Cuando regresamos a Moscú resentí el no poder estar con ella todo el tiempo. Mis padres regresaron de viaje, y con ellos las presiones.
-¿No has visto a Iván?- me preguntó mi mamá durante la comida.
-No, no lo he visto.
-Pues deberías salir con él- Dijo de manera autoritaria mi padre.
Dima lo vio del otro lado de la mesa sorprendido y molesto.
-No es muy joven mi hermana como para que ya estés queriendo casarla.
-Eso a ti no te interesa- le respondió con superioridad.
-Pues no tengo ganas de salir con Iván- dije pensando en Yulia.
-Pues si no sales con él, no sales a ningún lado.
Dima y yo nos quedamos callados, papá nunca le había prohibido a alguno de nosotros salir hasta entonces. No dije nada, a fin de cuentas no nos prestaba la suficiente atención para enterarse de cuándo salíamos; y lo comprobé esa misma tarde; dije que iría a la biblioteca y me encontré con Yulia en el parque.
-¿Cómo te fue?- le pregunté recordando que ese día abrían el testamento de su abuela.
-Bien- dijo secamente y agachando la mirada.
-¿Qué pasa amor?- pregunté, le tomé el mentón y levanté su rostro.
-Nada, solo estoy sorprendida.
-¿Por qué?, ¿qué pasó?.
-Mi abuela me dejó su casa.
-Pues tu abuelita te quería mucho, no veo que es lo que te sorprende.
-No lo sé, ahora soy dueña de una casa, es raro, supongo.
-¿Tu papá se enojó?.
-No, Solo me dijo: "Espero que seas lo suficientemente madura para no tirar el dinero" y se fue. – dijo tratando de imitar la voz de su padre. –A él le dejó una acciones, no sabíamos que mi abuelita invertía su dinero.
-Eso es bueno.
-Sí, papá dice que son buenas inversiones, pero hay que saber en cuales seguir invirtiendo y cuales vender. Extraño mucho a mi abuela Lena. Dejaría todo lo que tengo por volver a tenerla conmigo.
-Lo sé, pero ¿sabes?, yo te voy a consentir mucho para que no te deprimas. Me encanta verte sonreír, me contagias con tu alegría. Y si tú estas triste yo también lo estoy.
-Te quiero mucho.
-Y yo a ti chaparra.
-También te extraño mucho a ti ¿sabes?. En las noches me hacen falta tus brazos para poder dormir- dijo recargándose en mi hombro.
-Lo mismo me pasa a mí; pero mis papas saldrán de nuevo en un par de días, y si quieres, no sé, podrías quedarte conmigo... Si tu quieres, claro.
-¿Es una proposición indecorosa?.
-Muuuuy indecorosa, de una vez te advierto que conmigo tampoco vas a poder dormir- dije sonriéndo ante la promesa que aquello significaba, hacer el amor con ella una y otra vez.
-Pues entonces tomaré mucho café.
Al día siguiente regresamos a la preparatoria. Llegamos juntas y entramos tomadas de la mano. Mi cambio se hizo evidente, cada vez me resultaba menos bochornoso besar a Yulia en público. Olga puso cara de asco mientras nos besábamos en el receso, pero eso no pareció importarle a Yulia. Ana y María se quedaron viéndonos mientras nos abrazábamos efusivamente. Esta vez en lugar de avergonzarme y alejarme, la tomé del rostro y la besé. Ana se sorprendió y María dijo algún insulto que simplemente ignoramos.
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Máscaras
FanfictionContraparte de La Apuesta. Toda historia tiene más de una versión; cuando alguien nos cuenta una historia, nos da su versión de esta. Este fic es la historia de La Apuesta narrada desde el punto de vista de Elena, contada con más detalle, con menos...