Capitulo 32: ¿Qué haces aqui?

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Todo iba súper bien desde que nos encontramos a los oficiales, pues habían utilizado el gato manual y habían quitado la llanta y para estas alturas se estaban dedicando a terminar de colocar las tuercas que sujetan las llantas.

Cuando llegaron los chicos y con esto me refiero a David y Sebastián solamente, lo que se me hizo muy extraño, en realidad una parte de mí se desilusiono. Porque ahora no aparecía; cuando él fue quien quería verme hoy en la tarde o es que así de rápido se le quitaron las ganas. No lo entendía.

En fin los chicos se acercaron, nos saludaron con un gran abrazo y luego fueron a ver en que le podían ayudar a los oficiales, pues a estos se les vio un poco estresados y Dylan estaba nuevamente agitando las manos al cielo lo que me indicaba que algo andaba mal.

-Julieta deberíamos ver que sucedió allí – dije mientras ella tomaba fotos de la situación en general.

-Si tienes razón- coloco su cámara en dirección a Dylan – pero primero necesito un recuerdo de eso.

Camine hacia el carro y me acerque a David

-¿Que sucedió ahora? –pregunte

-Sebastián partió la llave de cruceta- me gire hacia Sebastián que estaba llamando por celular-¿y cómo sucedió eso? ¿No eran los policías los que estaban colocando la llanta?

-Tu misma lo dijiste eran, cuando llegamos Sebastián les dijo que no era necesario que siguieran ayudando y les agradeció por haber colaborado, cogió la cruceta comenzó a apretar los tonillos y la partió – me miro - Emma si no lo hubiera visto con mis ojos no lo hubiera creído, es que mira – señalo la cruceta- para que partas eso debes incrementar tal fuerza – se rio.

-¿y que no las terminaron de apretar? –

-Dos están apretadas y Dos no –

-Y si vamos despacio no podemos irnos así hasta encontrar un taller–

-No creo que sus nuevos amigos las dejen – señalo a los policías.

-Bueno ¿y entonces?-

-Toca esperar que pase un carro con una cruceta 14 o que Sebastián consiga que Santiago traiga la caja de llaves o ir por ella, lo que se dé primero – dijo.

Mire hacia Dylan que estaba que explotaba mientras Julieta seguía tomando fotos de la situación lo que me sorprendía es que no había pedido a los policías que posaran; se los juro creo que de cierta forma era la única que veía a este momento como algo memorable... o positivo... el hecho es que se le veía feliz o algo así.

Entonces observe a Sebastián que estaba peleando por celular o eso parecía, cuando termino de hablar se la pasaba peinando el cabello y para cuando volvió donde nosotros los policías habían detenido dos carros para ver si conseguían la cruceta que necesitábamos. Pero el primero no tenía ni siquiera una cruceta lo que me pareció gracioso debido a que en cualquier momento le podrían haber puesto una multa y él lo sabía, pues se le notaba nervioso al conducto. Y el segundo si tenía cruceta pero no era del tamaño correcto, así que la desilusión nos golpeó.

-¿Entonces que dijo Santiago? – pregunto David.

-Que ya venía – respondió Sebastián con un tono no muy convencido.

Entonces continuamos insistiendo deteniendo carros para ver si conseguíamos la dichosa cruceta.

Pero unos o no tenia o si tenían eran más grandes o más pequeñas del tamaño que necesitamos , parecíamos una película de bajo presupuesto por lo que después de 15 minutos de detener coches todos decidimos sentarnos a esperar a Santiago.

El susodicho se tomaba su tiempo, razón por la cual decidí llamarle, pero la primera llamada timbro y timbro y paso a buzón de mensaje. Luego volví a marcar pero esta vez no timbraba en seguida me enviaba a buzón de mensaje, después de pasar dos minutos volví a intentar pero fue lo mismo el correo de voz me recibió por lo que deje de insistir e hice lo que los demás hacían me senté a esperar.

No sé en realidad cuanto tiempo había pasado para cuando llego sauce con la cruceta, pero sí sé que desde que llego no me miro ni una sola vez ni tampoco me saludo y se preguntaran como me di cuenta, la verdad es que fue muy obvio porque estábamos todos sentados en la acera cuando su camioneta parquea y él se baja, en seguida los chicos se levantaron y le quitaron la caja para comenzar inmediatamente a apretar la llanta, mientras Julieta Dylan y yo nos quedamos sentadas en la cera.

Él se acerca las saluda y comienza a hablar con ella de temas irrelevantes de los cuales intente participar como dos veces pero me ignoro completamente a pesar de que la pregunta era para el en las dos ocasiones la terminaba respondiendo alguna de las chicas así que me levante a ver si los muchachos necesitaban algo pues era preferible antes de quedarme allí.

Al final no necesitaron nada, terminaron de colocar la llanta, agradecieron a los policías y para este momento me dirigía con las chicas en el carro hacia la residencia.

El viaje lo sentí corto no sé si era porque lo comparaba con lo que duramos en medio de la carretera o porque la mayoría del camino estaba dormida en fin cuando llegamos Dylan y yo nos quedamos en nuestro cuarto preparando todo para ver una película y Julieta se fue a comprar las cosas para hacer palomitas.

Cuando quiso volver a mí se me habían quitado las ganas de hacer cualquier cosa así que con el sueño más grande me fui a dormir mientras ellas disfrutaban de loco y estúpido amor.

Unos fuertes golpes se escucharon seguido de unos gritos, me levante de golpe y me encuentro con que Dylan ya se había levantado, colocado una chaqueta y caminado a investigar, seguí sus pasos solo que yo estaba arropada con una manta. En la sala los golpes en la puerta se escuchaban más fuertes pero aun así Julieta roncaba como si no hubiera mañana.

Quien sea que estaba detrás de la puerta comenzó a maldecir pero no cesaba de tocar.

Me lave la cara mientras Dylan miraba por el ojito y dijo - ese es tu problema – me miro –Santiago.

Quede atónica que hacia aquí, mire el reloj son las 3:30 am para ser exacta.

Otra vez toco la puerta con insistencia –pero esta vez no hubo grito si no el sonido de un vidrio roto.

Sin pensarlo dos veces abrí la puerta y lo encontré tratando de recoger el vidrio riéndose de su torpeza con una botella de wiski en la mano y aspecto desgarbado.

-¿Qué haces aquí? – dije para que se diera cuenta de mi presencia.

–Emma, cariño porque no abrías, te extrañe tanto – y se abalanzo sobre mí.

Yo lo esquivé – ahora no Santiago primero déjame limpiar tu desorden y luego hablamos si es que para eso viniste- lo mire.

Coqueteando Con La Realeza ♔ (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora