Mientras leía la carta estaba completamente sorprendida, las lágrimas se habían secado en mis mejillas porque lo único que quería en ese momento era abrazarlo, acunarlo entre mis brazos y prometerle que todo iría bien. No era lástima, era algo mucho más profundo que eso, era un sentimiento que quería apartar de él, empatía, cercanía, afecto, amor.
Cuando alcé mi vista para leer el entonces último párrafo que quedaba por leer, supe que volvería a llorar, la letra se volvía irregular e incluso podía notar ciertas marcas en el papel que me aseguraban que William, había derramado lágrimas al escribir tan terrible fragmento de su vida. Tenía razón, William esta vez se estaba despidiendo para siempre de mi y todo eso era mi culpa, sí... yo había desconfiado de su palabra y lo había arruinado, arranqué de sus brazos que sólo intentaban cuidarme. Confié en las palabras de una extraña y no escuché la otra mitad de la versión, era todo mi culpa.
Me abracé a la carta llorando y supliqué entre lágrimas una nueva oportunidad. Si bien William había ocultado su pasado, todo recobraba sentido cuando mencionó la noche de su titulación sin su único apoyo, su madre. Me armé de valor y busqué por todos lados mi teléfono, tenía que llamarlo, cocina, baño, entre sus cajas, balcón y por fin apareció en mi dormitorio. Haberlo buscado con tanta rapidez sólo me hizo sentir mareada, de repente el mundo se movía a mis pies y una sensación en mi estómago no me dejaba pensar con claridad.
-Andrea-
Sentí que llamaban a la puerta antes de golpear. Uno, dos, tres golpes que resonaron en mi cabeza. Intenté ir derecho hasta la puerta pero todo era tan difuso, creí apoyarme en la pared pero resultó ser una de las cajas, que tras apoyarme se derrumbó. Insistí en llegar a la puerta y tras una lucha cuerpo a puerta, logré girar la manilla al mismo tiempo que sentía que mi cuerpo pesaba más de lo común, cerré los ojos y dejé que la gravedad me guiara hacia un mejor lugar. Sentí que caía, un golpe me alarmó y entonces no recuerdo más.
-Andy, hermosa despierta por favor- una voz un tanto familiar me llamaba. Me costaba tanto abrir los ojos, mis párpados eran pesados y el sueño me llamaba una y otra vez para que lo acompañara
- es mejor dejarla descansar –otra voz que no conocía respondía. Intenté mover alguna parte de mi cuerpo para darme ánimo y despertar, pero no podía hacer nada, sentía que tenía un sinfín de hormigas en el cuerpo y la petición de dormir se hacía cada vez mas tentadora
- fue mi culpa...- la misma voz ahora sonaba triste, melancólica. O quizás era yo que escuchaba cada vez mas distorsionado los ruidos, todo se hacía más pesado casi como si estuviera bajo el agua
- entonces lárgate de aquí- otra voz familiar saltó y juraría que estaba enfadado, si, era hombre pero si tan solo lograra abrir los ojos y recuperarme. Lo intenté otra vez, quise pestañear pero no parecían notarlo
- yo...- la primera voz se escuchaba cada vez más cerca- Pase lo que pase yo siempre estaré contigo...- sus palabras lentas me alarmaron, sabía quién era la única persona que me podía decir eso. Intenté moverme de cualquier forma, de abrir los ojos y poder encontrarme con Will, él sólo podía ser William
- ya la viste, ahora lárgate con esa mal nacida- espetó la otra voz. Le siguió un portazo
-señor debe salir, se está alterando- otra vez la puerta, una cálida mano tomando mi brazo, un ruido infernal que me enloquecía y entonces otra vez todo se apagó.
- Se irá de regreso a casa
- Cariño... seguro sabrá explicarnos, no la alteres
- Está dormida. Cielo
- Pero puede despertar... ve a dar una vuelta
- A penas despierte me llamas
- Claro que sí... ve y dile a Dev que vaya a descansar
- Ha estado muy preocupado
- Ya luego podrán hablar...
- Ya me voy
- Te amo cariño
- Y yo a ti
Un diálogo particular logró capturar mi atención, intenté abrir los ojos, no recordaba lo difícil que era todo esto. Intenté mover mis manos o mis pies con todas mis fuerzas y pareciese que algo lograba, pero no era suficiente. Comencé a ahogarme entre la desesperación de despertar y entender qué estaba pasando, tantas imágenes en mi cabeza pasaban con rapidez excepto una. Esos ojos color miel me miraban con intensidad, se acercaban lentamente a mi y sin poder aguantar más quise gritar su nombre
- Will- logré abrir los ojos de un solo golpe e instantáneamente la luz me molestó. Estaba en un cuarto blanco lleno de luces artificiales- qué...- antes de que me siguiera desconcertando toda esta situación que no entendía unos brazos me rodeaban
- Cariño... al fin despertaste- mamá estaba acariciando mis piernas y dedicándome una tierna sonrisa
- Mamá...- susurré y comencé a llorar. No entendía qué había pasado, solo recordaba la carta, como Will me había dejado sola en el bosque y esa mujer. Su esposa
- Calma... esto no te hace bien, cala mi vida- su voz era reconfortante pero no era lo suficiente para evitar mis lágrimas
- Él... él. Él...- no pude hablar y entonces mamá me silenció y abrazó apretando un poco más fuerte. No insistí para seguir hablando simplemente me dejé acurrucar en los brazos de mi madre y lloré dejando salir toda esa angustia y ese miedo que sentía.
- ¡Andy!- la voz masculina de mi padre me hizo sobresaltar cuando lo vi entrar a gran velocidad al cuarto. Rodeó la cama y sollozando nos abrazó a mamá y a mi- estás bien... mi pequeña- suspiró con pesar. Él siempre había querido y esperado lo mejor para mi
- Papá...- gemí antes de volver a llorar entre mis padres. Hacía un mes y un poco más que no los veía y luego de todo lo ocurrido simplemente quería protegerme y refugiarme entre sus brazos.
- Disculpe, señor... señora deben salir, el doctor viene a revisar a la paciente- esa voz dulce que había escuchado con anterioridad estaba de pie tomando por el brazo a mi madre- no pueden estar aquí, la pueden perjudicar- susurró sonriendo. Era una enfermera adorable, de risos rubios, tez blanca y labios rosados
- Hola Andy.... Soy la enfermera West- habló luego de que mis padres salieran- debo hacerte algunas preguntas, ¿está bien?
- Si...- asentí mirando mis manos, una de ellas conectada a una botella de suero- ¿qué me pasó?
- Llegaste con una descompensación cariño, todo está bien- tomó una tablilla desde los pies de la cama y comenzó a preguntar mis datos mientras rellenaba.
- ¿Has sufrido alguna experiencia traumática? Algo que te haya angustiado mucho...- comenzó a explicar y entonces la risa de esa mujer diciendo que era la esposa de Will llegó a mi cabeza
- Si –dije justo cuando arrugaba mi expresión sintiendo una punzada en la cabeza- auch... me duele la cabeza
- Cariño te golpeaste y te hiciste una herida, tienes algunos puntos que dentro de unos días vamos a retirar- ella tenía el donde hacer parecer que todo era sencillo y bonito. No dije más
Minutos después del interrogatorio llegó un doctor bastante joven y guapo para chequear que todo estuviera bien. En palabras enredadas me dijo lo que había pasado en mi cuerpo y luego se detuvo a explicarlo para la gente normal como yo. Era lo mismo que me había dicho la enfermera
Luego de exigir que descansara todo lo que pudiera, me notificaron que luego de unas horas me darían el alta. Mis padres volvieron a acompañarme, pero no pude decir mucho, la verdad es que sí me sentía bastante agotada por lo que apenas me miraron yo cerré los ojos y me dormí.
YOU ARE READING
Pase lo que pase [DETENIDA]
Romance[Sujeto a edición constante] Andy Weiss es una estudiante de lengua de 22 años que vive la vida siguiendo el curso que esta deba tomar. Es lista, muy guapa, olvidadiza y poco aventurera, gracias a esto último nunca fue una chica popular. William B...