron viéndole como dos tontos.

Todos habíamos guardado silencio, los chicos se babeaban por ella mientras que mi amiga y yo la observamos intentando comprender de que se trataba todo esto. Pasaron como tres tediosos minutos en los cuales nadie lograba argumentar si quiera alguna palabra. Madame Rupoff solo nos miraba expectante esperando que dijéramos algo.

— Entonces niños— sonrió amable— Dirán ustedes.

Iba a abrir la boca para preguntar una duda que me invadía.

— ¿Cómo una chica tan joven como usted pude hacerse llamar "Madame" en el siglo XXI e ir a un club de ancianas?

Entonces Lauren lo dijo, su lado detective salio a luz.

Madame Rupoff río.

— Ese club, al cual si bien lo recuerdo, asiste su madre junto a sus agradables amigas. Es una gran oportunidad de conocer gente nueva. — Nos miro nuevamente a todos con su movimiento de muñeca Barbie versión castaña-perfecta— Esa seria mi respuesta.

— Pero véase —la miro de pies a cabeza— Definitivamente no tiene la edad limite que es 35 años.

— No, no la tengo. — Sonrió. — Tengo muchos más años. — Todos nos miramos sorprendidos — Pero no han venido hasta aquí para preguntar acerca de mi edad ¿Verdad?

— No, no hemos venido por eso. — Respondí.

Los ojos esmeraldas de Madame Rupoff se fijaron en mí. Era una mujer muy glamorosa pero había algo en esos ojos verdes que irradiaban cierto misterio, era una mirada penetrante. Algo que hasta llegaba a intimidar.

— Pero no seria un detalle menor. — Acoto mi amiga— después me gustaría preguntarle acerca de que tipo de cremas anti-ages que utiliza.

Madame Rupoff sonrió para luego volver a mirarme. — Entonces solo hablen, ¿A qué les debo su visita?

Mis amigos me miraron, querían que comience hablar. Después de todo por ello estábamos aquí. Veníamos a buscar respuestas sobre todas estas extrañas cosas que estaban ocurriendo desde que pedí un tonto deseo.

Hemos venido aquí para que nos ayude— acomode un rizo por detrás de mi oreja— Me han dicho algo sobre usted y creo que...

— ¿Sobre mi? — Me interrumpió— pocos en este pueblo saben algo de mi. Pero puedo asegurar que la mitad son puras fantasías y un cuarto puras mentiras.

— ¿Las mentiras y las fantasías no se asemejan? — Alex había hablado.

Madame Rupoff tenía el particular gesto de sonreír todo el tiempo. Y aunque quizás sea forzoso no lo hacía notar, parecía todo muy natural.

— Claro que no. — Respondió cortés — Las fantasías las dicen las personas inmaduras, incrédulas y no lo digo en términos malos, claro que no. Son aquellas cosas que dicen aquellos que aún pueden imaginar cosas sorprendentes. A diferencia de las mentiras solo son engaños que la gente manifiesta en contra de otra para encubrir acciones.

Buena lección.

— Entonces... si la mitad de las cosas que dicen de usted son fantasías y un cuarto mentiras — Alex habló — ¿Qué son el otro cuarto?

— Verdades. — Jake había hablado. Madame Rupoff lo miro aún más sonriente que a todos. — Ella no es normal, no puedo leer sus pensamientos y apuesto lo que sea que me vera si desaparezco.

"El Villano de mi Novela"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora