Capítulo 20: Echo House. Parte I

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Maratón: 6/8

Stiles

Herí y asesiné a personas inocentes... O al menos fui el medio del nogitsune para hacerlo.

No pude advertir a mis amigos sobre lo que iba a ocurrir. No pude hacer nada para evitar el colosal daño causado. Estuve allí todo el tiempo, en las sombras de mi mente, aprisionado en mi propia mente, y tuve que observar cómo mis manos cortaban ese cable en el hospital, cómo colocaban esa trampa en el bosque, cómo creaban esa bomba... Tuve que observar, impotente y rabioso, cómo mis manos se ceñían sobre el cuello de Meredith.

La forma en que me miraba, al nogitsune, dejaba en claro que no iba a defenderse, o mejor dicho: que no iba a lastimar al nogitsune que había poseído mi cuerpo. Le rogué que lo hiciera, grité con todas mi fuerzas, pidiéndole que se defendiera sin importar que mi cuerpo saliera dañado. Pero ella nunca me escuchó. Y su hermoso rostro se enrojeció, su boca expulsó jadeos apenas audibles, sus manos apenas y se esforzaron por golpear mis manos... Ella estaba asfixiándose y aun así no hizo nada para defenderse.

No hizo nada para evitar que al estarla sofocando también estuviera lastimando a mi mejor amigo, solo se limitó a observarme mientras el brillo de sus ojos se apagaba lentamente y boquear en una lucha por darle aire a sus pulmones mientras el nogitsune lamía su rostro y tocaba su cuerpo.

Suspiro, obligándome a salir del ensimismamiento en el que he estado desde que me subí al auto junto a papá y alejar esas imágenes de mi cabeza. Un abrumador silencio se ha instalado sobre nosotros mientras mi padre conduce por debajo del límite con rumbo a Eichen House. Miro por la ventana, contando los borrones de luz del alumbrado público para ya no pensar en todo lo que pasó. Al menos, no por un rato.

Varios minutos más tarde el auto se detiene frente a la entrada principal del hospital psiquiátrico, papá me da una mirada significativa y asiento. Bajamos del auto, yo con mi maleta en mano, y caminamos hasta quedar frente a la reja.

El edificio se ve bastante tétrico por sí solo, pero con la niebla que parece rodearlo solo a él, siento que estoy en los primeros cinco minutos de Supernatural. Echo un vistazo a mi papá e inhalo profundo al tiempo que escucho el motor de una motocicleta. Incluso antes de dar la media vuelta ya sé que se trata de Scott.

— ¿Por qué no me dijeron? —pregunta agitado al estar frente a nosotros, con su casco colgando de los dedos de su mano izquierda, mirándonos con confusión.

—Porque queríamos evitar esto —explica papá.

—Son solo setenta y dos horas.

—De aquí venía Barrow, un tipo con un tumor lleno de moscas. Todavía no lo sabe todo —le dice esto último a mi padre.

—Sé lo suficiente. Nogitsunes, kitsunes, oni... o como quiera que se llamen.

—Vaya, de hecho eso fue sorprendentemente correcto —exteriorizo. Es la primera vez que acierta con los nombres de las criaturas contra las que nos enfrentamos.

—Scott, vi una resonancia magnética que se veía igual a la de mi esposa. Y me aterra —Bajo la mirada por un instante—. Me voy mañana a Los Ángeles a hablar con un especialista.

— ¿Entonces por qué lo está metiendo aquí?

—No es él —intervengo. Scott me mira—. Yo lo decidí.

—Stiles, no te puedo ayudar si te quedas aquí.

—Y yo no te puedo lastimar. Ni a Meredith.

—Deaton tiene algunas ideas. Argent está haciendo llamadas —Hace una pausa—. Encontraremos algo, y si no podemos...

About The Unusual Suspects | AW&W: 2 | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora