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Camine dentro del supermercado, como siempre lo hacía.

Me coloque la chaqueta, y tome el plato con los “nuevos” nachos.

Este era mi trabajo, promocionar.

Parece asqueroso, pero pagan bastante bien, por tan solo sonreír, y dar nachos gratis a la gente. Me pagaban al mes, lo que me alcanzaba, como a cualquier chica de 17 años, promedio.

Aunque lo malo de esto, era mi timidez. Era la persona más tímida del mundo.

Me coloque, sonrientemente con el plato de nachos en mis manos.

Varios niños pequeños se acercaron a coger un par de nachos.

¿Podemos sacar?-dijo la pequeña rubia.

Cla-claro cariño.-intente sonreír lo mejor posible.

Me agache y los niños cogieron unos cuantos, para luego salir corriendo.

Luego siguió pasando gente tranquilamente. Hasta que mi tranquilidad se esfumo y mi nerviosismo estuvo presente.

Y yo le dije, lo siento pero era solo una noche-escuche a un chico.

A lo lejos venían. Eran dos. Uno con su cabello de un color que no era suyo. El otro, bastante alto y con un pircing en el labio.

Oh, no. Estos chicos eran de mi instituto.

Qué vergüenza.

Por favor no se detengan, por favor.

Suspire al ver que no notaron mi presencia y pasaron de largo.

Pero lo que no vi venir, fue que se devolvieron. Definitivamente, no lo vi venir.

Me puse rígida y no los mire.

El teñido pasó de largo por el pasillo donde me encontraba y se detuvo a ver la comida chatarra.

El otro, no lo vi, supongo que su rumbo fue distinto.

Me asusté, al ver al chico frente  mío. Cambio su rumbo. Él. El chico del pircing.

Me miraba serio. Creo que me desmayaría ahora mismo.  Él de verdad daba miedo.

¿Puedo tomar algunos?-dijo con voz ronca.

Po-por supuesto.- Ahí venia mi timidez.

Gracias-dijo forzado. Se formó una sonrisa arrogante y forzada en su rostro.

Asentí tímida y él los tomo.

Comenzó a comer lentamente frente mí. Me miraba detenidamente.

Evitaba su mirada, que me exasperaba. Demasiado.

¿Te conozco?-dijo colocando sus manos detrás de su espalda, con las que recién había terminado de comer.

Uhm. No lo c-creo.-dije en voz baja.

En mi instituto, nadie sabía de mi existencia.

Asintió y se fue donde su amigo. Él seguía mirando detenidamente los paquetes de papas fritas.

¿Listo?-dijo el chico del pircing.

Claro-dijo el teñido.

Tomo un par de cosas, y salieron de ahí.

¿Por qué me tenían que pasar este  tipo de cosas?

Me sentía avergonzada, por lo más mínimo que fuera.

Salí del lugar y me dirigí a casa.

A las ocho de la tarde acababa mi turno.

Podía notar como el sol se escondía. Lo cual se veía hermoso.

Llegue a casa a las ocho de la tarde con treinta minutos. Mi casa quedaba cerca.

Entre y tire mi mochila al suelo.

No había nadie, como siempre. Era hija única.

Mis padres trabajaban a toda hora, y los fines de semana salían.

A nosotros no nos faltaba dinero, pero aún así yo trabajaba.  Me gustaba hacerlo, además tenía bastante tiempo libre.

Yo no salía mucho. En realidad, nunca. Mis días eran solo estudiar y trabajar. Ver por ahí alguna serie o película. Leer o escuchar música. Comer sola.

¿Qué haría con mi vida algún día?

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HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, ESPERO QUE LES GUSTE.

ESTOY MUY FELIZ.

Primer capítulo.

Ha de confesar, que tengo listo también, el capítulo dos y tres.

Voten y comenten ¿sí?

Díganme que les pareció.

ADIÓS, las amo.

Whomakemecry-

What I like about you //Luke Hemmings//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora