Me encerré en el cuarto que compartía con Gherard, es decir, el único que tenía desde que me trajeron hasta aquí casi en contra de mi voluntad.
Me apoyé en la puerta y solo entonces me di cuenta de dos cosas. Estaba temblando, casi no podía mantenerme en pie y estaba llorando a mares.
Corrí hacia la cama y me tiré a ella sin importarme nada. Una vez allí, seguí desahogándome como si me fuera la vida en ello. Eran demasiadas cosas. Todo lo que había pasado con Gherard, con Fernando y ahora con Charlie. Yo no tenía necesidad de estar pasándolo mal por Charlie, que jamás había demostrado ningún deseo sexual en mí y que ahora de repente, no solo demostraba interés en mí sino que se ponía furioso y celoso de saber que estaba con otros.
En ese momento, se abrió la puerta. Intenté fingir que dormía, pero los sollozos me traicionaron.
-¿Melisa? ¿Qué ocurre, por qué lloras?
-¡No te importa!
-Claro que me importa. Quiero que estés cómoda aquí…
-¡Pues no lo estoy! ¡Odio esto! ¡Quiero volver a mi vida de antes con o sin Charlie!
-Volverás, pero no es el momento…
-¡Te odio, Gherard!
-No parecías pensar eso anoche…
-¡Vete a…!
-Espera, Melisa… Pensé que querías que nos lleváramos bien, pero no me lo pones fácil…
-¡Me tratas como si fuera basura!
-Te equivocas, te trato mejor de lo que te puedes imaginar. Si te tratara mal, estarías durmiendo en ese mugroso sótano con tu hermano.
-Charlie…
Volví a llorar con fuerza cuando él nombró a mi hermano. Lo único que yo quería era dormir y descubrir que todo esto era una pesadilla. Gherard frunció el ceño al verme llorar, por lo visto, era algo que no le gustaba, y me atrajo hacia su cuerpo para abrazarme. No sabía porque le permitía consolarme, ya no entendía de nada.
Hace unos días, odiaba a Gherard, pero desde ayer me estaba empezando a gustar como hombre, estaba empezando a desearle, pero… Luego pensaba en todas las mujeres con las que se habría acostado, a todas las que había humillado y que yo era una más en su lista…
Seguía siendo una extraña relación amor-odio.
-Vamos, Melisa… Tranquilízate, por favor… Odio verte llorar…
-No es tan fácil…
-Lo que menos deseo es que me odies.
-Ni siquiera te conozco…
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Odio amarte tanto
RomanceNo era la primera vez que mi hermano se metía en un lío. Tampoco era la primera vez que intentaba sacarle del problema. Sin embargo, esta vez, la solución a sus problemas me llevaría a enfrentarme cara a cara con mis miedos y mis sentimientos, me l...