Había aceptado. Había aceptado la cita con Caleb.
No sabía por qué, pero sabía que debía intentarlo. Él era un buen chico. Atento, respetuoso. Éramos muy parecidos. Y lo mejor de todo, él no era Luke.
Me puse un vestido - lo cual era muy raro- y me arreglé sólo un poco.
Espere a Caleb y al momento que llego, nos fuimos.
Fuimos a un restaurante y todo iba bien, hasta que hablamos.
Sí, él podía ser un poco parecido a mí, pero en ideas y opiniones, no.
Y ese no era el problema. Todo el mundo tiene diferentes opiniones. Pero Caleb pensaba lo que él decía era lo correcto. Además de que no toleraba las demás opiniones y era muy pre juicioso e intolerante en cuanto a lo que la gente era.
Todo surgió porque comencé a hablarle de mi amigo Louis. Y él juzgó todo sobre Louis. Ni siquiera le conocía. Ugh, era tan molesto.
Luego de un rato, no lo soporté más. Me paré de la mesa y me fui lo más rápido posible.
Caleb era irrespetuoso y molesto. Lo odiaba.
Caminé sin sentido, hasta que llegué a una casa. Su casa.
Suspiré. No debía. No podía.
Seguí caminando hasta que sentí una mano en mi hombro.
Me volteé y ahí se encontraba. Luke.
— Luces tan incómoda en ese vestido.— dijo sonriendo.
— ¿Qué haces aquí?—pregunté.
— Uhm, vivo cerca de aquí y te vi.— respondió, riendo.
— Oh.
— Y tú vives muy lejos de aquí ¿no?