Capítulo 15

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Es demasiado extraño lo que he pasado, aunque... Sé muy bien que yo inicié todo. «Si tan sólo no hubiera seguido indagando sobre los propósitos de los rebeldes» Pero ya esta hecho, no hay marcha atrás. «¿Pero porqué tuve que besarlo» ni siquiera sé como contestarme eso «si lo sabes, Valentina» Mi subconsciente traicionero empieza a torturarme.

Tal vez si deseé el beso, pero fue en el instante, la forma de cómo se dio, la intensidad que él me trasmitía al responder de igual forma o más a mi acto.

Yo lo besé, besé a Samuel Dante. Pero más que sólo besarlo, ha sido... Agradable.

Por todos los cielos, quién me entiende, qué no se supone que no lo soporto. «o tal vez ya piensas de otra forma» Y vaya que si es así, pues ya no lo puedo ver como mi profesor, el joven genio de carácter frío y actitud intimidante.

Creo que tendré que pedir perdón una vez más a mi amiga cuando la vuelva a ver, pero es que no puedo ayudarla. Esto se ha hecho un torbellino de malos entendidos y yo no quiero seguir, no a pesar de que de mí dependa la salvación de Gema y los demás; tal vez soy egoísta, pero simplemente no puedo hacerlo, no puedo.

—Hemos llegado, señorita Farías— levanto mi rostro lentamente y miro a Moon; no se sí debería contarle sobre el mensaje que he recibido, tal vez ellos puedan rescatar a Gema y a los demás. —¿Qué pasa?— me pregunta y enseguida empieza a analizarme, lo sé por la forma tan directa que observa mis micro expresiones. Junto mis cejas mostrando angustia. Quiero decirle a alguien lo que he pasado...No, lo necesito, necesito decírselo en este momento a alguien.

Y como si ya no pudiera contenerme, levanto mis manos, ella hace los mismo y la tomo de los antebrazos.

—Lo besé— lo digo casi en un susurro, apenas y me sale la voz, pues siento una mezcla de emociones. Ella me mira sin mostrar asombro.

—Lo sé— me dice y yo levanto mis cejas. —Lo supe enseguida de que abrieron la puerta de la oficina, por la forma en que evitaban contacto visual entre ustedes, así como también por sus labios ligeramente inflamados. También pude detectar un poco de tu labial en los labios de mi creador.— me toco los labios apenada y bajo mi mirada.

—Moon, necesito renunciar a cualquier grupo especial que este en contacto tan cercano con Dante— le digo con pesar, pues yo siempre luché por ser de las mejores, en ganarme un lugar, y ahora estoy tirando todo a la borda. —Mañana le enviaré mi...— me tiembla la voz, pero necesito decirlo. — mi renuncia.— Empiezo a sentirme vacía, culpable y defraudada conmigo misma. Quiero llorar e irme a mi casa, que mi abuelita Nati me abrace y me diga que todo estará bien.

—Detecto un aumento de tu frecuencia cardiaca con un ritmo de noventa y dos latidos por minutos, así como también tu respiración se hace más profunda— miro a Moon con mis ojos llenos de lágrimas, debería asombrarme la capacidad que tiene para analizarme, pero en este momento mi cabeza está llena de esos recuerdos.

—Lo besé— vuelvo a decirlo, aunque esta vez es más para mí que para ella. Ella asiente mientras me observa detenidamente.

—Si, Valentina. Pero necesito que te tranquilices, tu corazón esta aumentando su latido de una forma drástica, también tu temperatura corporal ha aumentado— me ayuda a ingresar a mi habitación, yo me dejo guiar sin protestar. Creo que necesito descansar. —¿Necesitas que venga un médico?— me sienta en la cama, yo la veo y niego con mi cabeza. Ella se posiciona frente a mí y se cruza de brazos, —descansa, mañana aclararás tus ideas y si aún decides hacer lo que dijiste sobre la renuncia, entonces hazlo. Pero te daré un consejo; habla de nuevo con mi creador, tal vez faltó concluir algo— rápidamente la veo y ella se retira enseguida. ¿Qué necesitamos concluir? Lo que yo quiero es ya no verlo, me siento... Avergonzada.

Dandrois HumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora