012.

42.4K 2.6K 650
                                    

Corrí por inercia a la habitación donde Lily se encontraba y no sabía si sentirme aliviado o asustado cuando vi su delgado cuerpo yacer sobre la cama en un plácido sueño. De todos modos, sólo cerré la puerta con cuidado antes de soltar un ahogado jadeo de exasperación aún sin saber qué hacer.

El timbre seguía sonando insistente en la entrada y sabía que hacer esperar a Hoseok sólo haría que éste se volviera más hiperactivo. Mi mente optó por fingir que no estaba en casa y caminé lentamente hasta la puerta para colocarme detrás de ella esperando que el irritante pitido parara.

Uno, dos, tres...

- ¿Taehyung? -le escuché preguntar, aún sin poder percibir una pizca de irritación.

Cuatro, cinco, seis...

- Traje pastel de arroz -vociferó con diversión y mis ojos se detuvieron en la manecilla de la puerta; no creo que sea necesario hacerlo esperar tanto.

En cuanto abrí la puerta, pude ver sus ojos brillar cuando estos miraron los míos después de unas largas semanas desde la última vez que nos vimos. Sus brazos me apretaron a una magnitud que casi sentí mis ojos virarse en busca de aire.

Se retiró los zapatos en la entrada y me quedé observando sus movimientos debatiendo en si decirle que esto era América o no. Pero antes de que pudiese decir algo, las prendas de la chica que trataba de ocultar se encontraban aún tiradas en el piso de la cocina y pude sentir mi respiración detenerse un momento. Más cuando lo vi acercándose hacia el susodicho lugar.

- No pensé que vendrías tan cerca de la fecha que me fui -le dije, consiguiendo que se girara hacia mí pudiendo distraerlo mientras me acercaba al lugar en que el uniforme yacía.

Se encogió de hombros y me miró unos segundos antes de medio sonreír. - La casa no ha sido lo mismo desde que te fuiste.

No pude evitar sonreír abiertamente mientras un sentimiento nostálgico aparecía en mi pecho. Pateé mi objetivo de bajo de la mesa de centro y antes de que el peli-negro pudiera notar mis movimientos me acerqué hacia él para ayudarlo con la pesada canasta que traía el pastel de arroz para llevarla hasta la misma mesa de centro.

Se revolvió un poco el cabello para luego soltar un suspiro y mirarme ansioso a los ojos. - ¿Qué hay de ti? -preguntó-. ¿Has conseguido trabajo? -sonrió girándose para señalar el portafolios que yacía en el mueble y luego volver a mirarme con orgullo cuando asentí-. ¿Has visto chicas sexis? -su semblante cambió totalmente y casi me atraganté con mi propia saliva cuando sus cejas se movieron juguetonamente.

Sacudí la cabeza furtivamente y reí un poco forzado tratando de desviar mi mente de los acontecimientos ocurridos hace apenas minutos.
- Antes de conseguir una chica, deseo tener un trabajo totalmente estable primero -afirmé y él rodó los ojos divertidamente para luego empezar a acercarse a mí.

- Oh, escucho tanto a tu madre en tus palabras -se burló y me reí un poco con él sabiendo que tenía toda la razón. Se detuvo frente a la canasta de comida que había traído consigo y chasqueó la lengua-. ¿Aún estás seguro de que quieres permanecer aquí? -preguntó entrecerrando los ojos.

Inmediatamente mi mandíbula se tensó y no pude evitar soltar un bufido incrédulo al no poder creer que después de un mes aún seguían preguntándome aquello.

Me remojé los labios y negué lentamente. - Ya estoy aquí y si tengo que vivir arrancándome la piel, así lo haré -le respondí viendo como asentía lentamente mientras desviaba su mirada de la mía.

El silencio reinó en el ambiente por unos segundos hasta que sus manos empezaron a tantear la parte trasera de su pantalón mientras su boca se iba entreabriendo para formar una "O".

- Casi lo olvidó -rió descuidadamente sacando un pequeño enredo de plata-. Seokjin me pidió que te diera esto.

Tendí la mano en su dirección en espera, inevitablemente sintiendo emoción al saber que mi hermano mayor no se había olvidado completamente de mí. Pero cuando el objeto se desplazó de entre las manos de Hoseok, cayó en el suelo y el mayor se agachó para tomarlo, el sentimiento fue rápidamente reemplazado por espanto, dándome cuenta de que mi escondite no había sido el mejor.

- ¿Qué es esto? -preguntó aún sin pararse completamente, pero sabía que había tomado la camisa de la chica, ya que pude escuchar cómo leía el nombre de la institución mientras que yo me sentía inmóvil e inútil, sabiendo que todo se estaba yendo lentamente a la mierda.

Y todo empeoró cuando Lily salió de mi habitación con una de mis camisetas.

- Taehyung... -bostezó aún con los ojos cerrados, y aunque intenté articular algo, la reacción de el peli-negro al encontrarse con la figura de la morena me interrumpió.

- Oh, mierda.

Los ojos mieles de Lily se abrieron completamente en sorpresa cuando se dio cuenta de la presencia de mi amigo y luego su mirada se posó en la mía pidiendo respuestas. Obviamente, la suya ya no era la única, ya que encontré este mismo reflejo en los ojos de Hoseok cuando lo hallé observándome fijamente.

No sabía a cuál de los dos mirar y cuando empecé a marearme de tanto balancearme entre sus miradas, terminé por cerrar los ojos y soltar un bajo gruñido.

- ¿Así que esto es lo que estás haciendo? -habló primero el mayor con la camisa y la falda entre sus manos tendiéndolas a mi dirección mientras las sacudía exageradamente-. ¿Recibiendo menores en tu casa? -continuó.

- Cumpliré 18 el mes que viene, no veo...

- Lily, ¿podrías darnos un momento por favor? -le pregunté, interrumpiendo su intento de defenderse y causando que Hoseok ladeara su cabeza en mi dirección.

La chica observó al mayor de pies a cabeza mientras su ceño se fruncía lentamente para luego obedecerme y hacer su camino devuelta a mi habitación.

Paseé mi vista lentamente por el piso pensando en lo que iba a decir, pero mientras me preparaba para mantenerme firme, encontrarme con un molesto Hoseok con los brazos cruzados me hizo dudar de todo.

- La conocí antes de empezar a trabajar en la escuela -murmuré, como si aquello fuera una buena excusa.

Las cejas del peli-negro se elevaron y sus labios volvieron a formar otra "O".
- O sea que también trabajas donde ella estudia -espetó con diversión fastidiada e inevitablemente llevé mis manos hacia mis mejillas y las palmeé suavemente-. Eso no me lo esperaba.

- Hoseok...

- Oye, -me interrumpió- no quiero sonar como un aguafiestas pero -sus ojos volvieron a entrecerrarse mientras su mirada aún seguía sobre mí- ¿es esto lo que realmente estabas buscando?

Me detuve a pensar detenidamente en sus palabras y analicé todo lo que había ocurrido desde que llegué a la vez que un sentimiento extraño empezaba a florecer en mí: no, no era lo que buscaba.

Me quedé en silencio y bajé mi mirada hacia el suelo. Sentí como se mordía el labio superior antes de soltar un bufido. Y darme la espalda, podía sentir la decepción que pasaba por su cabeza.

- Tal vez deberías volver a casa -susurró y justo en ese momento todo pareció detenerse a mi alrededor.

Definitivamente no.
Me mordí el labio intentando callarme todo lo que desde que había estado en Corea me había guardado y no hice más que reír irónicamente por lo bajo, pero él no lo escuchó.

Pude percibir la castaña cabeza de la chica asomarse por la puerta observándome directamente y no lo pensé dos veces: aquello no era lo que buscaba... era más que eso, era lo que necesitaba.

Solté un suspiró y alcé la barbilla.
- Esta es mi casa ahora.









TRES CAPÍTULOS SEGUIDOS OH POR DIOS Y ESTA ROSA

me tomaré unas vacaciones ahora chau
mentira mentira, realmente me siento una maquina escribidora hoy (?
pero siento que algo no está bien con la trama, así que si sienten que ya no es lo mismo de antes, realmente lo siento mucho

gracias por el apoyo
un beso
- ema

MOANS | KIM TAE HYUNG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora