최종의.

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Buenos días, preciosa.

Ayer he bebido un cocktail en la tarde que me ha acordado a ti, pasé la transición del día en resaca pero eso no impidió que bebiera champán en la noche, para estos días azules.

Porque tengo una nueva chica y ella no es para nada como tú. Ella no hace nada de lo que tú solías hacer y es extraño volver a sentir un calor que no es el tuyo. Sé que nunca se iba a comparar.

Y, ¿sabes? Extraño los truenos, ahí de Nueva York, toda esa gloria y duda que se reflejaba en el atardecer dentro de los edificios. Esa confortación del bajo este.

Si te preguntas el por qué, mi hermano me dijo que te mandara a la mierda y me buscara otra chica. "Pon la cabeza en alto, se acerca el verano." Eso dijo, y es gracioso cómo empecé a ganarme esa terca actitud. Parecida a la tuya, en casualidad.

Mi madre me dijo que no me apresurara en crecer, que me quedara en casa y que esperara. "Siempre tenemos algo que aprender." Dijo, pero sólo rodé los ojos.

Y ya no busco amor, sólo busco follar. Sólo por una noche, eso es lo que me digo. Porque ya no puedo esperar a nadie, no me puedo quedar por nadie y mucho menos cambiar por alguien; he perdido la costumbre de pensar en los demás. Y me gusta más la forma de vista egoísta, esa que no te hace perseguir a nadie ni culpar a nadie.

No quiero lo que los demás quieren. Es tan libre vivir de esta manera... ¿es así como te sentías? Porque si es así, te agradezco haberte adentrado en mi piel. Ya no necesito a nadie más que mí mismo, para siempre.

- ¿Quién es Liliana?

El chico se sobresaltó cuando la voz de la chica tras él lo hizo despegarse de su entretenida manía de mirar hacia la pared. Miró a la rubia de reojo, la cual mantenía su dedo en el costado del cuerpo del joven señalando el tatuaje cursivo que había en su piel, separado de los otros ochenta y cinco más que tenía en su cuerpo.

Se encogió de hombros y la chica rodó los ojos pinchando el lugar otra vez, haciéndolo fruncir el ceño en desagrado.

- Me lo hice cuando estaba borracho -respondió de mala gana sin saber por qué otra vez sentía nostalgia, una que no se había ido en años.

La chica rió y volvió a recostarse sobre su espalda, dejándolo en paz una vez más.

Pero "para siempre" es tan corto y tan largo como lo pienses y a veces no creo que sea capaz de verlo en una manera que perdure.

Antes era paciente pero me he cansado de esperar, ahogando mi desespero en yerba y alcohol. Usualmente en lo alto todo el tiempo.

Y es que me haz hecho querer no buscar amor en nadie más. Sólo tengo ganas de follar. Porque me has hecho impaciente, terco y egoísta. Oh, se siente tan bien.

Los labios de la chica se pasearon por su hombro, distrayéndolo una vez más, pero él no se enojó. Ya no sentía eso, no sentía nada en general.

Así que giró sobre sí mismo para quedar sobre la rubia que rió una vez más sorprendida abre la acción. Pero la cara del joven seguía inexpresiva.

Te quiero agradecer. Realmente lo hago. Por ayudarme a quitar esta máscara y mostrar quién soy en realidad.

Gracias por gemir por mí. Ahora sé que no hay nadie que lo pueda hacer igual.

Pero lo que no estaba consciente era que a kilómetros de él, ella gritaba dentro de sí, desesperada por verlo otra vez, de sentir su amor, de volver a amar.

¿No es eso divertido?

A él. Solamente a él. Como había aprendido a hacer. Sin ser capaz de amar a nadie de la misma manera.

Gracias por hacerme alguien más. Alguien como tú.

Pero ella sabía que no había posibilidad de hacerlo. No eran los mismos, ya no eran conocidos. Ahora estaban perdidos, lejos de lo que solían conocer.

Pero ya soy otra persona.

Y todo empezó por un simple par de gemidos.













Fin.

MOANS | KIM TAE HYUNG.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora