Mis mañanas del martes nunca fueron lo mismo desde aquel día en el que me enteré de que William era mi profesor reemplazante. Sin darme cuenta aquellos días buscaba excusas para faltar a clases, motivos para no tomar atención y justificaciones que me permitieran no participar. Desde las 10 de la mañana hasta las 13 horas yo era un ser ensimismado que miraba a su ex novio, ahora profesor, hablar y dirigirse a una masa de estudiantes que fascinados lo escuchaban.
-formen grupos de tres personas para realizar este trabajo- su voz era dura, pero podía notar con facilidad lo agradado que estaba realizando las cátedras. El brillo en sus ojos y la forma en que se desplazaba y hablaba me hacían tener claro que amaba su trabajo, amaba enseñarle a los demás respecto a esta materia; no me cabía duda por qué lo habían dejado a él y no a otro.
-Andy... los chicos me apuntaron en su grupo- ahí estaba mi única compañera de clase pidiendo perdón con cara de perrito por trabajar con otras personas. No la culpo, este ya es el primer mes con William como profesor y yo soy un desastre, mis calificaciones en el ramo son pésimas, no participo, no entiendo... no tomo atención
-no te preocupes...- bajo la vista hacia mi cuaderno donde sólo habían apuntados algunos títulos y luego dibujos amorfos que completaban esas interminables horas de contenido en las que yo simplemente desearía no estar.
Edgard, el ayudante del ramo pasó por cada grupo repartiendo una guía de trabajo, esta debía estar resulta para el final de la clase y juraría, por el rostro de las demás personas, que era algo sencillo de realizar; todos estaban emocionados lanzándose a la hoja para escribir respuestas... esta era la modalidad de trabajo del profesor Baker, evaluaciones todas las clases respecto al contenido pasado
Ya iban 4 clases y yo llevaba notas que no me servían para aprobar.
-Andy... deberías hacer grupo- Edgard estaba preocupado por mí, recuerdo cuando se acercó para pedirme disculpas, pensó que William me había comentado que sería mi profesor pero al ver mi rostro aquel día, supo de inmediato que esto iba a ser difícil al menos para mi
- me quedé sin grupo, anda... lo hago sola- extendí mi mano con una leve sonrisa hacia Edgard para que me entregara la guía
- no puedes seguir así Andy... tú no eres así- me reprochó un preocupado Edgard mientras negaba con la cabeza y me extendía la hoja- hablaré con Will
- ¡NO!- exclamé rápidamente ganándome la atención de algunos compañeros y también del profesor- Edgard... por favor, déjame a mí con mis asuntos, yo puedo...
- Señorita Weiss, podría acercarse por favor- aquella voz me interrumpió y desarmó todo mi discurso que pensaba se encontraba a salvo con Edgard- ahora- insistió con un tono cortante, era el hombre malhumorado que primero había conocido, ya no había rastro de mi Will
Me puse de pie y sacudí mis manos en los pantalones, estaba sudando frío y el maestro y el ayudante eran conscientes de aquello, ya que no dejaban de mirarme. Edgard siguió repartiendo las guías que faltaban mientras el profesor Baker revisaba unas cuantas cosas que no lograba descifrar en su cuaderno. Caminé lo mejor que pude pero la verdad es que las piernas no me respondían del todo, era querer avanzar cuando tu cuerpo te pedía a gritos retroceder.
-Señor... Baker- con la vista fija en el escritorio me atraganté con mis propias palabras intentando llamarlo como a un profesor. Inmediatamente la imagen de aquella cena en la que acompañé a su hermano llegaron a mi. Retuve el aire
-El ayudante de este ramo me ha hablado respecto a su desempeño...- noté como iba seleccionando cada palabra con sumo cuidado-
-disculpa- en seguida alcé la vista a sus ojos y llevé una mano a mi boca. Mi corazón se estrechó al igual que su mirada- disculpe profesor- corregí sintiendo que otra vez mi corazón destrozado encendía la alarma
YOU ARE READING
Pase lo que pase [DETENIDA]
Romance[Sujeto a edición constante] Andy Weiss es una estudiante de lengua de 22 años que vive la vida siguiendo el curso que esta deba tomar. Es lista, muy guapa, olvidadiza y poco aventurera, gracias a esto último nunca fue una chica popular. William B...