Capítulo 11.

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Effie

El resto del día solo habíamos jugado y recordado viejos tiempo, fue durante la cena done note que el ánimo de Clary había cambiado por completo, jugaba con el cubierto en su plato sin probar bocado alguno. 

Luego, al ir a la cama tome la decisión de devolverle el brazalete. Se podría decir que al menos una pequeña sonrisa había podido sacarle. Me encontraba arreglando su cabello mientras ella iba revisando un cuento que me gustaba leer cuando era niña, apenas termine cayo rendida sobre la almohada. Apague la luz antes de guardar el libro y acostarme a su lado, acariciando su mejilla antes de volver a recordar los acontecimientos de esa tarde, quería creer que los problemas habían terminado, ya veo que no. 

Deje que el sueño me invadiera, aun con miedo a las pesadillas.

Escuchaba sus gritos, eran suyos, mi bebé, mi familia. Todo junto me aterraba, y en un oscuro fondo me adentré sin miedo, esperando que se terminara este terror nocturno. 

Abrí los ojos agitada, creyendo que había vuelto a quedarme dormida, pero al revisar la hora pude ver que no era así. No comprendí la pesadilla, Clary yacía dormida a mi costado con un rostro que solo reflejaba paz. Una parte de mi no quería acabar con eso, pero la otra me decía que se nos hacía tarde para la escuela.

Empuje suavemente su hombro logrando que se moviera de la cama, suspiré fastidiada, era lo mismo de todas las mañanas. 

—Hora de desperar—susurré.

—No quiero—murmuró, girándose para darme la espalda—, no quiero ir a la escuela.

—No lo repetiré dos veces—observé seria como seguía en la misma posición que antes—, Clary habrá verduras en la cena si no te levantas.

—No lograras convencerme mamá.

—Bien, entonces te dejare sin crepes por un mes.

—De acuerdo, de acuerdo—se incorporó rápidamente, soñolienta—. Lo ves fácil porque apenas me dejes en esa prisión volverás a dormir.

—Hago varias cosas en la mañana cariño, no solo me paso durmiendo—sonreí—. Anda, ve a cepillarte y estate lista en 10 minutos.

—Eso es muy poco tiempo—se quejo—, que sean 20 y es un trato.

—Ya sabes mi horario Clary—me cruce de brazos al sentarme en la cama—, no mas quejas y ve.

La oí murmurar algo en voz baja, quería reírme de ello pero preferí fingir seriedad.

—Disculpa, ¿quieres decirme algo?

—No...nada—titubeo nerviosa—, me iré a vestir.

Me encargue de preparar el desayuno una vez que ambas estábamos listas. Su mirada molesta me causaba gracia, era tan típico de ella en las mañanas. Hubo otras veces donde era mas difícil convencerla, me alegraba que esta vez no haya sido así. 

Lave todo mientras iba por su mochila, tome mi abrigo al terminar y salimos rumbo a la escuela.

De camino solo le pedí que se quedara en la puerta en caso se me hiciera tarde, pero que no quería que se repita lo de ayer. Al llegar, me despedí con un beso y un corto abrazo, en el fondo solo rogaba que esa mujer no volviera a molestarnos. 

Haymitch

El viaje había durado toda la noche, no había dormido por no tener una botella cerca. Effie era la que me lograba alejar de las pesadillas a falta de alcohol, aquello era algo que no podría cambiar. Pensé que tal vez la pequeña me odie al verme por no buscarla en todo este tiempo, no sabía que le diría al verla. 

Yes, we are a teamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora