- Realmente estoy impactado por tu trabajo, Taehyung... -la palmada que dio en mi espalda casi me hizo escupir el té. Sin embargo; solo me limité a medio sonreírle-. Eres un muchacho con bastante talento.
Tragué. - Muchas gracias, señor.
Me quedé expectante a que volviera a su puesto detrás del escritorio, pero se mantuvo sobre mi hombro apretándolo a una magnitud que casi estuve a punto de gritar.
Me sacudí de su agarre y él me regalo una media sonrisa que podía considerar bastante falsa y forzada.
- Mantente alejado de las chicas, Kim.
Sentí como la sangre se me iba de la cabeza de un momento a otro y el sabor del té solo me dio náuseas. - ¿Disculpe?
- He notado algo raro en la señorita James desde que usted llegó... -comentó con naturalidad luego de una corta bocanada que fue acompañada con un paso hacia mí-. Casi no baja a los recreos -prosiguió sin dejar de aproximarse a mí, mientras mi corazón se encontraba latiendo con fuerza-, sus notas han subido -choqué contra la bandera del logo del colegio y ambos nos detuvimos. Pero eso no alargó la distancia entre nosotros-, y llega temprano -concluyó con el ceño divertidamente fruncido.
Me remojé los labios y traté de que mi voz saliera lo más natural posible.
- ¿Eso no se supone que es bueno?Sus ojos se entrecerraron y asintió cortamente antes de tomar distancia de nuevo, dejándome exhalar todo el aire que había aguantado por su culpa.
- Esa chica es un problema, Taehyung -advirtió volviendo a su escritorio, arreglándose las mangas para luego finalmente sentarse-. Te aconsejo que te alejes de ella, ¿sí?
Mi mente se quedó meditando una y otra vez en todas las veces que había cruzado la línea que él lentamente está dibujando en mi cabeza. Presioné mis labios contra la taza pensando en qué hacer para que mis nervios no se notaran a flor de piel pero sabía que en mis ojos se podía leer la vergüenza.
Lentamente arrastré mi mirada a la suya encontrándome con sus ojos entrecerrados, esperando leer más allá de mis acciones. Despegué la porcelana de mis labios y le regalé una pequeña risa que podía haberse escuchado como un jadeo.
- Entiendo lo que dice, señor Han -comencé asintiendo un poco al final de mi oración-. Pero no entiendo cómo las acciones de esta chica puedan involucrarme a mí: tal vez ha entrado en raz-
- Conozco a esta chica desde que estaba en el jardín de infantes -me interrumpió, con la poblada ceja un poco arqueada y la poca convicción de lo que me había escuchado decir en su voz-; alguien debió haberle hecho inspirarse.
Mi dedo índice empezó a tamborilear lentamente la taza en mi mano, tratando de enfocar mi mente en otra cosa que no sea los sexuales encuentros que he tenido con Lily en estas últimas semanas, o en sus labios, su cuerpo, sus piernas... Oh, carajo.
- No tengo nada contra el amor joven -continuó y pude notar un poco de sospecha debido a mi silencio antes sus palabras y aunque intentara encontrar su punto en todo esto mi mente no quería entender que lo que estaba pasando entre ambos no estaba bien-, pero sí te puedo decir que si el ministerio se entera de algún movimiento sospechoso dentro de la escuela podrías perder tu trabajo tan fácil como lo conseguiste.
Mis labios se entreabrieron casi por inercia pero lo disimulé enseguida dándole una media sonrisa. - Lo entiendo, señor. Lo tomaré en cuenta.
Asintió levemente en mi dirección y casi pude notar cómo había algún reflejo de diversión en sus ojos, pero yo no le encontraba lo divertido.
- Que pases buen resto del día, Taehyung -me despidió y no hice más que sonreírle entre nervios para luego poner la taza sobre su escritorio y dirigirme fuera de la oficina.
No tuve ni siquiera un momento de respirar cuando salí puesto que sólo pasaron segundos antes de que Lily se encontrara frente a mí con los brazos cruzados y con un gesto de inconformidad en su rostro. Sabía bien por qué.
- ¿Le creerás? -me preguntó y mi mandíbula se tensó de inmediato dándole una mirada bastante obvia-. Taehyung...
- No podemos hablar aquí -la interrumpí, mirando hacia los lados casi con paranoia rezando mentalmente para que nadie nos estuviera observando de lejos-. Hablemos en el apartamento.
No tuve que mirarla por última vez para saber que había rodado los ojos con fastidio. Pero en estos momentos que estuviera enojada no me importaba tanto como saber que el único trabajo que podía haber conseguido estaba en juego. Me detuve en el último escalón de la entrada para poder suspirar finalmente, ya no había nadie más que Lily, el director Han y yo en toda la escuela y el hecho de que los tres estuviésemos en el mismo lugar, al mismo tiempo, no me daba la tranquilidad que necesitaba sentir ahora mismo. Mi cabeza era un desastre.
Caminé sin mirar ni una vez hacia atrás hasta llegar al edificio. Me sentía extraño, como si no fuera yo mismo. Tenía ganas de hacer cosas e intentar cosas que por mi mente no hubiesen pasado antes de llegar a este nuevo continente. Y sabía quién era la culpable de este incomprensible sensación.
- Di lo que tengas que decir -la escuché entrar después de mí, y podía notar la molestia e impotencia en su voz.
Dejé mi portafolios encima del sofá sin ni siquiera mirarla para luego caminar hacia la cocina y posicionarme frente al fregadero. Abrí la pluma sin pensarlo mucho, ni siquiera sabía si la morena seguía hablando a mis espaldas puesto que mi mente había bloqueado todo lo que estaba a mi alrededor. Me llevé un puño de agua a la cara y jadeé luego de esta acción. Disfruté un poco del silencio a mí alrededor y lentamente fui cayendo en la realidad del momento.
Empecé a desabotonarme la camisa aún con los ojos cerrados y la cara empapada para luego parar cuando la prenda estuviera abierta y girarme hacia ella encontrándome con una paciencia que recién conocía en su rostro.
Se acercó hacia mí lentamente sacándose la camisa blanca dentro de la falda para alzarla hacia mi rostro y disponerse a eliminar todo rastro de agua que quedara.
Observé bien su rostro cuando terminó y me encontré a mí mismo sintiendo nuevamente esa sensación de que la necesitaba cerca. Sus ojos mieles se detuvieron en mis labios luego de un momento apreciando mi rostro y encontré en su mirada ese brillo que sentía que jamás quería dejar de observar.
Sus labios se entreabrieron y mis mejillas comenzaron a arder en cuanto el calor que emanaba de ambos cuerpos empezó a mezclarse. Mi respiración comenzó a hacerse pesada antes de siquiera pensarlo y sabía que por su mente pasaba lo mismo que pasaba por la mía.
- Haz lo que creas correcto -susurró.
No pasaron ni dos segundos antes de que nuestros labios se encontraran danzando fugazmente juntos, despertando ese sentimiento que empezaba a volverse exquisitamente familiar. Sus manos terminaron de deshacerme de la camisa y mis manos aprovecharon tomarla de los muslos para acercarla hacia mí. Nuestros besos se interrumpían momentáneamente entre jadeos que sólo causaban que nuestra ganas aumentaran; sentía sus pezones endurecidos a través de la tela de la camisa así como sentía mi miembro palpitar pidiendo sentir hasta su más pequeña partícula.
Giré sobre mí mismo para apoyarla contra el mármol de la cocina y sentía en los movimientos de su cadera en dirección hacia el bulto de dentro de mis pantalones que ella me necesitaba tanto como yo la necesitaba a ella.
Pero no fue hasta que me decidí mirarla a los ojos y vi esa sombría sonrisa en su rostro que me di cuenta que me estaba volviendo loco por ella; lo suficiente para perder el único trabajo que tenía.
Y, tal vez, incluso a mí mismo.
WEY PERO KLK CUANTO TIEMPO
I KNOW I KNOWme desaparecí, pero he vuelto y sólo quiero avisarles que las cosas empezarán a ponerse intensas en seguida
LAS EXTRAÑÉ TANTOOOOOO
- ema
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MOANS | KIM TAE HYUNG.
FanfictionLIBRO TRES. "-sólo gime para mí." ©asiawet; 2/16. contenido sexual y explícito. no copia parcial ni adaptación sin mi permiso.