EN EDICIÓN LENTA.
[Libro #2 de la saga "About Werewolves and Witches"]
NOTA: por favor, lee la primera sección del libro Steredith antes de empezar con este.
Con los poderes de Meredith y las transformaciones de Scott a hombre lobo mejor control...
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|| Con la mente abierta.
Al día siguiente, cuando aún no son ni las ocho de la mañana en un domingo, Stiles se despierta con su energía habitual para que lo ayude a hacer pancakes para Mer, aunque su buen humor se va por el caño en cuanto entramos a la cocina y vemos que mi hermana ya está preparando el desayuno con ayuda de Isaac.
—¿Stiles? No sabía que vendrías —enuncia Mer, apartándose de la estufa para acercarse a saludarlo. La sonrisa en su rostro es enorme y genuina.
—Pasé la noche aquí —dice él, antes de inclinarse y darle un beso en los labios.
Me aclaro la garganta al notar que el beso se prolonga más de lo necesario. No voy a permitir que use a mi hermana para fastidiar a Isaac y alimentar su propio ego. Ellos se separan. La sonrisa de Mer es la misma que yo esbozaba cuando estaba con Allison, la de una persona perdidamente enamorada.
—¿En serio? ¿Y por qué no me avisaste? Podría haberme quedado despierta para verte aunque fuera un rato.
—Fue algo de improvisto. No podía dormir y Scott tampoco —le dice con naturalidad. Y es la verdad.
Meredith asiente, aparentemente satisfecha con la explicación, y se vuelve hacia la estufa de nuevo, concentrándose en su tarea. Isaac, Stiles y yo compartimos una fugaz mirada. Los tres acordamos no comentarle nada a mi hermana sobre su aparente sonambulismo y, aunque ninguno de los tres lo dice en voz alta, sabemos que estamos de acuerdo en una cosa: lo que sea que haya pasado anoche con Mer es solo el comienzo, y tenemos que estar más atentos que nunca.
—Bueno, ya que estás aquí, tú y Scott pueden ayudarme en vez de quedarse ahí parados —bromea, su tono es ligero y divertido.
Isaac, que se ha mantenido en silencio, sonríe con algo de satisfacción mientras voltea un panqueque perfectamente dorado en la sartén.
—Ya tienes suficiente ayuda —murmura Stiles, todavía algo molesto, tomando los ingredientes para un licuado, comenzando a echarlos en la licuadora con movimientos rápidos y algo tensos.
