Supervivientes.

Pecados del Pasado (1)

¡Narra Jonny!

Hoy es el día que estado planeando por meses, donde se vera reflejado el fruto de mi trabajo y algo de lo que enorgullecerme. Hoy es el cumpleaños de mi madre.

Se que suena extraña mi emoción por este día, pero es fácil de explicar. Mi madre me a criado junto a mi hermana sola, y a trabajado arduamente durante toda su vida. Jamas celebramos su cumpleaños por falta de tiempo o dinero.

Este año es diferente. Ahora que tengo 17 años puedo trabajar en un empleo de medio tiempo. Mi madre nunca se dio cuenta de que trabajaba en un McDonald. Por el poco tiempo que ella estaba en casa fue fácil ocultárselo, además que siempre me encubrió mi hermana.

No fue fácil pero lo conseguí. Ahorre lo suficiente para pagar una reservación para tres en el mejor restaurante italiano de Atlanta. Además que tuve que hacer llamadas y favores para conseguir permisos en el instituto y en el empleo de mi madre. Todo el día estaríamos recorriendo toda la ciudad y todo ya esta pagado.

Desperté mas temprano de lo usual, no podía con la emoción. Me lave y desperté a Mina, para poder comenzar nuestro agetriado día.

Después de que ella se arreglara fuimos a la cocina por una pequeña tarta de cumpleaños sabor vainilla, su favorito. Entramos silenciosamente a su habitación, se encontraba plácidamente dormida.

- ¡Feliz cumpleaños! -exclamamos al unísono Mina y yo. Mi madre se paro de la cama sorprendida, nos vio y soltó una carcajada.

- Son ustedes -dijo sentándose en la cama aliviada.

- ¿Quienes creías que eramos? -dijo Mina dejando la Tarta en la mesita de noche.

- Nadie -dijo sonriente-. Vengan, denme un abrazo.

Los dos la abrazamos fuertemente como si fuera la ultima vez que seriamos felices, o eso me pareció a mi. Nos separamos y nos quedamos mirándonos por unos segundos.

- Bien -hablo mi madre poniéndose de pie-. Debo ir a trabajar niños, y ustedes deben ir al instituto, en la noche cuando regrese cenaremos pizza. ¿Ok?

- No... -dije con una enorme sonrisa, cosa que desconcertó a mi madre- Hoy no. Hoy saldremos a recorrer la ciudad ya que todavía no la conocemos por completo y en la noche iremos al restaurante de comida italiana mas lujoso de Atlanta.

Mi madre soltó una carcajada incrédula y dijo-. Claro hijo. ¿Con qué dinero y tiempo?

- Creas o no -hablo Mina-. Jonny logró conseguirte el día libre a ti en el trabajo y pidió permiso para faltar a la preparatoria para nosotros. Además desde que llegamos a Atlanta consiguió un trabajo en un McDonald y con eso pago las reservaciones y las entradas al cine y museos que iremos hoy.

Mi madre quedo atónita ante la explicación de Mina, su rostro cansado reflejaba una gran sorpresa y alegría. De la nada rompió en llanto y nos abrazo a ambos.

- ¿Hicieron esto por mi? -dijo entre lágrimas-. Muchas gracias hijos, los amo.

Nos separamos y Mina sacó de su bolsa un fajo de billetes-. Y esto es para los gastos extra, como transporte o chucherías que te llamen la atención Mamá.

- ¿De dónde sacaste eso Mina? -cuestione a mi hermana sorprendido.

- No eres el único que trabajo hermano. Hay que salir que se hace tarde.

Salimos de la habitación para dejar que nuestra madre se arreglara. A los pocos minutos salio de su habitación, tomamos nuestras cosas y comenzamos este grandioso día.

(...)

La noche había llegado y entramos al lujo restaurante. El anfitrión con pinta de siciliano mafioso nos recibió con un hola en italiano. Después de darle mi nombre nos llevo a nuestra mesa y nos atendió un mesero con la misma pinta que el anfitrión. "¿Qué todos aquí son italianos mafiosos?" pensé antes de pedir mi orden.