Capítulo 12.

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Effie

Esperaba que Clary me diera una nueva excusa pero su silencio no hacía mas que ponerme nerviosa. Estaba harta de estas escapadas suyas.

Mantuvo la cabeza agacha mientras las lágrimas aun resbalaban por sus mejillas. Era extraño verla sonreír de esa manera, y curioso a la vez. Era como si de alguna manera hubiera visto algo a alguien que le trajera esa sonrisa y ese brillo a los ojos. Me aterraba la sola idea de que se tratara de Amber, todas las noches me asusta el hecho de que esa mujer la pueda alejar de mi lado inesperadamente, no quiero que mi pequeña sufra.

Me había cambiado la vida y a estas alturas ya no podría dejarla ir.

Estando sentadas frente al ventanal de su habitación seguí esperando que me mirara, pero lo siguiente que hizo me tomo desprevenida. Sus brazos rodearon mi cuello mientras su risa resonó en el cuarto, podía notar ese brillo, esa chispa tan singular que solo apareció cuando estábamos en el 12.

Por mas que sintiera felicidad al verla tan emocionada mi curiosidad era mucho mas grande. Necesitaba saber el motivo.

—¿Por qué no me esperaste esta vez?—su sonrisa se borro lentamente—. Pequeña debes confiar en mi, prometo que no habrá castigos.

—No se trata de eso, es solo que no puedo decirte.

—¿Volviste a encontrarte con Amber?

Me quede sorprendida de mi propia pregunta, pero ya era tarde, las palabras salieron de manera rápida que no pude reaccionar a tiempo para detenerlas.

—No, ya no he vuelto a verme con ella. Es mas creo que podría decirse que al fin decidió dejarnos en paz—se hace a un lado, observándome—, te quiero y, no debes tener miedo, sabes que jamás me apartarán de tu lado, ni siquiera ella.

—No quiero que sufras otra vez—suspire—, pero necesito que respondas. Si no fue con Amber entonces, ¿a quien viste ahí fuera?

—A nadie—responde cortante.

—Odio cuando mientes. Primero habías dicho que no podías decirme pero ahora dices que no viste a nadie—me mordí el labio, molesta—. Clary, por tu seguridad necesito asegurarme de que no es nadie peligroso, no pedo corres riesgos de que hables con cualquier extraño.

—Estoy bien madre—sonríe de lado—. De acuerdo, mentí, pero te aseguro que no estoy en peligro. Tenemos a alguien que nos esta cuidando, solo tranquilízate. 

—Aquí no es como en los cuentos cariño, ahí fuera hay personas que pueden hacernos daño y no existe héroe que nos salve mas que nosotras. Así que por favor, no te alejes y por esta vez hazme caso.

Asintió en respuesta.

—A partir de ahora prometo no moverme de la puerta de la escuela.

—Eso espero.

Emboce una sonrisa antes de acariciarle la cabeza y desordenar su cabello. 

Nos tomamos el tiempo para almorzar mientras me contaba sobre los peinados y colores nuevos con los que su maestra solía llegar a la escuela. Era de esperarse que a ella le parezca divertido mientras a los demás niños les maraville. 

Por la ventana pude ver que lo lindo que estaba el día, el sol estaba en su mejor punto y quizá no seria mala idea aprovecharlo. Opté por terminar de lavar los platos de forma rápida mientras Clary regresaba a su habitación para cambiarse de ropa. Una vez que terminó le ate el cabello en una coleta alta. Espere paciente a que tomara un abrigo por las dudas volvamos tarde, apenas abrí la puerta la niña se apresuro a salir corriendo.

Yes, we are a teamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora