About The Unusual Suspects | AW&W: 2 | Teen Wolf

Capítulo 25: Hurts Like Hell

—¿Cómo lo supieron? Que la plata mataría a los oni, quiero decir —les pregunto a Isaac y Allison.

Scott ha acompañado a Lydia hasta el cuerpo de Aiden y nosotros, junto con Kira, hemos decidido quedarnos a una distancia prudente y sentarnos en el concreto con las espaldas contra la pared del edificio de la escuela.

Allison se acomoda un mechón de cabello detrás de la oreja y baja la cabeza, apoyando los codos en sus rodillas. Se aclara la garganta antes de hablar.

—Cuando estaba haciendo las puntas de mis flechas sentí que algo se me estaba pasando, sabía que había algo importante sobre ellas, mas no tuve tiempo de pensar en ello porque ustedes habían encontrado a Lydia y salí de casa tan rápido como pude. Después de irnos de la estación de policías Isaac y yo nos pusimos a analizar lo que ella le dijo a Scott, trataba de decirle algo pero... No tuvo fuerzas, o tiempo o ambas cosas, para decírselo. Creo que intentaba decirle que mi flecha fue la que mató al oni y no ella con sus poderes.

El silencio cae sobre nosotros. La brisa invernal escasamente mueve las ramas de los árboles que hay cerca. La luna menguante resplandece sobre nosotros y unas cuantas estrellas la acompañan. La noche se siente tan tranquila ahora que todo lo que pasó en las últimas horas parece irreal, como si no hubiera ocurrido en lo absoluto, y me lo creería todo de no ser porque la ausencia de Meredith es casi palpable. La falta de un comentario suyo o una risita nerviosa es tangible. Estoy seguro de que si estuviera aquí estaría sentada a mi lado con la cabeza sobre mi hombro, preguntándome si debería ir con Lydia y Lucy para darles apoyo moral por la muerte de Aiden.

—Me alegro de haberla hecho reír —dice Isaac en voz baja, apenas logrando romper un poco el silencio que nos rodeaba. Allison y yo lo miramos—. Ya sabes, cuando llevamos a la chica de Eichen a la comisaria. —Asiento, el fantasma de la risa de Meredith haciendo eco en mi cabeza—. Pero me gustaría haberle dicho que todo estaba bien entre nosotros, que me hubiera escuchado decirlo. —Su voz se rompe al final.

—Ella lo sabía, Isaac —le aseguro—. No se habría reído de tu horrible chiste si no lo hubiera sabido.

Allison solloza.

—No puedo creer que en verdad se haya ido.

Isaac la abraza de lado, obligándola a inclinar su cuerpo contra el suyo. Ella oculta su cara en el cuello del hombre lobo y llora.

Yo tampoco puedo creer que Mer no esté aquí.

No puedo creer que no volveré a escuchar su melodiosa voz, que no volverá a hablarme sobre los nuevos descubrimientos científicos ni volverá a pedirme que deje de mirar sus labios y le preste atención. Yo siempre prestaba atención pero también me encantaba ver sus labios mientras hablaba. No puedo creer que no volveré a escucharla reír por casi cualquier cosa ni volverá a iluminar mis días con su bella sonrisa. No puedo creer que no podré volver a abrazarla y oler su fragancia a vainilla, que ya no podré tomar sus delicadas manos entre las mías y entrelazar nuestros dedos. No puedo creer que no volveré a sentir la suavidad de su boca sobre la mía y saborear la menta de su labial.

Debí besarla más. Debí tomar su mano y nunca soltarla. Debí abrazarla con tanta fuerza que nuestros cuerpos se fundieran en uno solo.

Nunca debí terminar con ella ni alejarla de mí. Nunca debí hacerle creer que yo en verdad creía que terminar era lo mejor porque simple y sencillamente no lo era, me había sentido pésimo al mantener la distancia con ella y resultaba terriblemente tedioso despertar cada día y tener que tomar mis sentimientos por ella y guardarlos en lo más profundo de mi ser solo para que éstos escaparan con facilidad al segundo que la veía por los pasillos de la escuela.