Capítulo 19

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N/A: El siguiente capítulo será un epílogo, lo cual quiere decir que este es el "último capítulo". Igual ahora os parece descabellado, pero cuando leáis este capítulo espero que entendáis que es una especie de cierra ya a la historia, y que seguramente sería estúpido continuar alargándola y fastidiarla. Creo que 20 capítulos está bien y ahora prefiero centrarme en otras cosas y otras historias.

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Cuando Kate despertó esa mañana y vio que Rick no estaba a su lado, se levantó casi de inmediato. Escuchó el ruido en el piso de abajo y no dudó en ir en su busca.

Cuando llegó al piso inferior descubrió a Rick sentado junto a Alexis, en el suelo del salón, al lado del árbol de Navidad que Martha y la adolescente habían colocado la noche anterior.

Los Castle parecían felices, y Kate se alegró de que Rick hubiese solucionado las cosas con su hija.

-¿Te apetece un café, querida? – La voz de Martha le impidió seguir observando la escena en un segundo plano.

-Buenos días – le sonrió Rick sin moverse de dónde estaba sentado – Ven, tengo algo para ti.

Kate asintió mirando hacia Martha y esta se dirigió a la cocina a por su taza de café. Mientras tanto, Kate se acercó a Rick y se sentó a su lado, tal y como éste le indicó con la mano.

-Rick no tenías que comprar nada yo… No tengo nada para ti – dijo, agachando la cabeza.

Desde que habían llegado el día anterior no habían ido a ningún lugar, de hecho, apenas sentía que fuese Navidad… Y ella llevaba años sin celebrar ese día.

-No importa. Pedí algunas cosas por Internet y me encargué de que llegasen a tiempo – dijo Rick, entregándole una pequeña cajita.

Ella se mordió el labio y, bajo la atenta mirada de Rick y Alexis, abrió el regalo.

-Rick esto… Es precioso.

-¿Te gusta? – dijo él, ayudándole a ponerse el colgante en el cuello.

Se trataba de un colgante con forma de corazón. Por la parte de atrás tenía inscrita la palabra "Siempre".

Ella lo miró y asintió, con los ojos brillantes. Aunque había recibido numerosos regalos, no tantos en realidad, de sus anteriores parejas, nunca ninguno de ellos le había parecido tan significativo como ese.

Él se inclinó sobre ella y le dio un beso en los labios, profundizándolo con su lengua.

Alexis carraspeó, recordándoles que estaba allí.

-Yo también tengo algo… - dijo la pelirroja, cuando los dos se dejaron de besar – Kate.

La aludida alzó la cabeza, sonrojada, y sorprendida de que Alexis se estuviese dirigiendo a ella.

-Alexis yo… Gracias – dijo, finalmente, sin saber qué más decir.

-Mmm – dijo ésta, entregándole un paquete a ella, al igual que a su padre.

El de Kate era un jersey de color gris, con un bonito bordado en la parte baja de éste. Y el de Castle, una camiseta con un dibujo personalizado en el centro en el que se veían a Castle y Alexis, caracterizados como dos personajes de la Guerra de las galaxias. Muy freak y típico de Castle.

Los dos le agradecieron a la pelirroja, y el escritor no dudó en utilizar la camiseta en ese mismo momento.

Martha llegó segundos después con el café de Kate y también abrió sus regalos.

Kate salió al porche trasero con su taza de café, todavía caliente entre sus manos. Hacía frío, pero Castle había colocado unas estufas de calor allí, similares a las que tienen en los bares para los fumadores, así que se estaba bien.

Grasping to controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora