Capítulo 8

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MARATÓN (1/4)

Cuando salí de del hotel para ir de compras nunca pensé que terminaría comprando zapatos con Sugu.

--Mira, estos son geniales.

Veo el par dorado que sostiene en sus manos.

--No voy a comprar calzado deportivo.

--¿Por qué no?--acompaña sus palabras con un puchero--. Hasta tienen plataforma.

No pienso caer en eso.

--Estás loco si crees que voy a comprarme esos.

Y seré mensa pero no pasan más de seis minutos cuándo salgo de aquella tienda con unos Nike en la bolsa.

Este chico puede ser muy persuasivo.

--No me veas así, te encantan tus nuevos tennis.

No me di cuenta de que lo había estado viendo entre cerrando los ojos, y a pesar de que se lo merece dejo de hacerlo.

--Me gustan, mucho, pero no debí comprarlos.

--¿Por qué no?

--¿Con qué los voy a usar?

--¿Con unos pantalones?

--No uso pantalones al menos que haga mucho frío.

--¿Y que tal unos shorts?

--No tengo shorts, Sugu.

--Pero eso puede arreglarse.

--¿Que quieres decir?

Me muestra los dientes en una sonrisa divertida y con su cabeza apunta al otro lado de la calle. Veo en esa dirección.

¿Acaso pretende que...?

--No.

Palmea mi brazo y regreso la vista a él.

--Te prometo que mañana los vas a usar.

No sé cómo lo hace pero me convence de cruzar la calle exactamente con las mismas palabras que utilizó cuando accedí a entrar a esa tienda de zapatos.

Entramos a una tienda de ropa un empleado nos hace dejar nuestras compras en paquetería. No reconozco el nombre del lugar pero algunas marcas me parecen conocidas.

Veo algunas cosas que me gustan. Accesorios más que nada. Otro empleado me ofrece una canasta cuando ya hay varias cosas en mis manos y cuando estoy por aceptarla me da un mini ataque de risa. ¿La razón? Una empleada tiene que ofrecerle un carrito a Sugu para evitar que se le cayera todo lo que trae colgado en los brazos.

Acepto la canasta y me acerco al chico que viene conmigo.

--Pensé que era yo la que iba a comprar.

--No puedo evitarlo.

--Oh, vamos. ¿Cuándo vas a usar todo eso?

--También tengo algo para ti.

De entre todas las cosas que trae saca una blusa blanca. No está mal. Es de tela delgada, con cuello redondo y mangas a la mitad del brazo. He visto a muchas chicas usando este tipo de ropa desde que llegué aquí. Pero hay un problema.

--No puedo ponerme eso.

Frunce la frente.

--Está muy pequeño.

--No lo es. Es talla única.

Me lleva al vestidor y una chica abre la puerta.

--Sólo pruébatelo. Es gratis.

Sonrío. Es cierto, no pierdo nada.

Entro al vestidor y no tardo mucho en quitarme lo que traigo puesto. El verdadero problema es ponerme esto. Estoy segura de que se hubiera roto si la tela no fuera un poco elástica.

No me queda muy apretado y honestamente me gusta. El único inconveniente son los quince centímetros de piel expuesta justo por encima de la cadera.

--Sal. Quiero verte.

Su voz me sobresalta.

--Ni siquiera lo pienses.

--¿No te gusta?

No sé cómo decirlo de una forma más sutil así que solo lo digo.

--Con esto se me sale la panza.

Intenta reprimir su risa.

--Wow, la chica enseñando los abs.

--Cállate--su risa es contagiosa--. Ni siquiera tengo abs.

La verdad es que lo he intentado pero el ejercicio no es lo mío.

--Voy a entrar.

--¡No!

El pestillo de la puerta gira un poco y lo detengo.

--Vamos, no puede quedarte tan mal.

Y tiene razón. Me gusta como me queda, pero yo también puedo hacerme del rogar.

--Está bien. Dejaré que me veas...

--Bien. Abre la puerta.

--...hasta mañana.

Her name was Kylie |Suga BTS| #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora