【Capítulo 3】

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Narra Nathaniel:

Malditos papeleos. Últimamente me están dando demasiado trabajo, es simplemente por que estoy desconcentrado... Por múltiples razones, como que Amber esté mas itritante de lo normal, o que mi casa sea un infierno para mí... No estoy pasándola bien que digamos, pero hay una razón aún mayor para estar desconcentrado y sólo tiene un nombre, Castiel, ese idiota siempre está rondando en mi maldita cabeza... Hm, realmente necesito concentrarme, pero por las cosas anteriormente nombradas me era muy difícil. Seguí con el papeleo durante algunos minutos, veinte para ser exactos, y sentía que la cabeza me iba a explotar... De pronto sentí como se abría la puerta de la sala de delegados, pero no lograba divisar quién era por que todo me daba vueltas... Todo estaba borroso... ¿Que esta pasando?.

—Oye... —Por un largo lapso de tiempo, fue como si me hubiese ido de la tierra. Abrí los ojos lentamente, me encontraba en... ¿En donde carajo estoy...?. Miré todo a mi alrededor, era un cuarto de..  De chico. —Ah, despertaste rubia... —Abrí mis ojos a más no poder, solo hay una maldita persona que me llama de esa forma tan estúpida y es...

—¡¿QUE?!—Claramente es la casa de este idiota, el cuarto de este idiota y la cama de este idiota... ¡¿ESTOY EN SU CAMA?! ¡JODER!. Me precipité en pararme de su maldita cama pero un fuerte mareo me lo impidió, me dolió la cabeza horriblemente. Se precipitó en atraparme antes de que yo pudiese caer al suelo.

—No hagas eso, idiota, ¿No ves el estado en el que estás? —Me sentía tan débil que no era capaz de responderle nada, solo permanecía agarrado de su camisa.

—... —Yo sólo estaba callado, no sabía que decir. Castiel se encargó de acostarme en su cama nuevamente, lo miré serio, sentía mi cara arder, sobretodo mi frente, creo que tengo fiebre.

—¿Que pasa? —Dijo con seriedad también, pero aún así veía que estaba preocupado por mi estado, pensar que hace hasta un par de meses le hubiese valido lo que me pudiese pasar pero... El destino nos jugó en contra.

—¿Que es lo que pasó? —Castiel comenzó a reír, odio cuando se burla de mí.

—Veo que no recuerdas nada, bueno, te iba a buscar y te desmayaste... —Miré el techo de su habitación para evitar mirarlo a él.

—¿Y por qué estoy en tu casa?... No, supongo qué es por lo que me acabas de decir... —Pause unos segundos, recordé a mi padre, joder... Estaré castigado, y eso sólo pasará si esta de buen humor... Lo mas probable es qué... Ah... —Maldición, me irá mal en casa por esto... —Solté eso sin pensarlo, Castiel me miró completamente extrañado.

—¿Tan protector es tu papá? No pasará nada —Ojalá fuese protector, Castiel no sabe nada sobre los constantes abusos de mi padre y no quiero que se entere.

—Ah, si, bueno... —Sé que Castiel sabe qué oculto algo, pero... Me da igual, si se enterase haría un escándalo. —¿Que hora es? —Cambié el tema rápidamente.

—Son recién las ocho... —Aún podría llegar a casa y decir que el papeleo me dejó hasta esta hora en clases, pero conociendo a Castiel, no dejará que me valla.

—Ah... —Dije, luego suspire profundo, Castiel se levantó de la silla en la que se había sentado hace unos minutos y se sentó a un lado de mí, me miró y me acarició el cabello con su rostro serio como siempre... Agarré su mano y la alejé de mi cabello.

—Deja de ser tan frío —No es que quiera ser frío, mas bien, me da vergüenza... pero si se entera, se burlará de mí eternamente.

—Tsk, callate, no soy frío, simplemente no me gusta que me trates como a un niño, tengo tu misma edad —Como siempre se rió de mis reproches, a veces me vuelve loco. En ese mismo momento sonó el timbre de su casa...

—No te levantes, idiota, iré a recibir a Demo-...

—¡¿Que?! ¡No no, no soporto a los perros! —Lo interrumpí, es verdad, no me gustan los perros, menos los que son grandes como el perro de Castiel.

—A mi tampoco me gustan los gatos, pero por ti estoy haciendo un esfuerzo... —No entendí para nada esa última frase, y simplemente se fue dejándome solo en su cuarto... Oh Dios, ahora que lo pienso... Estoy en su cuarto... Es la primera vez que vengo a su casa y no esperaba que la primera vez fuese también a dormir...

—¡Buen perrito! ¿Quien te quiere? ¡Uy si! —Esa voz era totalmente reconocible para mis oídos, ¿Que hacia Sucrette aquí?.

—¡Ya Tabla, no le hagas mimos a MI perro! —Ese es Castiel, luego se escuchó la risa de Sucrette.

—Se porta mejor que el dueño, y es mas amable —Sucrette y su risa incontrolable, es típico de ella.

—¿Quien te dice que yo no soy amable? —Tenía miedo de lo que esa demonio con cara de ángel pudiese responderle, ella es la  única que sabe que él y yo salimos... O bueno, algo así.

—Me lo dice Nath, todos los días jeje —¡Maldicion! Esa era la respuesta que NO quería que dijera, ah, pequeña idiota.

—Callate, te aseguro que debe estar enojado —Castiel sonó tan irónico como siempre, esos dos son como hermanos peleando.

—Ni que me estuviera escuchando —Sucrette no se entera de nada, sentí la risa de Castiel. —¡Oye no me tires el cabello, duele! —Sentí los precipitados pasos en la escalera, ¿Enserio Castiel?.

—Pues fíjate, te está escuchando tabla —Sucrette abrió sus ojos a más no poder y su rostro cambió de enojo a uno de sorpresa y preocupación cuando me vio en este estado.

—¡Nath! ¿Te pasó algo? ¿Estas bien? —Se acercó a mí como si fuese una madre viendo a su hijo enfermo y comenzó a tocarme la cara con preocupación.

—Ejem... —Castiel la levantó del suelo, la sacó del cuarto y la botó al suelo. —Adiós —Cerró la puerta y comenzó a partirse de risa.

—¡Me voy a llevar a Demonio! Por pendejo —Castiel abrió la puerta para perseguir a la pequeña diabla de Sucrette, la dejó en la puerta para que se fuera, luego volvió a la habitación.

—Hazte a un lado, tengo sueño y quiero dormir —Sentí mi maldito rostro sonrojarse a más no poder, ¿Este es tonto o bebió agua del retrete? ¡Ni de juego voy a dormir con el! Además son solo las ocho y media.

—No, vete a sofá —Dije con seriedad, aunque por la cara que puso cuando le dije eso estaba a punto de explotar en risa.

—No no, esta es mí cama —Yo solo lo miré con seriedad, admito que también me gusta enfadarlo.

—Tu me trajiste aquí, ahora dormiras en el sillón —Le lancé una almohada para que desapareciera de la habitación. La verdad es que me apenaría mucho que durmiese conmigo, y de no ser por que ni siquiera puedo pararme, dormiría yo en en sofá.

—Tú ganas... —Bufo y luego rió con ironía. —Buenas noches, gatito... —¿Escuche bien? ¿Me acaba de llamar "gatito"? ¿Pero que le pasa? Primero que nada, ese apodo se lo puso la perra con la que salía antes y no soporta que nadie diga esa frase... Ahora la usó él...

—...Buenas noches —Dije tratando de sonar lo mas afectuoso que puedo ser, simplemente cuando se trata de Castiel no puedo expresarme y me enfada mucho. Él esbozó una sonrisa.

—Te quiero, pero no lo presumas, idiota —Salió de su cuarto dejándome tendido en la cama, de pronto lo escuché reír desde afuera, quien sabe porqué... yo estaba listo para dormir, hasta tenía una camisa puesta... Un momento... ¿En qué maldito momento me cambié de ropa...? No fui yo, ósea qué.... ¡MALDITO PERVERTIDO!.

【CDM】An Innocent Love【YAOI】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora