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Ethan.

- No lo se vamos a averiguarlo.

- Humm Okai yo te sigo - dije mirando hacia el Granero.

Empezamos a caminar y el viento comenzó a soplar, una voz chillona en mi interior gritó. Mierda. Tengo frío, mucho frío.
¿Que hago? No puedo decir simplemente “oye Rose ya se que me salvaste la vida haci que... ¿No tendrás un suéter?" sería estúpido. ¡Ya se! Miraré a Rose y diré “¿soy yo o hace frío?" si, me voy a ver genial, ahora sólo...

-Achuu- fue como si un perrito tuviera gripa. No, no fue un perrito, fue Rose estornudando.

-Lo siento esta empezando a hacer frío- dijo frotándose los brazos.

- Humm si un poco, la verdad no lo había notado- ¡todo salió mejor de lo que esperaba!- lo mejor sera que te cubras o vas a enfermar.

Rose

¿Que? Hice eso sólo porque vi que el estáva temblando de frío.Idiota.

Ethan.

-Tu también deberías cubrirte- dijo acercándose al carrito del cual sacó una sudadera para ella ¿que me daría? Definitivamente yo no entraba en una sudadera para chica...¿o si?

Saco una manta café y me la tendió.

-Toma, definitivamente no entras en una sudadera- ¿está mujer lee mentes o que?

-Gracias- dije sonriendo y cubriendome la espalda con esta- toda mi ropa terminó quemada.

-¿Quemada?- pregunto curiosa

-Si antes de...- Sofi y mamá pensé.

- Lo entiendo- dijo Rose en tono comprensivo.

-Si...humm...hubo un incendio en donde estavamos y...

-Tenemos que buscarte ropa.

-¿he?

-Digo, no me apetece verte desnudo mientras lavas tu ropa.- dijo Rose.

La simple imagen de la situación hizo que me sonrrojara hasta las orejas.

-C-cierto- Yo desnudo frente a Rose pffff eso nunca va a pasar.

-Llegamos- anunció, era cierto estavamos parados frente a una gran puerta de madera pintada de verde. Rose llamó a la puerta, como si esperará que alguien le contestara desde adentro.

-¿Que haces?- pregunte

-Verificando

-¿Verificando?

-Si, que nos asegura que no hay nada adentro.

-Humm- pegue la oreja a la puerta- no se oye nada- confirme.

-Entonces ayúdame a abrirla- entre los dos empujados la pesada puerta, la cual hizo un rechinido tan horrible que los cabellos de la nuca se me herizaron.

Olía a humedad y a paja seca lo cual era una combinación extraña, la luz que entraba desde lo más alto. Había otra puerta más pequeña en el otro extremo.

El inicio del finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora