Él tenía una vida muy feliz y tranquila, pero conoce a alguien que voltea su mundo para siempre.
-No se que me pasa, yo no soy así.
-Creo que te estas enamorando.
Prólogo publicado el 06/Julio/2016
*Cuenta con segunda temporada llamada Azul Cel...
Me la estaba pasando en verdad muy bien con Andrés, había olvidado lo divertido que era este chico.
Habíamos llegado a la heladería de la plaza comercial, entramos y nos paramos en el mostrador para hacer nuestro pedido.
-Buenas tardes ¿en qué les puedo servir?- preguntó amable la chica morena que se encontraba detrás del mostrador.
-Buenas tardes dos queremos dos vasitos de helado- pedí.
-Claro ¿de qué sabor serían?
-El mío de chcolate- pidió él- y uno de- se giró hacia mí- ¿el de limón sigue siendo tu favorito?
-Sí- Sonreí. No podía creer que aún lo recordara.
Cuando la chica nos entregó nuestros helado fuimos a sentarnos a una de las mesas que había en el local.
-¿Y qué tal te ha ido?- preguntó tomando una cucharada de su helado.
-Bien.
-¿Sigues siendo el primero de la clase?
-Podría decirse.
-Y tus padres ¿cómo han estado?
-Muy bien, hace poco salieron de viaje.
-Me alegra que todos estén bien.
-Gracias ¿y tú cómo has estado?- pregunté.
-No creo que tan bien como tú, pero la voy llevando.
-¿Por qué lo dices?
-Cuando pasó lo que pasó estuve encerrado por un mes, hasta que mis padres se hartaron y me hicieron volver de nuevo a mis actividades. Pero no hay que hablar de eso.
-Sí, es mejor no hablar de eso.
-¿Puedo preguntarte algo?
-Si, dime.
-El chico que llegó a tu casa ayer... ¿es tu novio?
Lo pensé un poco.
-No exactamente- sonrió- pero eso no quiere decir que tengas alguna oportunidad.
-Tranquilo Alonso, solo quiero que seamos amigos y ver que pasa.
Terminamos de comer nuestros helados y salimos de ahí para dar una vuelta en la plaza.
-Sabes Alonso, no creí que aceptaras venir conmigo.
-¿Por qué?
-Por lo que pasó ayer, te confieso que me puse muy celoso cuando vi a ese chico fue por eso que reaccioné de esa forma.
-Eso ya pasó.
-¿Igual que tú amor por mi?
Me detuve, pero no por lo que Andrés me había dicho, sino por lo que mis ojos miraban.
