Seis: Máscara de gladiador

1K 47 3
                                    



De nuevo las hojas de los árboles comenzaban a caer. Había puesto en marcha el plan B, ignorar a Yulia Volkova. Sólo faltaba ese año para no volverla a ver; para dejar toda esa historia de mierda en el pasado.

-¡Ya llegué!.- Grité desde la entrada de mi casa.

Subí corriendo a mi habitación y dejé mi mochila junto a la puerta. Lo único que quería era tirarme a mi cama y dormir. Dormir, dormir y soñar. Sobre mi cama había un vestido nuevo de color negro.

-¡Hay no!, por favor no.

Me fastidiaban las cenas con mis papas, hace años que dejaron de ser divertidas. Lo colgué en mi armario y por fin me tiré a dormir. Horas después llegó mi madre a despertarme.

-¡Elena!.

Me asustó y salté de la cama.

-¿Qué pasa?- pregunté aún confundida.

-Vístete, tenemos que ir a una cena con tu padre. ¿Y el vestido que te traje?- preguntó inspeccionando mi habitación.

-En el armario. Enseguida me visto- sólo quería que saliera de mi habitación.

-No deberías dormir en el día, es una perdida de tiempo. Por eso no duermes por la noche. Espero que te quede bien, ya no tenemos tiempo de ir a cambiarlo. Date prisa, que ya sabes que odiamos llegar retrasados.

-Sí mamá- dije con fastidio.

En el auto, sólo miraba por la ventanilla sin pensar en nada en particular.

-Elena, quiero que conozcas al hijo de Radinovich, se amable con él, es un buen partido para ti.

-Papá, sabes que tengo novio- dije sin mirarlo.

Mi padre el gran empresario Sergey Katin era el hombre más intimidante que conocía. Yo era su princesa, la que siempre cumplía sus ordenes, su mayor orgullo, o al menos eso creía.

-Pues ya va siendo hora de que termines con él. Ese niño no es lo suficiente bueno para ti. Ya sabes que tienes que estar disponible para alguien que valga la pena.

Mejor dicho que cumpla con sus expectativas. Apellido, dinero y posición.

No dije nada, ¿para qué desgastarme en una lucha que terminaría perdiendo?. A demás de que yo misma ya no quería estar con Vladimir. Y otra vez a cubrir mi rostro con la mascara de muñeca para mi papá.

-Claro papi- sonreí.

Entramos al salón donde se efectuaba la cena de los Radinovich quienes no dejaban pasar inadvertida su fortuna.

De nuevo los recuerdos se hicieron presentes en mi memoria.

-Maybe i didn't hold you... all those lonely, lonely times.-comenzó a cantar muy cerca de mi oído- And i guess i never told you... i'm so happy that you're mine. If i make you feel second best, girl... i'm so sorry i will blind...

-Es "i was blind" Yul- dije sonriendo.

-Ops- dijo riendo. Su voz tan cerca de mi oreja hizo que se me erizara la piel. –Sabes que el ingles y yo no nos llevamos.

-Lo sé.

-Pecas...

-Dime.

-Te quiero- dijo apretándome más contra ella.

-Y yo ...

-Ven hija- dijo mi papá sacándome de mis cavilaciones.

MáscarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora