Capítulo 10: William

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Cuando la vi ponerse mi ropa solo pude morder mi lengua. Ella se veía espléndida, sexy e irradiaba luz a la habitación, a mi vida.

- Mi ropa se ve...- busqué la palabra exacta, no la encontré y ahogué un pensamiento en mi mente "ella se ve caliente y sexy". Mordí mi lengua- en ti... –terminé de hablar apartando las ideas de mi cabeza.

Antes de que pudiera ordenar todo lo que había pasado en los últimos días tuve que esquivar un almohadón que venía viajando a poca velocidad directo a mi rostro, con un brazo lo aparté e hice que callera a mis pies. Cuando levanté la mirada, ella iba caminando hacia la cocina, estaba tan hermosa, podía ver sus muslos y todas sus hermosas piernas desplazarse con elegancia. Era lo primero que había visto de ella, sus hermosas y estilizadas piernas.

No dudé un segundo más y busqué por la habitación mi bóxer, los encontré al otro lado de la cama, me los puse rápidamente y salí siguiendo los pasos de la mujer que me tenía perdido en el mundo. La mujer que con su voz podía regresarme a mi vida antes de que mi madre muriera, cuando todo valía la pena. Ella se encontraba inclinada buscando algunas cosas, desde atrás tenía una perfecta visión de su cuerpo, me estremecí y sentí que mi bóxer comenzaba a quedarme estrecho; avancé hasta quedar detrás de ella y como si fueran dos imanes nuestros cuerpos se unieron, ella se levantó y pude sentir su delicioso aroma floral

-te haría el amor en este mismo momento...- susurré sobre su oído y me quedé en silencio esperando una reacción o una respuesta- lo siento... me propasé- en seguida sentí que me estaba comportando como un adolescente que sólo pensaba en sexo y yo ya era mayor.

Ella volteó y no dudé en acunar su rostro en mis manos, era tan hermosa, tan perfecta. Su rostro era armonioso, unos labios perfectos para los míos, sus ojos oscuros con forma almendrada, sus cejas bien definidas, su hermoso cabello... todo de ella me encantaba y no tenía intención de dejarlo pasar. Me propuse a continuar conociéndola más y más, pero sabía que sería difícil mientras nos tuviéramos con apenas un poco de ropa, hambre y esas miradas que nos dábamos llenas de dobles lecturas. Le ayudé con el desayuno, ella se manejaba muy bien en la cocina, una vez estuvo listo, fuimos a la cama

- Cuando salí de tu cuarto nunca pensé que iba en esas condiciones... debiste ver la cara del taxista cuando llegamos a casa- estaba sonriendo mientras jugaba con sus dedos por mi hombro, se veía tranquila, feliz. Me recordaba a mi madre

-         Estaba algo distraído pensando en lo que me había provocado besarte –le guiñé un ojo y sonreí de lado, era verdad

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- Estaba algo distraído pensando en lo que me había provocado besarte –le guiñé un ojo y sonreí de lado, era verdad. No había sentido ese fuego quemando mis labios con nadie más, no después de Verónica.

Quise contarle más cosas de mi vida, dentro de lo que podía, por su puesto. Le hablé de mi madre, de los recuerdos que tenía de ella y de lo magnífica que era. Recordaba tan bien cómo ella lograba controlar el carácter de mi padre, cómo con tan solo una mirada le hacía ver su punto; era fuerte, era mi ángel guardián.

Pase lo que pase [DETENIDA]Where stories live. Discover now