Capítulo 22: espacio para respirar

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Había pasado dos semanas desde que William y yo estábamos juntos de nuevo, dos semanas desde que vivíamos juntos en la casa de su madre, dos semanas desde que me dieron la licencia por estrés y depresión, dos semanas desde que Gabriel se había ido fuera del país luego de que su hermano consiguiera alejarlo de mí.
Hoy era domingo por la noche y me encontraba preparando mi bolso y ropa para reincorporarme a la universidad, había logrado que  pesar de todo el doctor sintiera lástima por mí y me dejara reingresar, era mi último año y ansiaba de sobremanera terminar mi carrera de una vez por todas. Me la había pasado todo el día discutiendo con William, sobre nuestra relación y cómo haríamos para llegar separados a nuestro entorno, cómo no levantar sospechas y arriesgar su trabajo y mi estadía.

William no estaba dispuesto a perder su trabajo.
Yo no iba a perder mis estudios.

Mientras acomodaba mis cosas sobre el sofá cerca de la cama me puse a recordar aquel día, si, ese en el que fui al médico acompañada por Dev. Estaba tan nerviosa y deshecha por dentro pensando en que estaba embarazada, que en seguida mi mejor amigo me vio tuvo que sostenerme por los brazos y cuestionar  si estaba bien como para caminar. Para Dev la sorpresa fue grande; encontrarse con mis hematomas cada vez menos notorios lo enfureció al punto de patear el escritorio del médico, enterarse de mis problemas alimenticios fue "esperable" según sus propias palabras y el rápido tratamiento para el estrés que había comenzado le pareció correcto y enfatizó su importancia. Sabía que hablaba por hablar, nada le quitaba de la cabeza la imagen de mis marcas por las cotillas.
La sorpresa de después fue igual de chocante para ambos, efectivamente tenía elevado, en mi examen de sangre, la hormona B-HCG más conocida como la hormona del embarazo. En seguida Dev explotó en ira pensando en Gabriel y luego se calmo solo un poco al asegurarle que este embarazo era producto de su relación con William.
No sé cómo ni por qué, pero mi desplante era sereno, decidido y seguro... no puedo negar que en ese primer instante sentí que mi peor miedo se hacía presente, pero en el fondo también sabía que era una posibilidad real.

Se preguntarán si luego de la consulta y de todas las indicaciones del doctor fui corriendo a casa a contarle a Will. Bueno... si, sólo la parte en la que corría a casa. No me sentía lista para mandarle toda esta información junta, no podía preocuparlo más sabiendo que lidiaba con tres problemas a la vez, su familia, la universidad y yo. Me prometí contarle la noticia cuando tuviera menos cosas en su cabeza, como por ejemplo dejar la empresa familiar.

Mi teléfono sonó como hacía desde hace dos semanas, cada noche, era Dev marcando desde uno de los últimos teléfonos públicos que aún existían
-Aló?- susurré sentándome en la cama apoyando mi brazo libre sobre mi rodilla
-soy yo- rió un poco provocando que yo lo hiciera también, cada día nuestras conversaciones comenzaban igual- ¿le has contado?Dev estaba convencido que era un error no contarle sobre el bebé, y en el fondo sabía que tenía la razón, es solo que tenía miedo de cómo reaccionara Will, miedo a que se alejara o se convirtiera en aquel hombre serio que conocí en una fiesta.
-pronto...- murmuré checando la puerta del dormitorio, no quería que escuchara nada, no al menos hasta que nos fuéramos a ese congreso lejos de su familia, de la universidad, de todos- muy pronto
- querida...- suspiró mientras hablaba mi mejor amigo- sabes muy bien que es un error, pero nadie te va a sacar de tu idea de "buen momento"- enfatizó lo último con ironía
-¿cómo estás?- pregunté pasando mi mano por mi vientre un par de veces, aún era algo extraño pensar que pronto alguien se movería y patearía desde ese lugar
-preocupado por ustedes- soltó en un tono serio, sabía que ahora todo se hacía peor, sobre todo con el embarazo- has sabido algo de...
-no- sentencié rápido. Sabía muy bien por quién me estaba preguntando y la verdad es que no, nunca intentó comunicarse ni llamar, era un alma desaparecida, pero que amenazaba con regresar con todo- mañana me reintegro a la universidad
-lo sé...- suspiró otra vez, ya nada hacía feliz a mi amigo-
-no estés triste...- murmuré bajando la mirada a mis piernas- voy a estar bien
-eso tampoco lo puedes asegurar –espetó- si te lo encuentras... tú y tu bebé, nadie podrá ayudar Andy, no dejas que te ayude, no dejas que William te proteja, ni siquiera hablas con tus padres- senti su desesperación desde el otro lado de la línea- yo... Andy –botó todo el aire que había recogido- sólo cuídate
-lo haré- en seguida dije aquello corté la llamada. Así eran nuestras conversaciones, cortas, sin resultado alguno, sin una salvación.La noche pasó lenta y estaba agradecida de aquello, en mi mente pude dibujar distintas formas de contarle a William que sería padre, imagine sus posibles reacciones y la de mis padres. Si, debía ir a visitarlos sin duda alguna. Acaricié mi vientre por largos momentos hasta que el sueño me venció dejándome en completa obscuridad y mis manos sobre mi vientre.

Pase lo que pase [DETENIDA]Where stories live. Discover now