te creo,no sé porqué, pero te creo

422 26 3
                                    

Entramos en la misma cabaña deshabitada donde me llevó cuando intenté huir, recordar la escena amenazándome con devorarme casi me dejaba paralizada. Traté de estar lo más lejos posible de él, ahora que había estado con mi amig...digo, con Paula, no quería volver a tener ningún tipo de contacto físico con él, por más que me gustara. Crucé los brazos sobre el pecho...

—¿De qué me quieres hablar?

—De todo. —dijo y examinó mi rostro, no sé qué impresión le di exactamente pero prosiguió —. De todo.

—Tengo clases...

—No te vas a morir por perder unas clases solo por hoy.

Parecía más relajado.

—Ambar, no sé si lo entenderás, pero, yo no elegí esta vida, y no sabes lo complicado que es llevarla, el miedo que pasa uno al estar entre los demás, pensando que en cualquier momento le atacará esta histeria y...—cerró los ojos para no decir lo que había dicho antes...devorar a la gente—. Mira, yo era una persona normal y corriente.

Mis ojos se abrieron como platos en cuanto dejo aquello.

—Tenía una vida como la tuya, pero luego, a mi padre se le ocurrió probar su experimento a unos cuántos de entre nosotros y me robó todo.

—¡Dios!.—solo conseguí decir en casi un gemido doloroso—. ¿Tu madre se lo permitió?. —esta vez pregunté para que me pudiera escuchar.

Río con ironía.

—Mi madre...mi madre nunca estaba en casa, nunca ha estado y nunca está en casa.—su rostro doloroso hacía que el dolor se propagara dentro de mí—. Soy un monstruo, pero ahora lo puedo controlar, no le puedo hacer daño a cualquiera, no te podría hacer daño.

Le quise abrazar, besar, pero no podía, la situación me obligaba a no correr a sus brazos, el corazón me imploraba que lo fuera a encontrar, pero la razón me alejaba de él.

—Mi padre hizo una clasificación. —y se atrevia hacer clasificaciones después de haber arruinado sus vidas, después de haberlos maldecido—. Algunos eran los superiores, otros algún tipo de empleados y así,nos emparejan... Pero bueno, no es algo que sea tan importante.

—Siento mucho que hayas pasado por algo así, en ningún momento me lo imaginé.

—Traté de explicártelo a noche, pero estabas asustada y supuse que no me entenderías.

Bajé la mirada

—Así que... Tú me besaste en el bosque aquella noche.

Lo miré finalmente.

—Sí, fui yo.

—¿Por qué?

—Porque deseaba y necesitaba hacerlo.

Me lamí los labios.

—Bien...y...bueno ¿y ...con Paula?

—¿Qué pasa con Paula?

Me rasque la nuca, no quise tocar este tema tan personal e íntimo, mas no tenía opción, quería saber y oírlo de la boca de él.

—Tuvieron una noche los dos..¿no?

—¿De dónde sacas eso?

—Ay por favor...—dije rodando los ojos.

—Ambar...sabes que no miento, sabes la clase de persona que soy... pervertido, mujeriego, molesto..pero no miento. ¿Recuerdas que te he dicho que mi padre nos emparejaba?. —asentí distraída—. Pues ella, ella es mi pareja.

Último Aliento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora