-Su esposa...- clavé mis ojos en Andy pero no pude ver nada, ella estaba mirando un punto fijo que se perdía en la silueta de Verónica.
-No!- remecí a Andy buscando traerla de regreso conmigo pero nada funcionaba, ella seguía mirando a Verónica y podía notar en sus ojos lo perdida que se sentía. Era mi culpa, no había sido claro con ella, no le había contado toda mi historia- no la escuches- susurré en su oído pensando que entre más cerca de ella estuviera mejor me podría oir, me podía aceptar... pero nada funcionaba
No podía dejar que Andy siguiera escuchando a Verónica, no podía dejar que ella le dijera a mi padre donde estaba. Ella nos iba a seguir y lo único que podía hacer para impedirlo era perderme junto a Andy en el bosque que bien conocía.
La alcé en mis brazos tomándola con delicadeza y la apreté a mi cuerpo, ella era demasiado para mi, no podía dejar que se involucrara en la vida de Asís, no podía ser parte de mi vida. Corrí entre los arboles sin mirar atrás, fui de un lado a otro hasta que me aseguré de que no había nadie a nuestro alrededor. Bajé a Andrea y la miré sujetándola, no podía irse, era peligroso
-Andy... por favor, escúchame- tomé su rostro entre mis manos buscando su mirada, la encontré pero seguía vagando en el mundo- cariño... por favor- pasé mis pulgares por sus mejillas y logré tenerla conmigo, ese contacto duró apenas unos segundos hasta que se largó a llorar desconsolada mirándome
-cómo pudiste usarme... -sus palabras salieron desgarradas, tapó su rostro con las manos y lograba ver cómo apenas lograba respirar para seguir llorando. Me paralicé, su imagen me desgarraba por dentro
-Andy... no es lo que parece- la abracé contra mi cuerpo con fuerza, la estaba perdiendo y era mi culpa
-vi sus ojos... vi la verdad de sus palabras- tomó fuerzas y me miró desafiante, ella no era mi chica dulce y despistada, era una mujer dolida. Las lágrimas seguían corriendo pero ella no mostraba debilidad
-Ella...- no pude seguir debido a su interrupción
- ¿Es tu esposa?- preguntó aguantando el llanto. Se había separado levemente de mi y esperaba una respuesta. Me quedé en silencio admirando su rostro, ella era la mujer más hermosa que había conocido, ella era mi vida ahora.
-Si – agregué y bajé la mirada. No podía dejar que se involucrara más, no quería hacerle daño. No merecía estar a mi lado corriendo el peligro permanente de ser víctima de mi familia- es mi esposa
Andy rompió en llanto y con pasos en falso logró ponerse de pie. Las lágrimas corrian por mis mejillas ahora, estaba perdiéndola pero era lo mejor en su vida. Me puse de pie con ella e intenté abrazarla, lo único que quería era sentir mi piel junto a ella y desaparecer de la realidad como había sido hace unos días, desde que estaba con ella.
La realidad me despertó, su mano había impactado de lleno en mi rostro. El dolor de un corazón es más fuerte y poderoso que el de una cachetada. Cerré los ojos y bajé la vista, la estaba perdiendo. No, la había perdido.
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Pase lo que pase [DETENIDA]
Romance[Sujeto a edición constante] Andy Weiss es una estudiante de lengua de 22 años que vive la vida siguiendo el curso que esta deba tomar. Es lista, muy guapa, olvidadiza y poco aventurera, gracias a esto último nunca fue una chica popular. William B...