-¿Cómo está el bebé de papá? —decía Max cerca de mi vientre— ¿Crees que me escuche?
-Los médicos dicen que sí —sonrío— A veces hasta yo trato de hablarle.
Besa mi pancita.
-Ya quiero saber qué es —hace un puchero.
-Está muy pequeño aún, o eso creo, este mes no fuimos a la cita con la doctora —dije—. Quiero hacerlo antes de irnos a Grecia, ya es la próxima semana.
-Iremos esta tarde luego de reunirnos con nuestras familias, recuerda que mis abuelos vienen a visitarnos y tus hermanos también.
-¡Dios mío! Casi me olvidaba de eso.
-Siempre de despistada, cielo —besa mi mano.
-Últimamente me pasa de todo, sin contar los malestares que me entran de vez en cuando. Mi propio hijo me maltrata —hago un puchero.
-Descuida, es la mejor etapa que he experimentado en mi vida. Y no hemos pensado en los nombres —se alarma.
-Eso es lo de menos, Max, faltan unos cuantos meses.
-No importa.
Ruedo los ojos.
-Yo sólo sé que si es un niño se llamará Aslam.
Max sonríe— Es como me decía mi madre de pequeño, me encanta el nombre, ahí sí te apoyo.
-Es que será un hombrecito terco como su padre, y cabezota.
-Lo terco lo sacará de ti —reímos— quizás sea encantador como yo, y guapo.
-Ugh, deja de ser tan presumido.
-Es que tengo que tener mi autoestima alta, cariño, además no reclames que si es niña tendrá esos hermosos ojos azules de los cuales me enamoré, una rubia preciosa.
Me dio un besito.
-Eres un dulzón.
-Ya es la costumbre de estar contigo. Hablando de todo, nos casaremos después que el bebé nazca. No quiero que lo asfixies en un vestido.
-Es lo más prudente.
-Aunque la desesperación porque seas mía me atormenta.
-Soy tuya, Max, estoy contigo, tendremos un hijo, recientemente nos mudamos juntos. Una acta de matrimonio no es nada para mí.
-Eso me hace muy feliz, prometo que todos los días serán de primaveras para nosotros, no nos faltará nada.
-Que me falte todo menos Dios, tú y nuestro bebé. Max, eres mi razón de vivir y ser fuerte, estaremos bien.
Lo beso.
Hace unas semanas antes de graduarme había decidido vivir en su casa. El pequeño apartamento donde nos quedábamos Micaela y yo lo entregamos, mis padres decidieron pasarse unos meses aquí en Arizona para cuando llegue el momento de dar a luz poder cuidar de mí, ya saben cómo son las madres de protectoras. Dos días atrás terminó completamente mi pesadilla, fue la audiencia de Zoé, le dictaron cadena perpetua por violación de archivos y por participación en mi secuestro, a parte de otros crímenes de los que había sido acusada. Ya sabía que la mujer que vi aquel día en la empresa me era conocida, también resolvimos todo el papeleo donde le devolvían las acciones de la empresa a mis padres, que por cierto decidieron jubilarse y dejarla a mi cargo. Muchas cosas han pasado, ni me creerían, sin pasar por alto que Micaela y el hermano de Max están más que acaramelados, creo que mi mejor amiga no mentía cuando dijo que por Arturo no se cerraría al amor. El muy idiota ha tratado de acercarse a ella y pedir perdón, (que obviamente lo perdonó), pero dijo que no estará con alguien que cuando las cosas se tornan difíciles la abandone.
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Bajo Las Alas De Un Soldado©
Romance¿Quién ha dicho que el pasado no atormenta? ¿Que la vida es fácil? Apuesto la mía que no es así, lo que más duele es tratar de vivir tu presente y que tu pasado lo arruine. ¿Conoces el famoso dicho, "cada persona tiene un ángel"? Juro que nunca me...