14.- Lo que uno no quiere, el otro lo desea.

204 21 24
                                    


                                 O de romances desapercibidos

Ah, no podría ser más feliz en estos momentos... aunque pienso que podría ser un poco mejor si al menos Neil me prestara algo de atención.

— Neil...

—... ¿sí?

— ¿Podemos hacer algo?— estoy sentado al otro lado de la mesa donde Neil está estudiando, con un libro y una libreta con apuntes en una letra demasiado pequeña y recta.

— Estoy estudiando— y como siempre Neil no me voltea a ver. No es que me moleste, de hecho me gusta mucho solo observar a Neil y su comportamiento frio también me gusta.

— pero ayer también estabas estudiando.

— tengo exámenes la semana que viene— ah, bien. Tampoco voy a arruinar los estudios de mi Neil solo por mi capricho.

— ¿no quieres descansar un poco? has estado estudiando mucho últimamente.

— estoy bien, gracias— sonrió, apoyando mi cabeza en mis manos para ver con más detalle a Neil. Y como siempre lo estoy observado es que puedo notar que está cansado, si como dice ha estado estudiando es posible que no esté durmiendo mucho ¿ha estado comiendo adecuadamente? Oh dios, debería hacer algo.

Sin decirle nada me levanto para ir a la amplia cocina que tiene este lugar. ¿Qué sería bueno preparar? ¿Algo ligero o algo con muchas vitaminas? ¡Ah, pero ni siquiera sé que le gusta a Neil! Sera mejor que revise en el refrigerador.

— Umm— en el refrigerador hay de todo, demasiado de todo para ser sinceros. Ah, pero esto no me ayuda para nada.

— ¿Clyne?

— Hola Eizam— frunzo el ceño cuando veo a ese demonio entrar junto a Eizam. No tengo la menor idea de que pasa por la cabeza de este chico para que permita que él se esté quedando aquí, pero... no puedo decir mucho porque si no tendría que irme, y aun no quiero irme.

— ¿Qué haces? ¿Ocupas algo?

— quiero prepararle algo a Neil, pero justo me di cuenta que no conozco lo que gusta o no.

— oh. Bueno, a Neil no le gustan los tomates y es alérgico a las nueces... pero no sé cuál es la comida que prefiere— sí, este es un buen chico, tal y como parece. Casi podría abrazarlo del alivio que me da el por fin saber algo más de Neil.

— tsk que incompetente. Si querías saberlo solo se lo hubieras preguntado al chico raro y ya. ¿O porque no me vendes tu alma y hago que ese chico sea solo para ti?— no puedo decir lo mismo de este sujeto, odio en demasía el cabello rosa.

— no necesito tus falsas promesas. Además, no sería capaz de hacerle eso a alguien a quien amo.

— ¿amar? Lo conociste hace unas semanas...— la sonrisa de ese tipo me desagrada. Tan falso, tan vacío.

— y es algo que nunca vas a conocer.

— no me molesta en realidad— me dice, encogiéndose de hombros. Por supuesto que no le importa, y no debería importarle para nada después de todo ¿para qué necesita sentimientos alguien que vive de condenar a las personas?

— Deccal deja en paz a Clyne.

— pero si el inicio— a pesar de su reclamo, el demonio retrocede cuando ve que Eizam levanta el atomizador con agua bendita que le doy cada que puedo. Me gusta también el carácter de Eizam, y siempre me hace sonreír cuando lo veo golpeando o arrojándole agua bendita.

Para no caer en tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora