Capítulo 8: Eres hermosa

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Me tomé mi tiempo para dejar sentir su piel bajo las yemas de mis dedos, cada espacio que tocaba iba haciendo que me perdiera en un fuego que terminaría en llamarada, podía sentirlo. Una vez quité la prenda Will se deshizo de ella tirándola con fiereza por sobre nuestras cabezas dejándola estampada en algún lugar del dormitorio. Lo sentí gruñir en mi cuello y luego besar con demasiada intensidad mi cuello, sentí que el aire se me iba de la boca.

- Will...- jadeé posando mis labios en su hombro, sintiendo como mi aliento rebotaba en su piel erizándola

Al escuchar su nombre buscó mi boca y lentamente fue besando mis labios, en el beso había un dejo de pasión y efusividad, cada golpe que daban sus labios eran respondidos por mis deseos. No podíamos dar marcha atrás aun que recién estaba comenzando, estábamos conectados

- Andy...- su voz se escuchaba ronca y profunda-

Nunca la había escuchado así, me hizo estremecer y sentí como una especie de electricidad subía desde mi espalda baja hasta el cuello y luego me rodeaba alcanzando mi pelvis y mis pechos. Quería ser de él en ese momento y sabía que no necesitaba hablar para hacérselo saber. Decidida bajé con mis dedos trazando figuras amorfas sobre sus brazos, llegué hasta una de sus manos y la tomé, como un imán su mano me siguió sin protestar, expectante de lo que podía ocurrir. La llevé a mis labios y dejando un húmedo y deseoso beso en la yema de sus dedos seguí descendiendo lentamente por mi cuello. El contacto de sus dedos en mi cuerpo era tan intenso como su mirada, me envolvía en una realidad alterna donde sólo estábamos él y yo.

- Andy- su voz se endureció al igual que su tacto. Enlazó nuestros dedos con fuerza y mientras respiraba pesadamente sobre mi cuello tomó el control.

Manteniendo nuestros dedos enlazados siguió bajando con sus dedos, mis ojos estaban cerrados y apostaba que los de él también. Comenzó a bajar por mi pecho dejándole la misión a un único dedo que me hacía respirar entrecortado. Desvió su dedo en dirección a uno de mis pechos, dejé de respirar y me quedé quieta mordiendo mi labio

-mierda- lo oí maldecir justo cuando sentía que mi suéter, con el que había dormido, no estiraba más y le impedía seguir el trayecto con sus dedos.

Intenté ahogar una risa pero era imposible que no lo notara, mi cuerpo se movía arriba y abajo dejándome al descubierto. William se levantó un poco y me miró buscando mis ojos

-¿te estás riendo de mí?- sus manos se perdieron en mi estómago haciéndome cosquillas, no podía dejar de reír, mi cuerpo se contorsionaba y movía de un lado a otro mientras sus manos se apoderaban de mi cuerpo.

A medida que me movía Will iba subiendo mi ropa, cuando tuve mi estomago libre de la tela, dejó de hacerme cosquillas y se acomodó para poder besar mi estómago. Gemí, podía sentir su lengua contra mi piel y eso me hacía arquear mi cuerpo involuntariamente. Retiró la tela y se tomó el tiempo de observar, sus ojos cambiaron y volvieron a tener esa intensidad con la que todo esto había comenzado, mordí mi labio, me encantaba su piel, sus ojos, su voz

-eres hermosa- agregó y entonces volvió a tirar con fuerzas la ropa por otro lado de la habitación, volvió en seguida a mi cuerpo y nos envolvimos en un intenso beso que nos hacía jadear en busca de aire a cada instante, una de sus manos se entrelazó en mi cabello mientras la otra me recorría una y otra vez la piel desnuda.

-eres hermosa- agregó y entonces volvió a tirar con fuerzas la ropa por otro lado de la habitación, volvió en seguida a mi cuerpo y nos envolvimos en un intenso beso que nos hacía jadear en busca de aire a cada instante, una de sus manos se e...

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