-Y esa cara- me dice Oliver.
-¿Qué? ¿Cuál? – le digo sonriendo.
-Tienes el ceño fruncido, como si quien sea que te escribiera te haya dicho algo que no te gusta, luego te sorprendieras, y ahora estás entre la decisión si salir por esa puerta- la señalo—o te quedas aquí conmigo aburrida un rato, calificando exámenes, aunque creo que si te queda aquí, es más por lastima de dejarme solo, que por el interés de quedarte.
-Impresionante, sabes leer a la gentes, me imagino que eso te debe ayudar con las chicas- dije señalándolo.
-La verdad si, esa es una de las ventajas de estudiar este tipo de carrera. – dijo como si no fuera gran cosa.
-Sincero, me agradas – dije cogiendo los papeles para comenzar a calificar nuevamente.
-Gracias tú también me agradas, eres graciosa, y simpática de forma muy natural, nada fingida.
- Si lleváramos más tiempo de conocernos, te juro que hubiera creído que me estabas mandando directamente en la friendzone...-
-¡Que! No. Claro que no... solo...yo..no- se veía tan en problemas que me dio pesar.
- Oliver solo estoy haciendo un chiste – él se relajó y yo agarre mi celular.
-Solo que eres...creo que la única chica...- lo mire, estaba rígido en su asiento.
-No, tienes que justificarte, relájate- dije medio riendo para quitar la tensión que de un momento a otro apareció, y seguí viendo lo que me respondía Dylan.
-Sí, ya se pero quiero hacerlo. – bajo mi celular con su mano, y me obligo a mirarlo. – Eres la única chica que no he visto mirarse a un espejo, o aplicarse labial o algo por el estilo frente a mi.-
-Bueno, lo de mirarme al espejo, puede que lo haya hecho pero con el celular – le sonreí.
-Lo que quiero decir es que me agrada que no intentas caerme encima, es decir haces como si estuviéramos en primaria, cuando la vida era más sencilla y hablar con una chica, simplemente era hablar con una chica, no tenía otras intensiones escondidas, nada por el estilo.
-No sé qué decir –irónico ¿no?
-No tienes que decir nada, por cierto tienes hambre – apenas dijo eso mi estómago rugió como si lo acabaran de levantar de una siesta larga – tomare eso como un sí, te traigo una hamburguesa con papitas fritas y no acepto un no. – y tampoco se lo iba a dar, tenía hambre y ya eran casi las ocho de la noche.
-Te lo agradecería – dije sonriendo.
Entonces él se dirigió a la salida pero antes de desaparecer completamente se detuvo y me miro.
-¿Gaseosa? –
-Sí, manzana – dicho esto se fue.
Mire mi celular tenía un último mensaje de Dylan la abrí.
-Santiago se fue del bar- Lo que indicaba que venía a revisar mi trabajo.
Así que continúe calificando los últimos dos trabajos que faltaban, los cuales eran fácil uno de esos era el mío y me lo sabía al pie de la letra así que termine antes de que Santiago o Oliver aparecieran por esa puerta.
Me puse a mirar Instagram, y así perdí la noción del tiempo. Entonces unas manos me vendaron los ojos.
-¿Quién es? – dije aun sabiendo que no me diría quien sea que fuera. Así que forceje tratando de quitar sus manos de mis ojos, pero me fue imposible pero si logre que quien sea que fuera se acercara tanto como para yo comenzar a tocar su rostro, quien fuera tenía una nariz muy fileña y unos labios bien delineados.
-¿Oliver? – y la persona retiro sus manos.
-Si – se sentó al lado míos, no sin antes colocar una hamburguesa con papitas delante de mí y la gaseosa de manzana – aquí tienes.
-Eres un idiota casi me matas del susto, a por cierto lindos labios. – al momento que esas palabras salieron de mi boca, me di cuenta de mi gran error, pues Oliver me miro con cara de sorprendido y a la vez estaba avergonzado o riendo porque sonríe muy lindo, no se esto debe ser el sueño.
Él y yo nos quedamos mirando, después de ese incomodo momento nadie dijo nada, nadie aparato la mirada, nadie se movía, aunque todos estábamos sonrojados, lo sé porque yo quería que me tragara la tierra.
Entonces rompí el hielo. Retire mi mirada y comencé a comer, la mejor hamburguesa que comía en mi vida, pues no pero si era perfecta para calmar el hambre que sentía aunque no la desmerito estaba deliciosa.
-Emma- actúa normal.
-Si- dije y levante la mirada de mi comida.
-Tienes salsa de tomate allí – y de pronto se acercó a mí y me dio un beso fugaz. Os juro no lo vi venir. Yo quede allí petrificada, porque en realidad a este chico solo lo conocí hoy y en menos de 24 horas paso de ser un total desconocido, a ser un aliado, amigo, me mando a la friendzone, me había alagado, mencione a sus labios y ahora me había robado un beso.
-Que bien señorita Materazzi, veo que no la está pasando mal, y yo preocupándome por su alimentación y por la hora. – volteo y veo a un Santiago en el marco de la puerta con una bolsa de McDonald en la mano. Pero él no me mira a mi si no a Oliver. – si quieren vuelvo en un rato para que sigan besándose.
-Dankworth, no te las desquites con la chica fui yo quien la beso.-dijo Oliver.
-No quiero que me den explicaciones – dijo cerrando los ojos, y cuando los abrió agrego- señorita Materazzi termino usted lo que le pedí. – se acercó, coloco una silla al lado mío y comenzó a mirar los papeles, mientras yo continuaba masticando mi hamburguesa.
Y así los tres pasamos la hora más larga de nuestras vidas, o por lo menos la mía.
Pues Santiago lo único que hacía era tachar, escribir y mantener la mandíbula rígida. En cambio Oliver, seguía leyendo sus papeles y a veces me miraba con una sonrisa tranquilizadora. Y yo allí estaba sin hacer nada luego de terminarme mi hamburguesa, sin hablar, sin sacar mi celular y mirando a lo lejos deseando que me diga que me pudo ir. Ya que si yo abría la boca de seguro me coloca más trabajo.
En cuanto a la bolsa de McDonald seguro que era más feliz que nosotros.
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Coqueteando Con La Realeza ♔ (Sin editar)
Romance- ¿Que quieres? -dije con mi cara de póker - A ti- contestó - Pues lástima no estoy disponible- dije, en realidad no tengo novio pero él no tenía porque enterarse ¿cierto? - ¿yo acaso he dicho que ahora?- me alzo la ceja - y yo solo digo no va a pa...