12. Elección

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Jueves. 9:35 AM.

Ayano estaba dirigiéndose hacia la azotea, junto su Taro-senpai.  Le había aceptado la invitación, pues no tendría nada de malo hablar con alguien más, ¿no?

—¡Hola Ayano-san! Muchas gracias por acompañarme el día de hoy. 

—Hola. Mira, Taro-senpai, dejémonos de formalismos.  

—Como quieras. 

Se sentaron en un banco que estaba en la azotea, cada quien con su propio almuerzo. Mientras comían, el joven le formuló una pregunta. 

—Umm... Ayano, ¿estás enamorada de alguien?

Esa pregunta la dejó helada. Pensó en cómo responderle, pensó en cosas como: "No." O cosas como "A ti qué te importa, ¡eso es personal! ". Pero no quería sonar grosera. 

—Que yo sepa, creo que no. — le respondió. Todavía le dolía el rechazo de su Senpai hacia ella, aunque en lo máximo lo ocultaba. 

—¿Se puede saber porqué...? — en ese momento Ayano no se pudo sentir más indignada. ¿Tan rápido se había olvidado de ella y su confesión? 

Rápidamente se levantó, dejandole solo. Cuando estaba por salir, unos brazos la sujetaron por la cintura. Se contuvo de golpearle el rostro, pues no le gustaba que se propasaran con ella y menos en alguien en el que NO confiaba. 

—¡¿Qué quieres?! ¡¿Burlarte una vez más de mí?!—Y estalló. Estuvo conteniendose de decirle eso y más palabras groseras a él. 

—¿Todavía lo recuerdas?—dijo él.—¿En serio? Y yo que creía que lo habías superado. Mira, de verdad, lo siento. Nunca creí que en ese día se me fuesen a confesar dos personas. Primero Osana Najimi, y luego tú, Ayano Aishi. Sé todo sobre ti. Sé que vives sola, que tus padres se encuentran lejos de Japón, y que hace mucho no los ves. Cuando Osana se me confesó antes que tú, le acepté, porque sabía que sería un problema rechazarle. Pero, luego tú, de verdad, lo siento, pero fue esa la razón de mi rechazo hacia ti. 

Ella no sabía cómo reaccionar a eso, ¿perdonarle o no? 

Pero él no le dio tiempo de pensar. 

Chocó sus labios  contra los de ella. 

Lo que siempre quiso de su Senpai (claro, antes de conocer a Budo), un beso, probar los labios de este, por fin lo lograba. 

La sensación que le invadió fue la de nostalgia en primer lugar, al recordar todas las estupideces que hizo por él. Por andar recordando, no se dió cuenta de que aquel beso iba subiendo de intensidad, y que ya se encontraba, literalmente, entre la espada y la pared

Sintió una mano ascendiendo desde su vientre hasta la hebilla de su sostén. En ese instante abrió los ojos. Se dio cuenta de que lo que estaba pasando no era nada bueno, y que Taro no es el mismo Budo. De igual forma, recordó su primera experiencia con Budo, y por el momento no le apetecía guardar en su memoria otra experiencia parecida. Con lo sucedido con Budo le bastaba. 

Intentó retener a Taro, pero este no se lo permitió, pues quería terminar lo ya empezado. Taro le ganaba en fuerza, aunque por unos pocos segundos Ayano logró separarse de él. Lamentablemente, los segundos duraron poco. Taro la lanzó contra el suelo, para luego posicionarse nuevamente sobre ella; tomándole así las muñecas, para que no pudiera hacer nada. La volvió a besar con fuerza y lujuria, pues no creía que una chica como ella le hiciese sentir así. 

Taro, de alguna forma, desde hace algunos días, se empezó a interesar en Ayano, tanto al punto de desearle. La había espiado después de la clase de natación al cambiarse e incluso antes de esta misma. Se había convertido en un gran pervertido gracias a ella. 

Pero, volviendo a la actualidad; Ayano siguió tratando de quitárselo de encima, pero con lo que ella no contaba era que Taro era un viejo amigo de Budo, y, por esta razón, sabía algunos movimientos de defensa que Budo utilizaba siempre. Por eso Ayano no podía ganarle a Taro, ni mucho menos defenderse de él. Entonces, de la nada, recordó una noche, en la que su padre llegó borracho o ebrio, e intentó abusar de ella. Este acontecimiento se quedó solo entre ella y su padre. Lo que ella hizo para defenderse fue buscar la boca de su padre, besarle e intentar encontrar la lengua del contrario. Luego, proceder a morderla con fuerza. Y eso fue lo que hizo con Taro. 

—¡¡¡MIERDA!!! ¡¿QUÉ DIABLOS HICISTE, MALDITA PERRA?! ¡¿ME MORDISTE LA LENGUA?! 

—¡DEJAME MALDITO PERVERTIDO! ¡TE ODIO, ATREVIDO! ¿ES QUE ACASO NO SABES? ¡AHORA ESTOY SALIENDO CON BUDO-KUN! ¡IRRESPETUOSO! ¡YA ME VOY! 

Y se fue. Lo dejó con las palabras en la boca, y con una leng.ua sangrante. 

Corría a toda velocidad, con todas sus fuerzas.  ¿Que hacia dónde? Pues a la casa de su querido

Al llegar, sudorosa y jadeante, le recibió la madre de este, guiandola hasta la habitación donde su adorado aguardaba. Al entrar a la habitación se encontró con que estaba dormido y con una fiebre alta. Tal vez, había pescado un resfriado, pero uno grave, pues la fiebre era muy elevada. Se avergonzó de no llevarle nada, pero supuso que su compañía era más importante. 

Él no se había despertado aún cuando ella le dedicó unas palabras, palabras que aunque él no escuchó del todo, recordarán, ambos, por siempre. 

—Cariño, espero, que como yo NO te fallo, NUNCA ME FALLES. Recuerda que te quiero. Realmente quiero que te quede claro, que eres MÍO y yo soy TUYA, de NADIE MÁS. Así que, promete que NUNCA me vas a fallar, porque tú sabes  de lo que soy capaz de hacer por tu AMOR... 

—Uh-m, A-Ayano. Oh, e-eres tú. ¿Decías al-algo?—titubeaba él, pues acababa de despertar y estaba sorprendido de ver a la chica junto a él. 

—No, nada importante. Pero... dime, ¿sí o no? 

—Pos... No sé... ¿Sí...? 

—De acuerdo. Bien, puedes seguir descansando. Iré por un vaso de agua. 

Ayano se retiró con una sonrisa escalofriante en su rostro, dejando un solo y confundido muchacho. 

¡¿Por qué Tú?! (Budo x Ayano) 1era TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora