014.

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El día de hoy era lluvioso. Por esta razón la mayoría de la chicas del instituto llevaban suéteres y medias que le llegaban hasta las rodillas tratando de aplacar en su temperatura el frío clima. Lily era una de ellas, pero había cometido el error de ponerse unas medias apretadas que dejaban salir un poco de los gorditos de sus maravillosas piernas; sólo para volverme loco.

Habíamos acordado que guardaríamos la distancia mientras estuviéramos dentro de la institución, íbamos a tratar de no mirarnos demasiado mientras estuviéramos en el mismo espacio ni nos íbamos a dirigir palabras que no trataran sobre la clase.

Y aunque a veces me quedaba mirando cómo sonreía y charlaba con sus amigas en el fondo del aula como un niño que estaba viendo un juguete nuevo y caro que quería tener, todo estaba yendo bien.

Cerré el cuaderno que tenía en mano dando a finalizar el dictado que había estado haciendo durante quince minutos mirando como algunas chicas terminaban de escribir la última palabra que había dicho y otras revisaban nuevamente la hoja para corregir cualquier error que vieran.

- Pasen el papel al de adelante -ordené y escuché como algunas soltaban jadeos dándose aún más rápido para completar.

Cuando tuve todos los papeles en mano los organicé correctamente para luego ponerlos sobre mi escritorio viendo como una de las chicas a un lado de Lily levantaba la mano.

La señalé.
- Hable, señorita Hernández -le di permiso y ella se arregló un poco el suéter violeta que traía antes de hablar.

- Quería saber si este año se podrá hacer la excursión lingüística -habló alto y fuerte y pude ver cómo algunas chicas murmuraban inquietas, como si se hubiesen acordado de algo-. El año pasado fuimos a Colombia con el profesor de español -continuó mientras que mi mirada viajaba hacia Lily que ladeaba un poco su cabeza con la vista en el suelo.

Recordaba haber escuchado hablar a los otros profesores sobre esto, pero no había recibido ninguna noticia de que aquel viaje se llevaría acabo conmigo. Así que me remojé los labios y me encogí ligeramente de hombros.

- Posiblemente harán este viaje con el profesor Baekim -dije, aún pensativo y pude ver a la chica que me había preguntado hizo un pequeño puchero con sus labios.

- Pero usted es más divertido que él -exclamó otra joven más al frente, aún no me había aprendido los nombres de todas ni sus rostros, pero lentamente lo estaba haciendo.

Dejé salir una pequeña risa ante sus quejas y apoyos a lo que había dicho la chica.

- No es algo que se pueda arreglar -volví a decir, consiguiendo aún más quejas.

- Si los chicos de Corea son tan apuestos como usted, no me importaría vivir allá -musitó otra chica aún más en el frente y mi rostro quedó perplejo ante sus palabras y aún más cuando las chicas empezaron a concordar con ella.

- ¿Está usted casado? -preguntó una más en el fondo del aula y mi mirada accidentalmente se encontró con el rostro de Lily, quien tenía su mirada en el piso con los ojos entrecerrados y pude notar sus nudillos blancos mientras sus dedos se aferraban a su butaca con fuerza; se estaba conteniendo.

- ¿O tiene novia? -preguntó otra chica, pero a esta ni siquiera pude mirarla ya que aún mi mirada se encontraba en la castaña.

- ¿Le gustan mayores o menores que usted? -otra pregunta, pero a esta chica la miré de golpe, con el ceño fruncido logrando que ella se ruborizara. Sí, debería sentir vergüenza.

Y justo cuando iba empezar a poner orden en el aula, una voz que conocía bastante bien se me adelantó.

- Están actuando como zorras -espetó sin un titubeo y la habitación quedó en total silencio a la vez que todas las miradas decaían en la castaña, la cual arqueó una ceja-. ¿Vinieron aquí a apagar su fuego vaginal o a que les entrara un poco de razón? -preguntó elevando un poco la voz. La chica a su lado intentó a hablar pero ella levantó un dedo en su dirección antes de que pudiera hacerlo-. Ni se te ocurra decir algo equivocado que te conozco y me conoces.

Veía la escena anonadado, sin poder creer la fuerza con la que hablaba, con una autoridad que me pareció tan atractiva que no pude evitar sonreír por lo bajo. Aunque borré la sonrisa cuando me encontré con una chica mirándome con los ojos entrecerrados en sospecha.

El timbre de salida sonó salvándome de aquel intimidante momento y di un pequeño despido a las chicas que no dudaron ni un momento en salir del aula corriendo.

Inmediatamente me puse a recoger mis cosas sin un poco de prisa para luego encontrarme con la figura de Lily en el umbral de la puerta. Su cabeza estaba gacha y tenía un pequeño puchero que solo me hizo sentir palpitaciones en el pecho de dulzura. Caminé hacia a ella a paso lento y cuando llegué a su lado no hice más que mirarla en espera de una reacción.

Ella soltó un suspiro.
- Lo siento -susurró.

Intenté ocultar una pequeña sonrisa ante su fingida inocencia, pero no lo pude evitar estirando mi mano hacia su pelo para revolverlo un poco.

- Vámonos a casa -le dije.

Ella aún no me miraba, pero le di la espalda para empezar a caminar sabiendo que me seguiría. Sin embargo, en mi camino me encontré con la mirada de la chica que me había estado mirando minutos antes, observándonos desde lejos, con una mirada aún más alarmante.

Miré al piso y me di cuenta lentamente de lo que estaba ocurriendo. Sentí la mirada de Lily sobre mí para luego alejarla, supuse que también había notado la presencia de la tercera persona. Pero la castaña no hizo más que resoplar y acercarse aún más a mí.

La miré con alarme pidiendo que se detuviera pero ella parecía no querer hacerme caso. Volví a mirar hacia dando estaba la otra chica para solo encontrarme con la sorpresa de que se había ido, pero eso sólo lo aproveché para tomar la mano de la pequeña a mi lado y empezar a caminar hacia la salida del instituto.

Sin embargo, no me di cuenta que esa simple acción nos podía estar enterrando a ambos profundamente.

Y sí que lo estaba haciendo.













celosilla la chamaquita esa
bueno, si me conocen ya sabe lo que se viene y viene queeeee

-salseo

-el queee

-saLSEOO

-el queeee

-siete pO

-mire coño

xdxdxd por qué soy así

un beso
- ema

MOANS | KIM TAE HYUNG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora