Capítulo 17.

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Effie

Comenzaba a molestarme el hecho de no poder hacer nada desde que salí del hospital. 

Había pasado un día entero sin poder moverme con tranquilidad. Si no era Haymitch rogando que fuera a la cama era mi pequeña insistiendo en que no debería esforzarme. Alimentar a Ronnie fue lo único que se me estaba permitido hacer, pero luego de eso, absolutamente nada. 

Lo llamaría exageración si no me envolviera de ternura el verlos tan atentos conmigo, y no podía quejarme mucho cuando disfrutaba las horas que podía pasar con mi bebé. 

Apenas llegamos a casa Haymitch se apresuró a tomar el teléfono para llamar a los niños y darles la noticia. Se notaba el entusiasmo de Peeta al hacer tantas preguntas, por otro lado Katniss fue más calmada, pero también mostró cariño por el nuevo integrante de la familia. Ambos se habían animado al oír que volveríamos al Distrito 12 tan pronto como podamos.  Desde entonces el tema no había vuelto a ser mencionado, sin embargo, aun tenía cierta preocupación por Clary. 

Si bien es cierto que nuestro hogar no era aquí, no quería arriesgar sus estudios. La vieja escuela del 12 todavía no tenía los recursos necesarios para reabrir, fue la más afectada durante el bombardeo, tomaría un buen tiempo para que terminen de reconstruirla y pensar en aquello solo me generaba más dudas.

El quejido de Ronnie me sacó de mis pensamientos. 

Lo tenía acostado frente a mi, con dos almohadas al costado en caso de que decidiera rodarse. Esos quejidos comenzaron a formarse en pequeños sollozos, era hora de comer. Sonreí al escuchar la puerta abrirse, no podía faltar su padre, quien lo tomó en brazos mucho antes de que pudiera terminar de abrirme la blusa. 

—¿Es que acaso planeas darle pecho?

—Muy graciosa. 

Un casto beso fue lo que recibí luego de entregarme a mi hijo. Tenía sus ojos abiertos mientras lo amamantaba, eran algo digno de disfrutar, uno de los momentos que más adoraba del día. Haymitch se recostó junto a nosotros, dejando que el niño le sujetara un dedo con su manito libre. 

Desde que regrese a este lugar jamás imagine que esto sucedería, pero aquí estábamos, éramos una familia de nuevo. 

—No me han dejado hacer nada—me encogí de hombros—, no me sorprendería en realidad. Además estuve sola todo este tiempo.

—Solo queremos que descanses un poco más. Te negaste a quedarte un día más en el hospital, me preocupo por tu bienestar, es todo—suspiró—, y no estabas sola, este pequeñín te hizo compañía.

Se había quedado dormido mientras comía. Con delicadeza lo aparté para poder acostarlo en el mismo lugar de antes. Tome el babero que estaba a mi derecha, sobre la mesa de luz, recorriendo su boca con este. 

No pude evitar resoplar mientras me acomodaba la blusa, recostándome sobre las almohadas que tenía detrás mío. 

—A mi jamás me miraste de esa forma. 

—Ay, por favor Abernathy—reí a medias—. Ansiaba tanto tenerlo en mis brazos, lo ame desde el primer momento que supe que existía dentro de mi, será que también por el hecho de que sabía que era tan tuyo como mío.  

Yes, we are a teamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora