Capítulo 18

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Rick dirigió la mirada hacia la enorme casa delante de la cual acababan de aparcar. Kate hacía lo mismo, aunque por razones diferentes.

Siempre le había escuchado a Castle hablar de su casa en los Hamptons, y siempre se la había imaginado enorme, pero estar delante de ella era diferente. Era enorme, al igual que el terreno en el que se encontraba. Desde allí solo podía apreciar la parte de delante, pero estaba segura de que la parte trasera de la casa ofrecía unas impresionantes vistas al mar. La mansión, porque así era como ella la veía, se veía además preciosa con la iluminación que se percibía desde el interior. No hacía falta ser detective para saber que el dueño de aquel lugar poseía bastante dinero. Y eso, de alguna manera, le hizo sentir pequeña a ella.

-¿Vamos? – dijo él, tras un leve carraspeo.

Estaba nervioso, y no se debía a otra cosa que al reencuentro con su hija, después de varios meses sin verla ni hablar con ella. Kate se obligó a centrarse, se lo debía a él. Colocó su mano sobre la de Rick y asintió, ofreciéndole su apoyo.

Fue ella quien, segundos más tarde, presionó su dedo índice contra el timbre. Rick se veía demasiado nervioso como para enfrentarse a lo que podía encontrar tras esa puerta. Kate apretó su mano y él le devolvió el gesto, agradecido.

No habían vuelto a hablar de lo que iban a hacer a partir de ahora. Los dos querían continuar con su relación aunque ambos tenían miedo. Todo sería diferente ahora que debían regresar a sus antiguas vidas. Y Kate no pensaba permitir que el asesino de su madre se saliese con la suya, tampoco podía entender por qué Rick quería que no hiciese nada al respecto, después de lo que le habían hecho a ella. Pero fuese como fuese, ahora no era el momento para pensar en eso.

La puerta de la entrada se abrió, apareciendo ante ellos una Martha con la misma expresión alegre que siempre recordaba en ella.

-Oh, Richard – dijo, rodeando a su hijo entre sus brazos.

Rick se dejó abrazar y le aseguró a su madre que estaba bien, que ambos estaban bien.

Cuando la pelirroja termino de abrazar a su hijo, rodeó a Kate en un cálido abrazo, algo que esta última no se esperaba. Era cierto que Martha siempre la había tratado bien, y siempre se había sentido a gusto con ella, pero después de estos meses… creía que tal vez la actriz le guardaría algo de rencor. No era así, Martha parecía además bastante preocupada por ella.

-¿Estás bien Katherine? Estás más delgada y… oh, no pasa nada – dijo, restándole importancia con un gesto de manos – Te ves estupenda querida.

Kate sonrío levemente y agradeció que Castle interrumpiese el momento.

-¿Dónde está Alexis, madre? – preguntó el escritor, con un leve tembleque en la voz, apenas perceptible.

-Estoy aquí – la adolescente apareció en ese momento en el pasillo. Llevaba el pelo recogido en una coleta y estaba cruzada de brazos.

Se le notaba molesta, pero aun así no pudo evitar sonreír cuando su padre la miró y corrió hacia ella para abrazarla. Alexis se agarró al cuello de Rick mientras éste giraba, alzándola en el aire.

Kate observó la escena con una sonrisa, junto a la madre del escritor, y no pudo evitar sentirse algo fuera de lugar.

-No sabes las ganas que tenía de verte, Alexis – dijo Rick, dejando a su hija de nuevo en el suelo.

-Ya…

Alexis volvió a ponerse seria. Puede que Rick no lo hubiese notado, por la emoción que sentía, pero Kate era una experta en reconocer las emociones ajenas con observar sus expresiones en el rostro.

Grasping to controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora