Capítulo 12

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Pasada la vergüenza inicial del sueño que Kate tuvo con Rick, y los que él confesó haber tenido con ella, ninguno de los dos había vuelto a mencionar el tema.

Y todo continuaba igual, excepto que ambos habían decidido que era mejor no volver a dormir juntos. En realidad había sido Kate quien lo había propuesto, era lo mejor, así no volverían a confundir nada.

Sin embargo, aunque pensaba que esa era la mejor opción, y él había afirmado estar de acuerdo, lo cierto era que ninguno de los dos había podido conciliar el sueño esa noche.

Ambos se habían pasado un par de horas dando vueltas en sus respectivas camas hasta que por fin, de puro aburrimiento, se quedaron dormidos. Ninguno de los dos mencionó esto tampoco.

Después del desayuno Kate aprovecha para pedirle el número de teléfono de Lanie.

-Es mejor que no hagamos llamadas. Podrían haber pinchado sus teléfonos y nos pondríamos en peligro – dice él.

-¿Y si ella puede ayudarme a recordar algo más? – dice Kate, tratando de convencerlo.

-Sigo pensando que no es una buena idea llamar a nadie. Ya nos arriesgamos con la llamada a Esposito y Ryan…

-Vamos, ¿qué crees que podría pasar? Si alguien nos encuentra… tengo un arma, y nos daríamos cuenta si alguien viene. Hay un largo camino de entrada, y no es fácil hacerlo con el coche.

-Puede que vengan andando o se escondan en el bosque. Kate, estos tíos no son simples criminales, son profesionales. Máquinas de matar.

-¿No crees que estás exagerando?

Él suspira. Puede que esté exagerando un poco. Es cierto que están demasiado lejos y que fácilmente podrían ser alertados por cualquier ruido si alguien se acerca a la casa, la cual también tiene alarma. Sin embargo, no puede evitar preocuparse.

-Es solo una llamada – dice ella, jugando su última carta para convencerlo. Segura de que funcionará. – Necesito hablar con ella. Estar aquí encerrada es agotador y, me gusta hablar contigo, no quiero que pienses que es por eso, pero me vendría bien hablar con alguien más.

Rick se pasa una mano por el pelo que cae sobre su frente, algo agobiado y al mismo tiempo culpable de que Kate se sienta así. Pero comprende que lo que necesita ella ahora es una amiga.

-De acuerdo – dice finalmente.

-Gracias – dice ella, mostrándole una sincera sonrisa.

-Mejor que hagas esa llamada por Skype, tengo una cuenta de usuario que utilicé hace unos años para hablar con una stripper que… No importa, fue documentación para un libro – dice, al ver la expresión en la cara de ella – Lo que quiero decir es que tal vez es más complicado de rastrear. Y Lanie se alegrará de verte la cara.

Kate se encierra en su dormitorio con el portátil de Castle y llama a su amiga. Porque supone que aunque ella no lo recuerde todo, siguen siendo amigas.

De pronto siente ciertos nervios, no sabe cómo tratar realmente a Lanie. Sin embargo cuando la médico forense contesta la llamada, ella se encarga de hacerle sentir cómoda.

Al principio le hace unas cuantas preguntas, quizá demasiadas, de cómo se encuentra. Se preocupa sobre todo por su estado psíquico y por su amnesia.

-El tema es que, aunque no lo recuerdo todo – le explica Kate después de haber hablado durante un rato – Creo que sé casi todo lo que debería saber. Castle me ha puesto al día de todo.

-No debes preocuparte, recuperarás la memoria por completo, solo es cuestión de tiempo.

-Ya… Lo que me preocupa ahora no es eso.

Grasping to controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora