Capítulo 24: La Cabaña.

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¡Narra Patty!

Mi cuerpo estaba completamente adolorido, la cabeza me punsaba y los párpados me pesaban, me moví como pude en la cama. Esperen ¡una cama!. Me incorpore en el mueble a gran velocidad, o por lo menos la que me permitía mi condición. Mi visión era nublada y la poca luz no me permitía apreciar el lugar donde estaba, jamás imagine que una simple caída me podía lastimar tanto.

Logro enfocar mi vista y lo que me encuentro me deja sorprendida: me encuentro en una pequeña cabaña echa de troncos de madera, de las rusticas paredes cuelgan pinturas de paisajes y animales, a lado de la cómoda cama individual había un tocador de madera laqueada, sobre el estaban mis armas junto a un plato con pan y un vaso a la mitad de leche. en frente mio estaba en una silla el chico de rizados cabellos adormilado. parece que ese par de sujetos me tragieron hasta aquí después de que me desmalle, pero no tengo claras sus intenciones.

Me levanto completamente sosteniéndome del tocador y diviso mas cosas en el lugar, en una esquina se encuentra un bracero y un calentador. atrás del chico había una mesa pequeña y mas atrás una puerta de entrada y salida, junto a esta hay una enorme ventana que me dejaba apreciar el bosque en el atardecer. ¡Joder he dormido demasiado!. tome el pan y de unas cuantas mordidas me lo termine, luego de una sola tomada me termine la leche, estaba hambrienta. Observo que junto al tocador hay un enorme ropero y una puerta, ¿me pregunto a donde lleva esa puerta? Por el momento es mejor que salga de aquí antes que el rizado despierte. 

El frió era tal que calaba los huesos, saque un abrigo del ropero y me lo puse, era tan cálido y cómodo. Tome mis armas y me dispuse a salir cuando el sonido de la perilla girando me alerta, era demasiado tarde él otro sujeto estaba entrando, o eso supongo ya que no creo que los podridos sepan abrir puertas, espero que no sepan.

-  ¡Hey! Robert encontré un poco de made... -levanto la mirada y me encontró de pie apuntándole con el revolver-. Veo que ya estas mejor chica, vamos baja el arma no te haremos nada -hace un ademan con sus manos indicando que suelte la Colt, él chico se sobresalta al oír a su compañero hablar y despierta encontrándose conmigo apuntando a Spencer con mi arma.

- ¿Como se que hablas en serio? -espete-. Es mas, ¿como se que no me hicieron nada mientras estaba inconsciente? 

- Por que no somos como tú piensas -hablo esta vez Robert-. ¿No se supone que te ayudaríamos a encontrar a un niño?

- Perdonen -¿que mierda estoy diciendo?-. Mi grupo a tenido problemas con gente muy mala. ¿Ustedes también buscaban a unas personas, verdad?

- Si -me respondió Spencer-. Es una chica y una niña.

- ¿Qué esperamos? salagamos a buscarlos -dije quitando mi mano del ropero, mis estúpidas piernas no soportaron mi peso como deberían y caí. Robert en un rápido movimiento evita que me impacte contra el duro suelo de madera.

- Creo que hoy no -dice el chico de cabellos rizados mientras me mira directamente a los ojos, los suyos eran de un color marrón tan oscuro que se podría fácilmente confundir con sus pupilas-. Estas muy lastimada por la caída -continúa- yo y Spencer lo buscaremos por unas horas, tú descansa. Según Spencer tuviste suerte de que no te rompieras ningún hueso pero es mejor que no te fuerces.

Me estaba claro que no me había fracturado ya que solo fue una simple caída y no era muy grave pero estaba muy adolorida. Antes de que todo comenzara estudiaba medicina, cosa rara ya que le temo a los hospitales, pero mi padre me había forzado a estudiar esa carrera y pensaba abrir un consultorio particular pero esto sucedió y adiós estudios. Pero en este mundo saber un poco de medicina es muy útil ya que con ayuda de Lorena que es enfermera logramos curar la herida de bala que tenia mi padre.

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