-Es mi culpa -oyó Johanns que decían como a distancia-. Yo pedí que bajaran el algodón.
-Ya... pediste que bajaran el algodón, no las piedras... además Ozcar dice que sabotearon el soporte de la grúa. -era la voz de Lord Windsor.
-¿Sabotear? ¿Hablas en serio? -Lady Windsor replicó incrédula.¿Dónde estaba? Porque sentía como si fuera nadado todo el día, el cuerpo pesado y la boca como llena de serrín.
-Ya Leslie... sólo, no te alteres - lord sometido Windsor le decía.
-Cállate, Kellan, si alguien intentó matar a mi amiga con una de mis máquinas quiero saber que pasó... iré a averiguar que... -de nuevo Lady Windsor con ese tono de suficiencia irritante.
-Nadie intentó matarme, en todo caso, ¿cómo sabrían que pasaría justo allí? y... es que las circunstancias son muy... es imposible y ya- decía Corrine con cierto tono de inseguridad que él ya sabía identificar.
-Bueno Leanders lo sabía, estaba allí y bueno... no es coincidencia- soltó otra voz femenina que Johanns odió enseguida.
-Ivee, por dios, como puedes decir eso, él salvó a Corrine, hasta se desmayó el pobre- dijo otra chica con condescendencia.
-Eres muy inocente Helena, y si todo es un plan de él mismo para hacerse el héroe, no me sorprendería- era la tal Ivee aplicando una certeza a su voz implacable.
-¿Y quién en su sano juicio saltaría a salvar a alguien que no le importa bajo una lluvia de piedras y astillas?- Helena murmuró con algo de suspicacia.
-Ni yo lo haría por Windsor- asintió Leslie y todos rieron.Hasta se oyó la burbujeante risa de Corrine.
-Menos él- no tiene fama de ángel de salvación- Ivee.
Otra risa.
-No está en su sano juicio- dijo Lord Kellan-. Fue a disculparse conmigo. Esta mañana. Muy serio.
-¿Qué? No puede ser ¿Estás jugando? -dijo la esposa de Windsor, Leslie, quien no ocultó lo mucho que le sorprendía aquella noticia.Un minuto de silencio, más o menos.
-Ese es el toque de Corrine - fue el comentario ligero de Helena.
Más risas.
-¿El toque de Corrine? -fue la divertida respuesta de ella-. Eso no es halagüeño si tomamos en cuenta que casi muere.
-Lo tienes loco, querida- aseguró Ivee-. Un accidente más y está listo.
-Eso si no lo mata antes- Helena.
-Da igual. No me termino de creer el cuento... ¿Es normal el color de esa serpiente? - preguntó Ivee.Hablaban de su alma, que posiblemente aun estuviera inconsciente. Sentía el peso sobre su abdomen, que ahora notaba desnudo excepto por una banda muy ajustada de tela que mantenía su dormido hombro inmóvil.
-Debe ser una pitón poco común, milady - era la voz de Ozcar, ¿cuántos idiotas lo veían semidesnudo ahora?
-¿Ahora también sabe de reptiles rastreros?- inquirió con ironía Helena.
-En realidad una pitón es arbórea, milady- corrigió Ozcar saboreando su error.
-Ah, nadie le pidió que me corrigiera - gruñó Helena.
-No importa, milady, me agrada ser útil- continuó Ozcar irritante.
-Yo creo que lo que le gusta es molestar- cortó Helena displicente.Y por primera vez en la vida Ozcar no respondió.
Él quiso reír, por fin habían puesto en su lugar al rubio idiota, pero su cuerpo seguía sin responder. Entonces, sintió como acariciaban su mejilla derecha con delicadeza, casi soltó un suspiro.
-¿Debería seguir inconsciente? -preguntó Corrine inquieta. Era ella quien lo había tocado- Ha pasado mucho tiempo.
-Deja que duerma el bastardo, Corrine, luego le darás su medalla de oro -opinó Leslie haciendo énfasis en la palabra medalla como si hiciera un mohín-. Vamos abajo a tomar té... ¿vienes?
-No, yo esperaré un momento más - respondió ella y volvió a tocar su mejilla con sutileza.
-No has descansado un sólo momento desde el accidente -recordó Helena alejando la mano que lo tocaba.

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Alma Corrompida
FantasyUn alma no sólo era una amiga, ejercía el papel de consciencia, de protectora, de confidente. Su forma cambiante representaba tu estado de ánimo e, incluso, tus sentimientos más ocultos. Podían pasar de ser una pulga a pasearse con la forma de un el...