Se supone que los padres están para proteger, para alentar, para amar; pero ¿quién te dice como ser padre?, ¿cómo proteger sin encerrar?, ¿cómo alentar sin hacer que pierdan el suelo?, ¿cómo amar sin destruir?. Nadie le enseñó a mi abuelo, nadie le enseñó a mi padre y nadie me enseñará a mí.
-Mira papa, no te estoy pidiendo que aceptes mi relación con Yulia, si lo aceptas o no, me tiene sin cuidado y es asunto tuyo. Lo único que si te exijo, es que no te metas y nos respetes.
-¿Y quién te crees tu para venir a exigirme algo?.
-Pues, si consideramos que por la herencia de mi abuelo soy la accionista mayoritaria, entonces técnicamente no me creo, SOY tu jefa, y puedo despedirte cuando se me de la gana ¿no es así?.
-¡Qué idioteces dices!- dijo comenzando a reír - ¿Tu que sabes de negocios?, absolutamente nada. En un mes estarías en la ruina; y te recuerdo que esa empresa es el patrimonio de toda tu familia.
Vladislav entró cerrando la puerta tras de si.
-No papá, mi familia ahora es Yulia, y no, no pienso quedármela; si no aceptas mi propuesta, entonces venderé mis acciones, y me pregunto ¿Quién de tus queridos amigos será el primero en hacerme una oferta?, apuesto que hasta a mi querido ex suegro se le olvidará el incidente de la boda con tal de quedarse con ella.
Papá se levantó furioso y Vladislav lo sujetó de hombro. Mi valor estaba flaqueando, pero el pensar en Yulia fue más que suficiente para mantenerme firme, tenía que protegerla, de mi familia y de lo que fuera.
-¡Cálmate Serguey!.
-¿Qué me calme?, ¿no estás escuchando?, ¡Quiere vender la empresa!.
-Lena no va a vender nada, sólo quiere mostrarte que te tiene bien agarrado de las pelotas, así que siéntate y escúchala.
Papá respiró profundo un par de veces; Vladislav sacó una botella del mueble detrás del comedor y sirvió tres copas de vodka.
-Dicen que los mejores tratos se cierran con unas copas encima- dijo intentando amenizar la situación.
Papá estiraba y cerraba los dedos de las manos estresado y de nuevo mi confianza comenzó a crecer. Se tomó el vodka y Vladislav volvió a llenar su vaso.
-Muy bien, te escucho- me dijo papá ya mas tranquilo.
-Es muy fácil, las acciones seguirán a mi nombre; no las cambiaré al tuyo porque nada me asegura que cumplirás tu palabra.
-Y supongo que me pedirás una pensión.
-No. Creo que no entendiste papá; no necesito NI QUIERO tu dinero. Yulia y yo saldremos adelante sin tu ayuda.
-¿A sí?, y ¿qué tiene esa niña para ofrecerte? ¿eh?. ¿Con su mísero sueldo de maestra de primaria te va a mantener?. Tú no tienes ni idea de lo que es trabajar Elena, y si te hubieras casado con Iván no hubieras tenido nada de que preocuparte por el resto de tu vida, ¡Pero no! ¡la señorita tenía que hacer su voluntad y escapar con su amor de escuelita a quien sabe donde!.
-Pero soy feliz papa, SOY FELIZ, esa "maestra de primaria" como la llamas se levanta día con día por la mañana para trabajar y tener algo que ofrecerme, y más importante que eso, tiene algo que nadie más me puede dar, su amor.
-Amor, no seas ridícula Elena.
-Si papá, soy ridícula. Sabes perfectamente que hubiera sido infeliz. ¿O ya la olvidaste? ¿Ya olvidaste lo que se siente? ¿La electricidad de una caricia?, ¿el hueco en el estómago al sentirla cerca?, ¿el calor en tu pecho cuando la abrazas?, ¿O el despertar en medio de la madrugada y verla junto a ti y saber que estas completo?. No, no lo has olvidado, yo te la recuerdo todos los días, cada minuto de mi vida te la eh recordado, no por nada llevo su nombre.
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Máscaras
FanficContraparte de La Apuesta. Toda historia tiene más de una versión; cuando alguien nos cuenta una historia, nos da su versión de esta. Este fic es la historia de La Apuesta narrada desde el punto de vista de Elena, contada con más detalle, con menos...