5.- Quien bien tiene y mal escoge, si sale mal que no se enoje...

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                                                                        O Como no caer en desesperación

Estúpido, maldito... ¡Pero que vergonzoso! Mi cara esta ardiendo, y no es para menos. Ese maldito demonio idiota ha... ¡no puedo ni decirlo!

Estoy casi a punto de dirigirme al cuarto de Neil, pero creo que no se tomara bien el que quiera dormir con el, además aun estoy muy avergonzado por lo que hizo ese demonio y no se como explicarle porque quiero dormir en su cuarto así que con un resoplido de fastidio me tiro al primer sofá que se me cruza. Arrrg.... No puedo creer que ese tipo me haya tocado, y lo peor es que no pude decirle absolutamente nada... ah, que complicada situación, estuve a punto de pedirle que se detuviera, pero eso sin duda me hubiera condenado... aunque me duela admitirlo es muy listo.

El sofá es verdaderamente incomodo para dormir, pero ahora mismo no tengo intención alguna de dormirme, no quiero que ese demonio me tome desprevenido otra vez... además mi cuerpo aun se siente caliente.

— estúpido demonio...— murmuro, levantándome para ir al baño y darme un buen baño de agua fría no solo para quitarme el calor sino también porque no me agrada la sensación de sus manos tocándome. Como la casa es antigua, no es de extrañar que haya una bañera en el baño, en la cual me sumerjo una vez que la llene y me quito la ropa— ¿Por qué no se larga al infierno?- refunfuño, frotándome con la esponja con más fuerza de la que se requiere— jamás volveré a jugar con esas cosas... sabia que los únicos libros que sirven son los de ciencia...

— ¿Quiin?— Pff... me había olvidado de Neil por completo.

— ¿ocupas algo?

— no... Pensaba que es algo tarde para darse un baño.

— Tuve un accidente...- me callo, sonrojándome al pensar lo que Neil va a deducir de mis palabras, ¡rayos! Esto está siendo más estresante de lo que pensé. Pensando mejor las cosas, podría vender mi alma con tal de olvidar los dos últimos días de mi vida.

— ah... Quiin, quizá deba descansar. Creo que tanto estudiar le esta estresando ¿tiene exámenes pronto?

— no, no es eso...

— esta preocupándome.

— Lo siento...- respondo, suspirando— ¿te parece si hablamos mañana?

— está bien si así lo quiere.

— y por favor, deja de hablarme así... es muy formal, ya te lo había dicho— sigo refunfuñando. A pesar de que Neil es un poco extraño es un buen chico y me agrada mucho.

— Claro... que descanse— escucho sus pasos alejándose antes de hundirme en la bañera. Me quiero ahogar ahora mismo. Cuando comienzo a temblar a causa del frio es cuando por fin salgo de la bañera. La casa está en silencio, un silencio tranquilo pero aun así no me confió, no pienso subir para nada esta noche. Después de vestirme me devuelvo al sofá, donde me quedo acurrucado en un rincón tratando de olvidarme lo que paso hace rato. No quiero encender la televisión por miedo a despertar a Neil, será difícil explicar que no quiero subir a mi habitación porque hay un demonio que intento violarme.

Mientras estoy ahí, en la oscuridad, comienzo a temblar no sé si de frio o de algo más. Es muy vergonzoso pensar en lo que paso... que me haya excitado solo por...

— ¡quiero morirme!

— ¿Es eso una petición?- la voz suena demasiado tétrica en la oscuridad, y toda mi vergüenza se esfuma dejando solo un leve miedo.

Para no caer en tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora